Pienso que la única oportunidad que tendría Gustavo Petro de llegar a la Presidencia de la República es la celebración del acuerdo definitivo de paz, el que ya no tiene reversa a esta altura.
¿Por qué digo esto?. Porque en la administración ejercida por Petro en los últimos cuatro años del Distrito Capital, demostró que no está llamado a dirigir los destinos de nuestro país, mucho menos cuando se requiere el sostenimiento de una línea trazada por el Presidente Santos en materia económica, la que no aguantaría un cambio de modelo, porque con el que viene hasta ahora se mantendrá en niveles más o menos aceptables.
La llegada de Petro a La Casa de Nariño en el 2018, representaría una ineludible quiebra del país.
En lo social, si bien muchas personas que jamás habían visto el sol estatal, produjo una radicalización del sistema asistencialista impuesto por Petro que desembocó en un gasto público distrital que dejó las finanzas en un estado crítico.
Lo social no es sinónimo de llevarle la comida a los pobres a su casa, sino generar medios productivos para que de la mano de lo humano se crezca en lo estatal.
Ni mucho cemento, ni mucho pez. La caña, es el instrumento que permite al ser humano su realización como persona, pero si no se enseñó a pescar, el resultado fue inseguridad, desidia, corrupción, desprendimiento de lo público y una concepción errada de que el Estado le debe y no se le debe al Estado. La anarquía.
Por eso los Chinos tienen su proverbio que se relaciona con el tema: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”.
Desde otra mirada, considero que para hacer La Paz se requiere actuar con paz. Si Petro no fue capaz de conciliar posiciones con su principal enemigo, -los ricos-, qué le puede ofrecer en esa materia a los colombianos, que ancestralmente somos violentos.
A contrario sensu, vemos cómo el Presidente de La Paz hace grandes esfuerzos por conciliar con sus enemigos y críticos del proceso de paz. Con Uribe, hasta lo está invitando a visitar a Obama en el propio avión presidencial, en el que a la fuerza tendrán que dialogar cara a cara sobre sus diferencias, y en el que a lo mejor salgan como salían hace algunos años: De la mano.
Petro hoy tiene muchos enemigos: El Procurador, quien podrá ser su contrincante electoral; El Vicepresidente Vargas Lleras, quien lidera la carrera a la Presidencia y a quien difícilmente tumban de ese pedestal; El Ex Presidente y actual congresista Dr. Álvaro Uribe Vélez, quien suena como fórmula vicepresidencial de Vargas Lleras; A sus antiguos compañeros de izquierda como De Roux, Navarro, etc.
Por eso me pregunto: ¿Por qué Petro quiere sacar provecho del proceso de paz, por ejemplo, yendo a La Habana a entrevistarse con los negociadores tratando de ganarse un protagonismo que no lo merece.
La única respuesta que encuentro es que confía en que una izquierda unida, algo utópico en mi concepto, podría poner en contienda a un candidato fuerte que compita contra Vargas Lleras y los otros candidatos que resulten en el tiempo que falta para la campaña que comenzará prematuramente con la firma del acuerdo definitivo de paz, el 23 de marzo de 2016.
Quemado desde ya Petro, se abre el espacio para completar las opciones a personas que en cuanta tarea las han encomendado, siempre han dado resultados positivos de gestión, entrega, logros y proyección. Me refiero a Humberto de la Calle y a Rafael Pardo Rueda. Ambos ahora en su mayor empresa.
Faltará ver hacia quién se inclina Santos.
Por Germán Calderón España
Abogado Constitucionalista
