Los hombres de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) le pusieron un punto muy alto al proceso de paz que llevan a cabo con el Gobierno Nacional en La Habana, Cuba. Piden que sea liberado Simón Trinidad, uno de sus jefes, condenado a 60 años de prisión en Estados Unidos por el secuestro de ciudadanos de ese país, para que sea quien entregue las armas del grupo guerrillero por ser, simbólicamente, uno de los miembros de su delegación en la isla caribeña.
Este es el mayor punto de presión desde que se iniciaron los diálogos, en noviembre de 2012, porque esta decisión no depende de Colombia, sino de la justicia estadounidense.
Así lo ratificó Ricardo Téllez, alias «Rodrigo Granda», a Noticias RCN televisión.: «Él (Palmera) es un hombre que tiene que estar metido de lleno en la cuestión de la recolección del armamento, la llevada supervigilando en los sitios donde van a estar».
El cesarense Simón Trinidad, cuyo verdadero nombre es Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, fue extraditado por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez en diciembre de 2004 a EE.UU. y en 2008 fue condenado a 60 años de cárcel por el secuestro de tres ciudadanos estadounidenses que permanecieron cautivos más de seis años, en condición infrahumanas (enjaulados con cercas de alambres de púas, con el fallecido y temible Mono Jojoy como custodio) en las selvas del sur de Colombia.
Según Granda «todo está inventariado, las armas, los uniformes y hasta los machetes» y reiteró que las Farc prometieron entregar todas las armas y eso lo cumplirán.
«Nosotros decimos que vamos a entregar hasta el último fusil, de eso no le puede caber dudas al pueblo colombiano», reveló Granda a RCN.
Por ahora no se conocen la reacciones de los gobiernos de Colombia y ni de Estados Unidos sobre la propuesta de las Farc que, según esta versión, fue manifestada al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en la visita que este hizo en el mes de marzo de 2016 a Cuba con el presidente Barack Obama, donde se reunió con los negociadores rebeldes.