Fue trasladado a donde debe estar: La Penitenciaría La Picota, en el sur de Bogotá. Allí esperará su envío a Estados Unidos.
Jesús Santrich, el poderoso cabecilla de las Farc, no tiene nada. No está enfermo de nada, así lo confirmó el Instituto de Medicina Legal de Colombia.
Luego de unos rigurosos exámenes ordenados por el Ministerio de Justicia se demostró que esos salieron «satisfactorios».
Santrich, fue detenido por la Fiscalía colombiana y la DEA estadounidense dentro de una inestigación por narcotráfico ya que pretendía enviar 10 toneladas de cocaína a norteamerica con asocio del cartel mexicano de Sinaloa, luego de firmado el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc. Tras su captura, inició una huelga de hambre para evitar ser llevado a una cárcel de máxima seguridad con fines de extradición.
Luego de la gestión de varios congresistas de izquierda y la Iglesia Católica, Zeuxis Pausias Hernández, fue recluido en la Fundación Caminos de Libertad, bajo la dirección del Episcopado Nacional, ubicada en el centro de Bogotá, con todas las comodidades y facilidades para su recuperación física. El argumento era que podría morir por la huelga de hambre y eso no era conveniente para la paz del país.
Ahora, el Gobierno, con los resultados de Medicina Legal, lo trasladó a un verdadero centro de reclusión: La Penitenciaría La Picota, del sur de Bogotá, donde debe esperar su envío a Estados Unidos. Ya no hay más excusa para trasladarlo a otro sitio con prerrogativas.
