La indolencia con las mujeres víctimas de violación y abortos en las Farc

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Son pocas las versiones de las líderes feministas de Colombia repudiando este delictivo hecho de violencia y humillación. ¿Dónde están los pronunciamientos al respecto de Córdoba, López, Ruiz, Daza, Thomas, Parody, López o Sandino?. Por el contrario, las mujeres farianas, que ahora quieren hacer política, lo esconden y lo niegan púbicamente.

Sara Morales, reclutada desde niña por las Farc, no dudó en dar la cara a RCN televisión para testimoniar, con conocimiento de causa, los abusos contra mujeres en las filas de la guerrilla. Señaló directamente al otrora temible jefe de esa organización Pastor Alape, comandante del bloque al que ella pertenecía, de conocer cada detalle de los abortos que eran ordenados dentro de la subversión.

Morales reveló que fue reclutada desde cuando era una niña. Tenía solo 11 años.

A los 22 años, optó por desmovilizarse porque ya no aguantó más los abusos a los que fue sometida en las Farc durante más de una década.

Fue la locutora del Bloque Magdalena Medio, que estaba bajo las órdenes de Pastor Alape, integrante de la cúpula de las Farc y negociador en los Acuerdos de Paz de La Habana, Cuba.

Sin ocultar su rostro dio su crudo y triste testimonio a las cámaras de Noticias RCN, en las cuales contó a lo que eran sometidas las mujeres por integrantes con cierto poder en las filas.

«Te roban de tu familia, te cambian una muñeca por un arma y un parque por un campo de batalla, te ganas unos enemigos y además de eso, te violentan sexualmente», relató Sara sobre la dura vida que le tocó en las Farc.

«Las violaciones sexuales nos dañaron el alma, no hay un instante en la vida en la que no nos despertemos sin pensar en lo que pasamos», dice.

«Da rabia, el asco, las ganas de matar a una persona de estas», comenta.

«Lo más triste es que cuando se le informa esto al comandante, que era Pastor Alape, me puso a bailar con el que me había violado para evitar que los guerrilleros se llevaran una mala imagen y que todo quedaba en el perdón«, aseguró la exguerrillera sobre el que comandaba a los guerrilleros de ese bloque.

Por tener un cargo de mayor rango, a Sara Morales le dejaron tener sus hijos y entregarlos a unas familias de campesinos. Luego los pudo recuperar. Pero muchas veces vio cómo mandos altos y medios obligaban a abortar a otras guerrilleras rasas.

«Cada vez que ves a tu hijo sabes de qué es producto, de dónde vino, lo más duro no es tenerlos sino aprender a vivir con un hijo, producto de una violación«, indicó con franqueza la desmovilizada.

«Allá en la zona donde estábamos existía el ‘campamento aborto‘. Ningún aborto o sanción estaba fuera del conocimiento del secretariado de las Farc», explicó.

«Pastor Alape conocía de los abortos, más de 100 en cuestión de días con ‘citotec‘ o unas cucharas para picar a los bebés», denunció Morales.

Las mujeres farianas niegan las violaciones y abortos

Un grupo de mujeres de las Farc, quienes, al parecer, tenían algún grado de mando en las tropas y que ahora quieren hacer política con su grupo subversivo aprovechando el Acuerdo de Paz firmado en Cuba en 2016, afirman que «Nunca fuimos obligadas a abortar».

«Los rigores de la guerra nos obligaron a renunciar a la maternidad, no podríamos ser tan irresponsable de tener hijos en medio de la batalla diaria. Las mujeres que asumíamos militancia lo sabíamos, pero siempre tuvimos opciones»,  dicen esas exguerrilleras.

Sin embargo, el caso Sara Morales es igual al de cientos de exsubversivas rasas que no tenían poder y por eso estaban sometidas a los placeres y vejámenes  de sus jefes.

Luego de conocer el doloroso caso de Morales y de ciento de niñas o mujeres vejadas dentro de las Farc, hay que preguntarse: ¿Por qué son pocos los pronunciamientos de las líderes feministas de Colombia repudiando este delictivo hecho de violencia y humillación?

¿Dónde están las versiones al respecto de Florence Thomas, Marta Ruiz, Piedad Córdoba, Clara López, Imelda Daza, Gina Parody, Claudia López, Victoria Sandino o Angélica Lozano, entre otras?

«A Raúl Reyes le gustaba abusar de las muchachas»

Recordemos que un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) ratificó que el entonces número dos de las Farc, Luis Édgar Devia, alias “Raúl Reyes”, muerto en 2008, abusó sexualmente de las guerrilleras de su escolta a las que “amedrentaba” para garantizar su silencio.

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El abatido Raúl Reyes, con una de sus muchachas en las Farc.

El documento del CNMH, titulado “La Guerra Inscrita en el Cuerpo”, que se publicó el martes 20 de noviembre de 2017, incluye el testimonio de una excombatiente de las Farc, que formaba parte de la escolta de Reyes y quien denuncia repetidos abusos sexuales contra ella y otras guerrilleras.

“A él le gustaba abusar de las muchachas que llevaba. Y pues no fui solo yo, cada niña que llegaba él las cogía para escolta”, relató “Gina”, exguerrillera quien fue reclutada a los nueve años en el departamento del Putumayo y que formó parte de la escolta de Reyes durante 16 años.

La víctima reiteró: “La primera vez que él quería estar conmigo y yo no quería, me pegó una cachetada y me insultó, me dijo que allá se hacía lo que él dijera no lo que nosotras quisiéramos”.

Reyes, quien fue portavoz de las Farc en el fallido proceso de paz de El Caguán, en Caquetá, (1998-2002), fue el primer miembro del Secretariado de esa guerrilla en ser abatido por las Fuerzas Armadas de Colombia, el 1 de marzo de 2008 en Ecuador, durante el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez.

Aunque la violación estaba supuestamente prohibida por las normas de la subversión ahora desmovilizada y transformada en partido político por el Acuerdo de Paz, el informe del CNMH dice que los actos de Reyes eran “un secreto a voces” y que “el poder del victimario era suficiente para amedrentar y asegurar el silencio de sus acciones”.

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Raúl Reyes, con una visitante frecuente en su escóndite: Piedad Córdoba. Según el relato de testigos, en las épocas de la Zona de Despeje de El Caguán, Reyes acostumbraba a acostarse con las visitantes que llegaban a su campamento, especialmente se habla de reconocidas periodistas.

El documento también aclara que las principales víctimas de violencia sexual en la guerrilla eran “las niñas y adolescentes vinculadas mediante reclutamiento forzado”.

“La relación entre reclutamiento de niñas y adolescentes y violencia sexual al interior de las Farc fue común en estos casos en los que se repitieron y recrudecieron al interior de las filas discursos que situaban los cuerpos de las niñas como cuerpos-premio para los altos comandantes”, añaden el CNMH.

A Reyes se le suma Alape como grandes violadores dentro de las Farc, pero seguramente saldrán muchas más acusaciones contra los jefes de esa guerrilla, por esta práctica sistemática en las filas de la rebelión que ahora quiere dictar cátedra de moral en Colombia.

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