La corrupción, el amiguismo y el pago de favores en Colombia tienen muchos matices. Para quienes ya no se acuerdan, les recordamos que en las elecciones presidenciales de 2010 en nuestro país, el entonces candidato Juan Manuel Santos tuvo el apoyo de varios empresarios, entre ellos, el polémico Carlos Mattos Barrero, procesado por el oscuro caso de soborno que involucra a la firma de carros surcoreanos Hyundai.
Mattos fue uno de los financiadores de la campaña presidencial de Santos con un aporte de 50 millones de pesos, al menos, eso es lo que aparece en la contabilidad oficial que se cuadra para entregar a la Registraduría.
Ese aporte, al parecer tuvo como contraprestación la diligente firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Corea del Sur por parte de entrante gobierno de Santos. TLC que favorecía ampliamente el gran negocio de Mattos, dueño de la empresa Hyundai Colombia Automotriz, que ya traía los carros de Seúl, pero con dicho acuerdo comercial los vehículos le saldrían más baratos por la baja de los impuestos (aranceles) y sus ganancias se multiplicarían.
Colombia y Corea del Sur firmaron el Tratado en Seúl en febrero de 2013, pero este tuvo que ser aprobado en el Congreso de la República.
El Lobby no es gratis
Para lograr la firma el TLC con Corea en nuestro país, Mattos no se quedó tranquilo y comenzó una intensa labor de cabiledeo, que para grandes temas en las altas esferas del poder cuesta mucho dinero. Así defendía Mattos el Tratado en una entrevista con María Isabel Rueda.
También se conoció que personas cercanas a Mattos y que trabajaban con este, hasta contrataron a un famoso Hacker experto en redes sociales, para que le moviera el tema a favor en la Web, mostrando las bondandes para Colombia del TLC con Corea. Además de utilizar su influyente poder en los grandes medios de comunicación, especilamente radiales.
Qué pasó en el Congreso con el TLC
Apesar del fuerte lobby de Mattos, el TLC coreano, primero se hundió en el Congreso el 18 de junio de 2014. Pero, de repente y cuando el proyecto estaba quieto sin siquiera una ponencia, sospresivamente, el 26 de noviembre de 2014, la ministra de Comercio Exterior, Cecilia Álvarez-Correa, presentó mensaje de urgencia para que el Congreso pudiera sacarlo en las tres semanas que quedaban de las sesiones.
Álvarez, es paisana de Mattos y pareja sentimental de la exministra de Educación Gina Parody, cuya familia y empleados de confianza también aportaron a la campaña presidencial de Juan Manuel Santos, entre ellos: William Mendieta Montealegre, Secretario Privado de Gina Parody; Ana Pilar Torres Romero, contadora de Gina Parody; Luis Enrique Sibaja Hessen, funcionario de Multiservicios, empresa familia de Gina Parody, y Guillermo Aurelio Velasco Ramon Fose, funcionario de Multiservicios, empresa familiar de Gina Parody. No hay que olvidar que las exministras Álvarez y Parody fueron vinculadas a un escándalo por supuesta corrupción en la contratación oficial.
Mattos y Álvarez siempre mantuvieron una buena relación y se puede decir que dicha Ministra le cumplió al destacado empresario, presentando nuevamente el proyecto del Tratado y defendiéndolo en el Congreso para que fuera aprobado de afán, aunque ya había fracasado una legislatura pasada y el tema estaba congelado, especialmente en el Gobierno que no volvió a hablar del mismo.
Álvarez, con tal de hacer pasar el TLC en el Congreso, hasta firmó un decreto (publicado en la página de Presidencia) para reducir el impacto en los sectores automotriz, de autopartes y de electrodomésticos, con líneas de crédito especiales en Bancóldex para los posibles afectados con el Tratado.
El senador caldense de La U Mauricio Lizcano, fue el coordinador ponente del proyecto, que también fue impulsado por Carlos Fernando Galán. La norma fue aprobada, en tiempo récord, en el Congreso el 16 de diciembre de 2014.
Tira y afloje en la Constitucional
Luego de aprobado el TlC en el Congreso pasó a la Corte Constitucional en febrero de 2015, donde tuvo un duro tira y afloje entre los magistrados, que como es su costumbre, lo engavetaron un tiempo para ver que pasaba. Al final, luego de un año, en febrero de 2016, pasó la prueba y fue declarado ajustado a nuestra Carta Política. Los magistrados que actuaron en la exequibilidad del acuerdo comercial con el país asiático fueron Gloria Ortiz, quien figuró como ponente; Luis Ernesto Vargas; Luis Guillermo Guerrero; Mauricio González; María Victoria Calle, presidenta de la Corte; Alberto Rojas; Jorge Iván Palacio y Gabriel Eduardo Mendoza.
Al parecer, el lobby de Mattos para implementar el Tratado fue tan intenso que cuando la matriz de su firma en Corea, la Hyundai Motor Company, le quitó la representación de los famosos vehículos en Colombia, luego de él tener más de 23 años de jugosos negocios, indignado por el hecho, reconoció en La W Radio: “El regalo de los coreanos por haber conseguido ese TLC, sería dejar a 4.000 empleados sin trabajo en Colombia”, según lo publicó El Espectador. Recordemos que Mattos fue reemplazado como distribuidor en nuestro país por el poderoso grupo ecuatoriano Eljuri, que ya comercializaban aquí la marca Kia.
Después de esta larga historia y conociendo los acontecimiento actuales, en los cuales Mattos está siendo investigado por un supuesto soborno y manipulación en el caso de una demanda contra los empresarios Eljuri, hay que preguntarse: ¿El TLC con Corea fue el pago de Santos a Mattos por el aporte a su campaña presidencial? ¿Cuánto costó el largo lobby para aprobar el Tratado en el Congreso, en donde se acostumbra a esa prácticas, basta ver el grupo de los buldozer en el tema Odebrecht? ¿Hubo mermelada en la Corte Constitucional, en la cual algunos magistrados se han visto salpicados en casos oscuros en la aprobación de las tutelas?…
