Irán firmó en Viena (Austria) un histórico acuerdo con Estados Unidos y los cinco países más poderosos del mundo para dejar de lado la fabricación de la bomba atómica, a cambio de que le retiraran o levantaran gradualmente las sanciones comerciales internacionales que ahogaban su economía. Sin embargo, los persas podrán seguir con su programa nuclear civil con fines pacíficos para el desarrollo industrial de ese país del sur de Asia.
Es decir, el régimen de Teherán deberá olvidarse de hacer armas nucleares para atacar a su acérrimo enemigo Israel, pero podrá comercializar su gran producción de petroleo, ya que es uno de los primeros productores del mundo, para recibir dólares a borbotones. Esto influiría en los valores del crudo a nivel orbital porque con la gigantesca oferta iraní los precios del combustible tendrían que bajar.
Recordemos que un informe del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), una agencia de Naciones Unidas, afirmó que el «programa nuclear de Irán podría tener una arista militar» y ese era el miedo de la comunidad internacional.
«Las decisiones que tomamos hoy (martes) no solo tratan sobre el programa nuclear iraní» sino que también «pueden abrir un nuevo capítulo en las relaciones internacionales», declaró la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, al abrir la reunión ministerial que oficializó el acuerdo.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif consideró que se trataba de un «momento histórico».
El acuerdo, que autoriza a Irán continuar con su programa nuclear civil, permitirá «normalizar» las relaciones de Irán con el mundo, aseguró el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, señalando que en «pocos días» el Consejo de Seguridad de la ONU adoptará una resolución destinada a validar el acuerdo.
Lo anterior significa que Irán sería sacado de las listas internacionales de «países parias» o apoyadores del terrorismo internacional por sus nexos y apoyo financiero con el grupo extreminista libanés Hezbollah, que atacaba a Israel desde los Altos del Golán entre Siria y Libano.
Es la primera vez que Estados Unidos y la República Islámica hacen un acuerdo a tan alto nivel desde la ruptura de sus relaciones diplomáticas entre ambos en 1980.
Las negociaciones entre Irán y el llamado Grupo 5+1, o sea, los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido- y Alemania) debían terminar el pasado 30 de junio de 2015, pero la fecha límite fue aplazada en varias ocasiones por las diferencias en dos o tres «temas difíciles» que finalmente fueron solventados por las partes.
El acuerdo fue alcanzado tras largas negociaciones que comenzaron en septiembre de 2013 y cuya última ronda se extendió a lo largo los 18 últimos días. El pacto es catalogado por los expertos como un hecho sin precedentes desde los acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra de Bosnia-Herzegovina en 1995.
Según el presidente ruso, Vladimir Putin, «el mundo ha acogido el pacto con un gran suspiro de alivio».
Los analistas internacionales también sostienen que este acuerdo es un gran éxito para el presidente moderado iraní Hasan Rohani, y también para su homólogo estadounidense, Barack Obama, quien se apunta su segundo éxito diplomático en su último mandato, después de lograr la reconciliación con Cuba.
