“Señor de los aguacates”

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Me refiero -sin eufemismos- al descabellado programa, campaña y talante del indultado y belicoso candidato de, ‘Colombia Humana’, cuya impronta,  es copia auténtica -en su ruindad-, del agónico ‘Estado botín’ y/o ‘Socialismo Siglo XXI’ -encarnación del demonio-, fracasada ‘doctrina’ que, el locuaz y descalificado aspirante -‘peso mosca’-, pretende introducir, con su catadura moral, ferocidad extrema, al lapidado terruño, según se deduce de la memorizada arenga, ‘anti-statu quo’, anticorrupción -administrativa, judicial, política-, antisistema,  que socava la unidad del Estado, excita la xenofobia, acrecienta los sufrimientos sociales.

Ejemplificado por la satrapía enquistada en la saqueada y destrozada Venezuela, que se engulló su fortuna, convirtió en su coto de caza privado, cuya gente paga con sangre, el monólogo antidemocrático allí implantado, plagado de contradicciones, cuota inicial del proyecto que el áspero y agrio candidato presidencial -tocado del síndrome del adanismo- se empeña en instituir -sin empacho- en la República, en connivencia con la izquierda; la flaqueza y pusilanimidad de la derecha; el dramático y terrorífico desinterés, pasividad, de los ciudadanos de bien.

“Lobo disfrazado de oveja” que, en su febril imaginación, “va a partir las aguas para liberar al pueblo de la esclavitud”, en cuyos hombros -asegura- llegará al poder: “El mío será el primer gobierno que en cinco siglos de historia representa los intereses populares” -trescientos años más que la existencia del país que, de darse -ser delincuente paga- conduciría inevitablemente al despeñadero. “No es lo mismo llamar al Diablo, que verlo venir”.

Macabra e inimaginable posibilidad, de quien reclama ser premiado por haber abandonado al letal M19, que tantos males causó a la patria.  Marrullero, cuyo obsolescente ‘chavismo’, es centro gravitacional de su burlesco esquema político y económico, que provoca dudas, interrogantes, secundado por la exportación de aguacates, en sustitución del petróleo, del carbón; ultimar los TLC; imponer la tesis: «La tierra es de quien la trabaja», no del legítimo dueño; frase de Emiliano Zapata, impuesta por Porfirio Díaz (1830-1915), que el imperial y sórdido Petro, ejecutará, mediante la disparatada alza de impuestos, que obligará feriar -expropiación soterrada- los latifundios al Estado.

‘Héroe’ acunado en las madrigueras del ‘M 19’, irascible ajusticiador de los ‘enemigos del pueblo’, confinados en rústicas e infrahumanas ‘cárceles’; donde se asesinaba y torturaba a nombre del atávico atraso de la plebe; recuérdese a Raquel Mercado (19/04/1976), Gloria Lara (28/11/1982). Delitos de odio, irrebatibles, que Petro-candidato -que se declara víctima del sistema-, insta a acallarlos, excusarlos, causados -agrega- por la maloliente ‘oligarquía’. Cuando a nadie le interesa evocarlos, revivirlos, conviene remozarlos, recordarlos, llamarlos -con altivez, sin miedo- por su nombre.

De un censo de 36’227.267, la ‘lista de la decencia’, con dificultad superó el medio millón de votos (cuatro senadores, dos representantes). Anémico potencial, con el que apoya la unilateral convocatoria -luego de su eventual posesión-, de una espuria Constituyente, que correspondería al consenso ciudadano, no al espíritu partidista, con desprecio por la CC, el Congreso, el Ejército. Monería -estilo Maduro- que aspira convertir la nación -a sangre y fuego- en sastre a su medida, sin controles, ni límites, en provecho de hordas de lacayos, no del país como un todo.

Narciso -con ínfulas autoritarias- con el sambenito de la incondicionalidad de la tiranía ‘veneca’ -idealizada hasta el mito, negada tres veces-; que disimula, citando la grandeza de Gaitán, López Pumarejo, Galán, con el fin de adobar su desmedido, irresponsable populismo; satanizar a los ricos; ‘defender’ al soberano, que “merece un futuro mejor”. Traicionado por el subconsciente, el amnésico exalcalde -que es peor de lo que parece-, imita al genocida M19, que lo amamantó; “para que el pueblo deje de enterrar mártires”. “No es tonto el indio, sino quien lo hace compadre”.

Enemigo de las 4G, EPS, fondos de pensiones; proclive a estatizar los servicios -‘remember’ el recojo de las basuras, que lo graduó, como el burgomaestre más incompetente de la historia bogotana; plantea la educación gratuita, de calidad; paneles solares para todos los hogares colombianos; condonar las deudas del ICETEX; DATACRÉDITO; comprar -para repartirlos-, Incauca, el Ubérrimo.

Como funcionario causó más daños -inmedibles- que como guerrillero. Proverbial es su falta de respeto por los sacrificados policías, soldados, otrora aniquilados por sus compinches, sin que la edulcorada, ‘Colombia humana’, dedique -ni siquiera- un murmullo recordatorio. “Un déspota de izquierda, no por ser de izquierda, deja de ser un déspota”, conclusión enrostrada por Daniel García-Peña en su carta de renuncia publicada en El Tiempo.

Sobria nota que -en tono descriptivo, sin juicio de valor- persigue formar conciencia ciudadana sobre la elección venidera.

 

Por Mario Arias Gómez 

http://articulosmarioariasgomez.blogspot.com.co/

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