
Piden 60 años de cárcel para autores de masacre en el Caquetá

La Fiscalía General de la Nación pidió 60 años de cárcel, que es la máxima pena en Colombia, para los autores de la masacre de los cuatro hermanos Vanegas Grimaldo, de 4, 10, 14 y 17 años, sacrificados el 4 de febrero en jurisdicción de Florencia, Caquetá.
La orden perentoria del Presidente de la República, Juan Manuel Santos, a la Policía Nacional, de dar con su paradero a cómo diera lugar de los asesinos de los menores, ya son cinco los capturados por este sonado caso y se buscan a otras personas supuestamente vinculadas con el hecho. Primero, fueron detenidos en el Caquetá los dos principales autores materiales del abominable hecho.
Se trata de Cristopher Chávez Cuellar, de 42 años. Un hombre con antecedentes por homicidio, conocido con el alias de «El Desalmado», quien habría realizado el múltiple asesinato por petición de una persona que le ofreció, supuestamente, una propiedad que el padre de las víctimas estaba reclamado a la Nación. El otro apresado por estar señalado del crimen es Edison Vega García.

Chávez fue detenido en Florencia y Vega en la vereda La Esperanza, Caquetá, luego de nueve días de búsqueda. Ambos fueron llevados a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía en Florencia.
Luego de esas detenciones y ante la presión de las autoridades, se entregó el tercer sicario del caso, llamado Genderson Carrillo Ordóñez, conocido como «Chencho» o «El Enano», de 24 años.

Este hombre tenía tatuado en unos de sus brazos una “oración o proclama del sicario”, según reveló la Policía que lo reseñó. El escrito dice: «En el nombre de todo poderoso, de la santísima de la trinidad, conjurat que conjuret nn con el nombre quien seas, si es tigre, león, brujo”. La idea es que eso lo protegía en todas sus acciones delincuenciales, pero en este caso, parece que no le sirvió porque un juez de control de garantías le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario.

Según las investigaciones el múltiple crimen fue realizado por un millón de pesos y un lote. Como anticipo los supuestos asesinos habrían recibido 500.000 pesos. De acuerdo con el expediente, el día de los hechos, Édison Vega llamó por un celular de la calle a Cristopher Chávez para proponerle sacar, a punta de amenazas, a la familia Vanegas Grimaldo de un lote de 1.800 metros cuadrados, ubicado a la orilla de la vía que conduce de Florencia a Neiva (Huila), el cual es motivo de una disputa legal que comenzó en el 2013 y por la cual hubo denuncias entre vecinos ante la inspección de Policía local.
En una de las llamadas, Vega García, que era muy conocido de los Vanegas Grimaldo, le puso cita a Chávez Cuéllar en la vereda Las Brisas. Allí llegó junto con otro hombre, quien sería el segundo sicario, es decir, Carrillo Ordóñez.
Según la Dijín de la Policía, Chávez recibió las instrucciones de Vega en un papel con los nombres de Jairo Vanegas y el de su esposa, Victoria Grimaldo, padres de los menores, escritos junto con sus números celulares. A ambos los tenían que asesinar. Pero al no encontrarlos en la casa, porque se habían ido para Florencia a buscarle cupo de colegio a sus hijos, procedieron a sacrificar a los menores de edad.
El papel fue pieza clave para desenredar el caso, pues la Fiscalía lo encontró y este le dio indicios para rastrear a los asesinos.“Estaba entre un hueco de un ladrillo de la casa”, confirmó un funcionario del ente acusador.
Los criminales llegaron a la humilde morada de los Vanegas Grimaldo en una moto, la cual fue hallada desarmada y enterrada en el patio de la casa, al igual que las prendas que ese día usó Chavéz y un arma.
Carrillo es señalado de ser la persona que manejaba la moto y estuvo en el momento en que le dispararon a los niños. La Policía asegura que está buscando el arma con la que Chávez cometió el crimen y que «Chencho» o «El Enano» habría lanzado al Río Hacha de Florencia, según lo habría afirmado este mismo procesado.
La identidad de este sindicado se logró por un retrato hablado que realizó la Fiscalía, basado en el testimonio de un hermano de los menores, quien resultó herido y escapó para dar a aviso a las autoridades.

Las autoridades además detuvieron en el Caquetá a José Aleisy García Ramírez, hermano de Edison Vega García, quien ya está capturado por la masacre. Las investigaciones señalan que José Aleisy conoció de los hechos y fue cómplice de su pariente.
Los hombres del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía también capturaron a una quinta persona, supuestamente comprometida con esta barbarie. Se trata de Luz Mila Artunduaga, vecina de los Vanegas Grimaldo, acusada de ser la autora intelectual o determinadora del crimen, quien le habría pagado a los sicarios para ejecutar a los indefensos jóvenes, por la disputa de las tierras con los padres de estos menores sacrificados.
Esta mujer siempre ha negado su participación en los repudiables hechos, pero los investigadores dicen tener serios indicios que la inculpan, entre estos, la supuesta versión de uno de los detenidos.
Un juez de control de garantías de Florencia (Caquetá) también le dictó medida de aseguramiento de detención preventiva, con reclusión en centro carcelario, a José Aleisy García y a Luz Mila Artunduaga, para que respondan en un proceso penal por el suceso.

La Policía entregaba una recompensa de hasta 70 millones de pesos como recompensa para quienes entregaran información para capturar a los citados delincuentes y los rastreaba mediante los retratos hablados. Se desconoce si la institución armada recibió datos de algún informante para realizar las detenciones de Chávez Cuellar y de Vega García, y si debe pagar la mencionada compensación económica.
Estos son los retratos de «El Desalmado» y «El Enano»

Recordemos que este crimen ocurrió en la vereda El Cóndor, a 45 minutos de Florencia, en la zona rural, sobre la vía que conduce hacia Neiva, donde los criminales entraron a la humilde vivienda de la familia Vanegas Grimaldo (compuesta por nueve hermanos) y dispararon contra los cuatro hermanos Deinner, Laura Jimena, Juliana y Samuel Vanegas Grimaldo, quienes al momento del ataque se encontraban solos en la citada casa, al parecer viendo televisión. El otro menor, hermano de los fallecidos, terminó herido y fue internado en el hospital local.

Los menores fueron sepultados en Florencia, en medio de arengas de protesta por el aberrante hecho.
Más de 30 mil personas marcharon en Florencia (Caquetá), como rechazo al asesinato de los cuatro hermanos, menores de edad, a manos de los delincuentes en el casco urbano de esa ciudad del sur del país.


La Defensoría del Pueblo, junto con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), lanzó una convocatoria a las autoridades nacionales, con el fin de extremar las medidas de protección para evitar que los niños, niñas y adolescentes sigan siendo víctimas de la violencia en Colombia.
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Un juez de control de garantías de Florencia cobijó con medida de aseguramiento, en centro carcelario, a Cristopher Chávez y Édison Vega, en el proceso que se sigue por el crimen de los cuatro menores, sin embargo estos dos sindicados no aceptaron los cargos.
Las autoridades están tras el rastro de otros presuntos implicados en el repudiable asesinato.










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