Neoliberalismo y Mamertismo

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Por Ariel Peña.

Los mamertos latinoamericanos (marxistas-progresistas) de diferentes pelambres,  viven proclamando que el neoliberalismo no prevalecerá, culpando al  Consenso de Washington,  que es  un conjunto de formulaciones económicas de finales de los años ochenta, propiciadas por  el Fondo Monetario  Internacional, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro, como si ese programa fuera la génesis del neoliberalismo; lo que es absolutamente falso.

El neoliberalismo surge hace  aproximadamente 42 años de una alianza, entre el partido comunista chino y el capital financiero internacional, representado por las transnacionales en  la década  de los setenta del siglo pasado, para superexplotar a los trabajadores del país asiático y repartiesen la plusvalía, de ahí irrumpió  la flexibilización laboral que afecta a los trabajadores en todo el mundo, quedando claro que para las burocracias marxistas lo importante es conservar el poder político,  y si tienen  que abandonar sus  principios económicos, no interesa, porque  no solo en la China  se ha  desarrolla la economía capitalista con un régimen político totalitario marxista,  también  eso  sucedió  en  Vietnam y en otros países con dictaduras comunistas.

Por ello hay que hacer énfasis acerca de los hechos acaecidos  en Latinoamérica en los años 70 del siglo pasado, pues hoy por hoy nuestra región debería ser supuestamente  la segunda economía del mundo ocupando el lugar que tiene la China, si hubiera aceptado  el “plan básico” que se le propuso desde EE.UU.  a principió de los 70, lo que no fue implementado por la región ante las variadas crisis políticas de  diferentes países, rechazando  ese proyecto económico, que fue implementado después por China.

Los comunistas totalitarios le atribuyen unos falsos poderes omnímodos al  Consenso de Washington, cuyo término fue acuñado por John Williamson en 1989 y, además le hicieron un terrible mal a Latinoamérica cuando crearon en 1990 el foro de Sao Pablo o internacional comunista, para remozar al marxismo-leninismo, repudiado en Europa con la caída del muro de Berlín, siendo  los autores de semejante esperpento Fidel Castro(fallecido) y Luis Ignacio Lula da Silva del Brasil, quienes   buscaban expoliar  a  la región, para crear la Unión Soviética latinoamericana como quería Hugo Chávez, eso sí amparados en el atraso  ideológico de algunos  pueblos de esta parte  del mundo.

El Consenso de Washington que propone   formulas económicas, para que los Estados promuevan la austeridad con reformas tributarias,  privatización de empresas, seguridad jurídica, reducción del gasto público, entre otros, no fue un acuerdo entre EEUU y Latinoamérica que se debería cumplir rigurosamente, sino condiciones para empréstitos internacionales, igual a cuando un cliente va al  banco a pedir un préstamo, pero en cambio el foro de Sao Pablo es un acuerdo de partidos marxista-leninista junto a grupos terroristas como los que han aun existen en Colombia caso del ELN y las FARC, para conspirar en contra de la democracia liberal  y  llevar a la región a la esclavitud política, como ha sucedido  en Venezuela, Nicaragua y por supuesto en Cuba.

En  Latinoamérica se debe crear  un frente en contra del foro de Sao Pablo, cuya expresión doctrinal es  el marxismo, ya que ha sido una manía del comunismo totalitario cambiar de ropaje de acuerdo a las condiciones para engañar a despistados y tomarse  el poder buscando perpetuarse en él, porque en nuestros países tenemos el ejemplo del socialismo del siglo XXl que es el mismo toxico comunista con diferente etiqueta, además se ultraja a  la memoria del libertador cuando se usa el apelativo de bolivarianismo por parte de los comunistas para hacer efectivos sus aviesos planes.

Volvemos a reiterar que  es una absoluta mentira decir que el neoliberalismo se originó en Chile, con la dictadura de Augusto Pinochet, ya que la única verdad fue que su aparición se dio por  el maridaje que montaron el partido comunista chino y las grandes corporaciones económicas internacionales, y de  ahí surge una la flexibilización laboral que puede traer condiciones catastróficas para la humanidad. Demostrándose que el marxismo o comunismo totalitario es una maldición para la tierra  por sus actuaciones crueles, inhumanas y degradantes, al ser parte fundamental en la construcción del neoliberalismo a través del  comunismo que gobierna a la China.

No se sabe si es por  ignorancia o mala fe que los mamertos en Latinoamérica, responsabilizan al Consenso de Washington o la dictadura de Pinochet del origen del neoliberalismo, cuando lo único  cierto, es que este apareció por el contubernio del partido comunista chino con el capital financiero internacional, desarrollado por las transnacionales.

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Ariel Peña
Ariel Peña

Columnista, Escritor. Presidente de la federación Sindical UTRECOL


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