Cerca de 50 millones de niños viven “desarraigados” en el mundo, tras haber sido obligados a abandonar sus hogares o sus países como consecuencia de guerras, violencia y persecuciones, alertó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef.
A finales de 2015, cerca de 31 millones de menores vivían refugiados y 17 millones eran desplazados dentro de sus propios países.
“Las imágenes indelebles de niños víctimas han sacudido al mundo entero”, señaló Anthony Lake, director general de Unicef, en un comunicado de prensa que publicó la Agencia EFE.
Del total de esos 50 millones de infantes “desarraigados”, una evaluación “prudente”, de acuerdo a Unicef, 28 millones fueron expulsados de sus casas por conflictos, y desplazados al interior o el exterior de sus países.
Por otra parte, unos 20 millones de niños dejaron sus hogares por razones como la extrema pobreza y la violencia de bandas criminales.
En 2015, cerca del 45% de los niños refugiados bajo protección de la Organización de Naciones Unidas (ONU) eran originarios de Siria y Afganistán. Ante este panorama, Unicef llamó a las autoridades a poner fin a la detención de niños migrantes y solicitantes del estatuto de refugiados, a no separarlos de sus familias.
La ONU acogerá a finales de septiembre de 2016, en su asamblea anual, dos cumbres sobre migraciones. Por eso, el director adjunto de la Unicef, Justin Forsyth, espera que en esos encuentros se llegue a “compromisos claros y se tomen medidas prácticas para estos niños”, afirma EFE.
