Todos contra Trump

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Por Ricardo Angoso

@ricardoangoso 

Basta con ver al azar cualquier canal de televisión de cualquier parte del planeta para ver con claridad que el presidente norteamericano, Donald Trump, no goza de la favorabilidad de los medios de comunicación a nivel global. La CNN le odia descaradamente porque en su discurso no encaja un líder político que no cumple con su guión previamente construido de progresista al uso. El hombre, para los periodistas de este canal norteamericano, tanto en su versión española como norteamericana, es un descarado racista, un supremacista blanco que odia a los negros, un machista incorregible y, encima, un fascista asolapado que no tiene arreglo. Lo dirán, quizá, por sus orígenes alemanes o quien sabe por qué.

Pero igual ocurre con los medios de otros países, como Colombia, España, Francia, Venezuela y muchos más, nadie se libra de la epidemia progresista. Hay periodistas progretas por todo el mundo dispuestos a atizar a Trump sin miramientos. Por ejemplo, el oficialista canal de televisión venezolano Telesur no tiene vergüenza ni se sonroja en presentar a los Estados Unidos de Trump en una suerte de sumidero donde anidan todos los males habidos y por haber. Viniendo de la satrapía más miserable, corrupta y terrorífica de las Américas escuchar estas informaciones que ofrecen los colegas venezolanas suena a chiste macabro y burlesco, a humor negro y tragicómico.

Por no hablar de Colombia, uno de los países más corruptos de América Latina, donde los medios tienden a presentar a los Estados Unidos de Trump como un caos donde reina el terror en sus fronteras, el nepotismo en su administración y el terror en sus calles. ¡Con 13.000 homicidios al año y más de quince millones de pobres en sus calles tienen el valor de criticar a Trump! Más les valdría que mirasen con lupa a sus gobernantes y dejasen de hablar boutades. Majaderos. El español diario El País no se queda a la zaga de sus colegas venezolanos y colombianos, aunque siempre sorprendiendo por sus afinados análisis en los que sus sesudos analistas atacan sin piedad al presidente Trump por el asunto o tema que sea aunque no venga al caso, como ocurre muchas veces. Dicen que separa a los padres de los hijos. ¿No será a los inmigrantes ilegales que incumplen todas las Leyes de sus manipulados retoños que presentan ante los medios sin rubor? No les gusta y el resto es retórica barata para justificarse, escriben de lejos y sin saber si quiera qué pasa en los Estados Unidos.

Donald Trump, que ganó las elecciones tan democráticamente o más que otros líderes del mundo democrático, es duramente examinado por aquellos que son capaces de mirar para otro lado, como hacen los progretas con esos dos criminales comprobados que son Nicolás Maduro y Daniel Ortega, e incluso de extenderse en sus críticas más allá de lo político y entrar en el terreno personal. No se paran en mientes para calumniar, denigrar e insultar al presidente de la mayor potencia del mundo.

UN SERVIDOR DE LA LEY AL SERVICIO DEL ESTADO DE DERECHO: TRUMP

Trump, por ejemplo en el asunto de su política migratoria, lo único que hace es cumplir la Ley. Ha convertido a los Estados Unidos en un auténtico Estado de Derecho  y no en una esas hediondas repúblicas bananeras que abundan en América Latina y que se creen democracias encima; la Ley está por encima de todo lo demás, incluyendo aquí a inmigrantes ilegales que pretenden saltarse todas las Leyes y normas para ir a vivir al «infierno capitalista», y punto.

 Los inmigrantes ilegales, les guste o no a los progretas, son ciudadanos que han transgredido las Leyes de su país y, por supuesto, las norteamericanas porque han incumplido los procedimientos legales para salir y entrar a otro país. No son delincuentes pero casi…El diccionario de la Real Academia Española dice que un delincuente es quien comete delitos. ¿Acaso no es un delito entrar ilegalmente a otro país?

En lo que respecta a la política internacional, Trump se ha mostrado hasta ahora, a pesar del disgusto que se han llevado los progretas que anunciaban el comienzo del  Apocalipsis tras la llegada al poder de este empresario hecho a sí mismo, un hombre tolerante, dialogante, capaz de sentarse con sus enemigos, como hizo con el sátrapa norcoreano, e incluso de llegar a acuerdos con potencias claramente enemigas de las libertades, como Rusia. Nada de guerras, ni de bombas, ni de violencia, sino palabras y cumbres, acuerdos y hechos.

¿POR QUÉ ODIAN A TRUMP?

Llegados a este punto, ¿cuál es el motivo por el que los progretas odian a Trump? En primer lugar, obviamente, porque es de derechas y cree en el libre mercado, la democracia de corte occidental, la libre expresión e información y el Estado de Derecho bajo la supremacía de la Ley y no de las bananas, como ocurre en casi todas las satrapías y repúblicas bananeras que detestan a Trump.

Trump, además, representa la antitesis de los progretas: es un tipo rápido, agil de reflejos, buen orador, trabajador, empresario exitoso y, sobre todo, un hombre político que conecta con la gente de la calle porque hablan el mismo lenguaje.  Mientras que a Hilary Clinton o a Juan Manuel Santos, dos progretas de los nuevos tiempos, no les entiende nadie, a Trump le entiende todo el mundo.

Pese a todo, la estrategia para destruir a Trump a base informaciones falsas o «fake news» no tendrá éxito, les falta musculo, fuerza y, sobre todo, argumentos sólidos a los progretas. Hacen mucho ruido pero hay pocas nueces. Trump defiende los ideales norteamericanos con fuerza y valor, no dejándose ningunear de México, que no hace nada por detener la ola migratoria que le viene del sur, de Centroamérica. Desde este país llegan las drogas, los delincuentes y el crimen organizado, que es una mafia que extiende sus tentáculos por todo el suelo mexicano sin control, y el mejor emblema de esa industria del terror y el horror es el Chapo Guzmán, que de no haber sido por los Estados Unidos hubiera llegado a ser el próximo presidente de México. ¿Qué quiere construir un muro? ¿Y qué? ¿Acaso no hay un muro ya en Israel que protege a este país de los ataques terroristas palestinos y nadie dice nada? A Trump, le ampara la legalidad, mientras que a los progretas el discurso fácil y  el recurso de que supuestamente tienen la verdad. Pero, quizá, como decía Orwell su verdad es la mentira.

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Ricardo Angoso
Ricardo Angoso

Periodista y Analista


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