¿Evacuar o no evacuar los edificios piratas en Cartagena?

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¿Es fiable el estudio patológico de IHSA de la UdeC?

¿Se deben evacuar ipso facto los habitantes de los 16 edificios piratas construido por los Quiroz que sufren algún grado de patología grave? Tal es la encrucijada a la que se vio enfrentado el gobierno distrital de Cartagena de Indias, encrucijada que resolvió afirmativamente y procedió a evacuarlos, hecho considerado, por algunos, como apresurado. En tanto, el alcalde Sergio Londoño señaló a la prensa que fue una medida concertada por el sistema de prevención de desastres del Distrito y socializada con los copropietarios en el mes de diciembre.

Sin embargo, a la luz de los derechos humanos, la forma cómo se está realizando este procedimiento,  se podría estar revictimizando a las víctimas de la actuación criminal de los Quiroz y de otros constructores piratas que han jalonado la construcción local en los últimos 10 años y, por ende, se le conculcarían derechos fundamentales, como el derecho a la integridad física, psicológica y moral, protegido por nuestra constitución nacional. Recordemos que esta estafa se produjo con la complicidad del Distrito y de los demás organismos nacionales que no actuaron oportunamente.

Se revictimiza a las personas que son sometidas contra su voluntad por un poder diferente, luego de haber sufrido las consecuencias de otros factores dominantes que las colocaron en un estado de victimización. Es decir, se victimiza dos veces a estas personas que han sufrido las consecuencias de la omisión estatal.

Ahora bien. Si la caída de un edificio es inminente y no se necesita que haya un viento fuerte o un sismo para que se caiga, ¡hay que correr! Entonces se justificaría lo  que el alcalde Londoño está haciendo, y sería correcto de todo punto de vista. ¿Se le puede acusar a alcalde Sergio Londoño de ser negligente si no actúa ahora? De hecho, el burgomaestre sería negligente si no actuara. Pero esta actuación debe estar ceñida al respeto estricto de los derechos humanos y a la inminencia del hecho, es decir, a la caída de los edificios. ¿Todos los edificios se van a caer ya? Todo hace indicar que no. ¿Por qué no pensar en una evacuación gradual tomando en cuento las condiciones patológicas de cada edificio? ¿Por qué no evacuar los edificios, cuya patología sea más grave? Una evacuación no la pueden hacer a la topa tolondra, como en efecto lo están haciendo, porque no se le puede someter a las víctimas a una doble victimización. ¿Acaso no es denigrante que unas familias que viven en estratos 4 ó 5 se les vaya a hacinar en el coliseo de Combate mientras los causantes del hecho viven sabrosos con casa por cárcel? ¿Por qué no pensaron en un hotel o en viviendas dignas?

Para ser objetivo y hacer una valoración que se acerque a la verdad, debemos detenernos en el concepto de la inminencia del hecho. ¿Es inminente la caída de los 16 edificios de los Quiroz? ¡No¡ ¿Por qué todos tienen que ser evacuados al mismo tiempo? ¿Por qué sus habitantes deben ser cobijados en albergues como si la caída fuese inminente? Aquí es donde la puerca tuerce el rabo. Veamos.

El estudio

Portada del estudio de IHSA de la Universidad de Cartagena contratado por el Distrito y por el cual se pagó mil millones de pesos.

Con una inversión de casi mil millones de pesos ($998.000.000) del bolsillo de los cartageneros, el Distrito firmó el convenio 0991—17 denominado “Estudio de patología estructural y vulnerabilidad sísmica”, cuyos resultados fueron recibidos en diciembre por parte de la Universidad de Cartagena. El estudio  técnico fue realizado por el Instituto de Hidráulica y Saneamiento Ambiental—IHSA, dirigido por Alfonso Arrieta Pastrana, y tuvo como objetivo estudiar el perfil patológico de 16 edificaciones ilegales construidas por los Quiroz, cuya voracidad dejó como resultado la tragedia de abril de 2017 donde murieron 21 humildes obreros y otros 20 se lograron salvar milagrosamente.

De acuerdo a los estudios para saber si un edificio presenta las condiciones adecuadas para se habitado, nos encontramos el siguiente concepto que en Wikipedia denomina método de los estados límites:

Usualmente se emplea el método de los estados límites para proyectar y justificar mediante cálculo una determinada edificación. Este método consiste en determinar posibles modos de fallo de un edificio, y fijar un valor probable (valor característico) de cierta magnitud que controla alguno de los posibles modos de fallo funcional o estructural. Por otra parte se determina el valor máximo de la misma magnitud que puede admitir la estructura proyectada, calculado a partir de sus características geométricas y las propiedades de los materiales con que está construido”.

Fueron 16 edificios estudiados, los cuales presentan una patología que fue clasificada de tres tipos, de acuerdo al análisis de  Arnoldo Berrocal, jefe del Departamento de Estructuras de la Universidad de Cartagena, publicado por El Universal.

  1. Existen siete (7) edificios muy graves. Si se quita los factores de seguridad (las cargas) y no se afecta la resistencia de los los edificios y se evalúa a carga vertical y no ante un eventual terremoto o sismo, hay edificios que presentaban índices de sobre—esfuerzos mayores. Estos están en un grado alto de la patología. Es decir, que aunque no se presentara un ciclón o un terremoto se podrían caer por las carga natural que tienen. Es el caso que observo con el estudio del edificio Portal Blas de Lezo I.
  2. Seis edificios graves. Estas seis (6) edificaciones se les hizo la prueba técnica en la que sin mayorar las cargas y sin reducir la resistencia no tenían problemas, pero  cuando se mayoraba las cargas a los factores (vientos, movimiento sísmico, etc,), empezaron a tener problemas en las columnas.
  3. Tres edificios con problemas estructurales pero no de gravedad. De acuerdo a las pruebas técnicas, de los 16 edificios, solo tres presentan una patología de poca gravedad en el sentido que no se va a caer con un ciclón o huracán, pero si ocurre un sismo, se caen. Es decir, no son sismoresistentes.

Si embargo, este periodista consultó la opinión de algunos profesionales de la ingeniería especializados en patología que leyeron algunos de los estudios. Uno de ellos, cuyo nombre no quiso que publicara, manifiesta 9 objeciones que vale la pena tomar en cuenta:

  1. La toma de muestra de campo fueron mal realizados, por lo tanto, incide sobre el diagnóstico final.
  2. No utilizaron personal competente y especialiazado.
  3. No se conoce dónde hicieron los ensayos de muestra.
  4. Se desconoce con qué equipos y su calibración, los cuales son esenciales al momento de llegar a una conclusión.
  5. No hicieron el levantamiento estructural.
  6. No hicieron una adecuada verificación de los elementos estructurales —secciones de vigas y columnas.
  7. Tomaron las muestras en los últimos pisos, cuando los elementos de mayor responsabilidad en caso de haber un sismo, están en los primeros pisos.
  8. El muestreo no es representativo, por ende, el estudio no corresponde, porque están bansandose en datos irreales.
  9. Los estudios no son concluyentes y no recomiendan qué medidas tomar, como en todo estudio de vulnerabilidad sísmica. Debieron entregar soluciones y recomendaciones como son el caso de reforzamiento estructurales o definitivamente demolición y evacuación. 

En honor a la verdad, leí las conclusiones del estudio sobre el edificio Portal Blas de Lezo 1 (tiene 182 páginas), y me encuentro que existe un acápite titulado Recomendaciones, el cual señala que sus estructuras presentan fallas en un 80%, lo cual significaría que deberían reforzar todas las columnas, “debido a la ausencia de vigas de contrapesos y las áreas de zapatas son insuficientes”. Pero el estudio no concreta la recomendación. Es un edificio que presenta una patología grave, cuyo único destino sería su demolición. Valdría más reforzarlo que volverlo a construir, pensaría cualquier lector desprevenido de esos informes.

Concepto de la SIAB

Jorge Mendoza Diago, Presidente de la SIAB. Cortesía.

Este periodista también llamó al ingeniero y presidente de la Sociedad de Ingeniero y Arquitecto de Bolivar—SIAB, Jorge Mendoza Diago, quien manifestó:

No estamos en condiciones de hacer un pronunciamiento de los 16 estudios, porque requiere una dedicación fuerte, ni ninguno de nuestros agremiados puede hacerlo. Si a la Universidad de Cartagena le tomó siete meses, nosotros no lo podemos hacer en pocos días, se necesita una dedicación mayor, y ninguno de nuestros asociados lo va a hacer gratis”.

¿Puede el Distrito evaluar el estudio de IHSA? Por lo menos las víctimas deberían conocer una evaluación de la metodología y de los equipos utilizados para la realización del estudio de la patología de los edificios y las recomendaciones que subyacen de cada estudio. Si así lo hicieren, por supuesto, su actuación no sería a latopa tolondra, sino que sabrían qué edificios evacuar inmediatamente, qué edificios demoler o a cuales reforzar sus columnas para ajustar sus estructuras a las normas NSR—10, las cuales son vigentes para la construcción.

Sea cual fuere el destino de cada edificio, todos deben ser evacuados, pero no al mismo tiempo. Los que van a ser demolidos y los que van a ser reforzados. Recordemos que el Space, de Medellín, se cayó cuando lo estaban reforzando, muriendo aplastados los trabajadores de la construcción y el vigilante.

Por Lucio Torres

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