Márquez

«Que Álvaro Uribe permita a los colombianos hacer la paz»: Iván Márquez

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La Otra Cara retoma textualmente esta entrevista del bbc.com

El sorpresivo triunfo del «No» en el plebiscito que pretendía dar legitimidad al acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC arrojó el proceso en su peor crisis.

En una semana extraordinaria, los colombianos rechazaron el proceso, Álvaro Uribe se sumó a las conversaciones, el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibió el premio Nobel de la Paz y marchas y manifestaciones a favor del proceso empezaron a pulular por todo el país.

¿Y las Farc? Inmediatamente después del resultado del plebiscito, su máximo comandante, Rodrigo Londoño «Timochenko», anunció que la búsqueda de la paz continuaba. Desde entonces están en contacto constante con los negociadores del gobierno y esperan en La Habana las propuestas que les deben pasar las tres mesas en las que delegados del «No» que trabajan con representantes del Presidente Juan Manuel Santos.

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En las últimas semanas ha pasado mucho en cuanto al proceso de paz. ¿Cuán presionados se sienten ustedes?

La verdad es que hemos trabajado de manera distendida. No hay problemas, entendemos la situación que se ha presentado. Ha habido un empate técnico entre el «No» y el «Sí» en el plebiscito. El «No» no tiene una mayoría absoluta pero tiene un talón de Aquiles y es que fue construido sobre la base de la mentira. 

Lo ha confesado el propio jefe de la campaña del «No», el señor Juan Carlos Vélez, entonces deja en una posición muy débil a uno de los sectores del «No», que es el del senador Álvaro Uribe Vélez. 

El «No» es muy variado. Los seis millones de votos del «No» no le corresponden a Uribe Vélez, sino que ahí están representados los cristianos. Y otros sectores de la sociedad que por razones propias y por su convicción resolvieron darle un no a la actuación del presidente.

Aquí se está calificando, no el acuerdo final de La Habana, firmado en Cartagena, sino que se está juzgando una actuación política del presidente de la República porque los plebiscitos no tienen ningún tipo de alcance jurídico.

¿Cuáles son los puntos para usted que consideran no negociables?

Nosotros no estamos hablando de no negociables. Tenemos la satisfacción de contar ya con un acuerdo que contienen los elementos suficientes para iniciar la construcción de una paz estable y duradera para los colombianos. 

El logro de la paz y de la reconciliación es lo que más nos interesa.

Pero evidentemente habrá que entrar en una especie de negociación para incluir algunos puntos de la campaña del «No». Los partidarios de esta opción rechazan que los comandantes que hayan cometido crímenes de guerra no paguen cárcel y puedan ser elegidos para cargos públicos. 

La campaña del «No» tuvo una base en la mentira. Ha habido una manipulación inaceptable de la opinión pública y eso está demostrado. Así lo registran los medios de comunicación en Colombia y lo reconocen algunos de los promotores del «No». Es el caso del señor Juan Carlos Vélez.

No va a haber impunidad. La jurisdicción especial para la paz no contempla la posibilidad de que los delitos no amnistiables y no indultables queden en la impunidad.

Hay una sanción, quiero reiterarlo. Pero es una sanción restaurativa, reparadora. 

Quiero remarcar esto. La jurisdicción especial para la paz no es solo para las FARC, es para todos los involucrados en el conflicto, incluida la cúpula la política, los militares, los empresarios, los guerrilleros, los paramilitares, la policía, los directores de grandes medios que azuzan día a día la guerra.

Esa jurisdicción especial para la paz es para todos los implicados en el conflicto, entonces hay que partir de esa base porque nos podemos equivocar en los enfoques que tenemos de la realidad colombiana.

Pero usted, Iván Márquez, ¿estaría dispuesto a ir a la cárcel unos años?

Nosotros vamos a aportar verdad. Su pregunta no tiene lugar porque no consulta la jurisdicción especial para la paz.

Esta contempla cárcel para aquellos que no aporten verdad. Esos, los que se nieguen a ir a los tribunales de paz, tienen que pagar una sanción punitiva y deben ir a la cárcel.

¿Qué es lo novedoso de esta jurisdicción? Que usted va a aportar verdad para sanar heridas, que usted va a asumir responsabilidades y si su actuación está enmarcada dentro de lo no indultable en coherencia con el derecho internacional humanitario, entonces usted no tendrá ninguna impunidad, sino que será tratado con un procedimiento novedoso que es restaurativa.

Pero si eso no es suficiente no solo para la campaña del «No» sino para una mayoría de colombianos.

La mayoría de colombianos quiere la paz. ¿Usted ha visto semejantes manifestaciones que se han producido en el país? En Bogotá, en Medellín, en Cali. Dejar atrás 52 años de guerra, que es lo que no quieren algunos sectores.

Quieren la paz, es evidente. Pero, como dijo el lema del «No», no así. Y ahí está el problema que ustedes tienen.

Es lo que hemos convenido, ¿cómo no va a ser así? Si ahí están los elementos que realmente nos pueden conducir a la paz. 

¿Ellos quieren la paz? Pues ahí tenemos un instrumento en nuestras manos que se llama acuerdo final. Tomémoslo. 

Agreguémosle, sí, como usted sugiere al comienzo de la entrevista, algunos planteamientos para enriquecer ese acuerdo final y así tener un acuerdo fuerte que cuente con el respaldo de toda la nación. 

Por ahora, ¿qué está haciendo la campaña del «No» y en especial el sector de los políticos? Dilatar, dilatar el proceso para llevarlo a una encrucijada, a una situación donde el proceso termine. Y Colombia no quiere eso.

¿Cómo está la tropa en este momento? ¿Desanimada?

No, el ánimo de la tropa y se lo voy a decir parafraseando un poco al poeta Pablo Neruda: «el ánimo y la moral es tan elevada que toca al mismo invisible pecho del cielo».

La gente está a la expectativa, sí, esperando los desarrollos que saben que estamos tratando de concretar tanto en Bogotá como en La Habana.

Estamos trabajando arduamente para buscar fórmulas jurídicas y políticas. Porque debemos escuchar a los del «No» y del «Sí».

Y vamos a escuchar también a la abstención, a más del 60% que se abstuvo de votar en Colombia. 

Es justo que nosotros escuchemos pero también advirtiendo una cosa. Que realizamos foros temáticos en los cuales participó la mayoría de los sectores del país. Esas opiniones las recibimos en La Habana y las plasmamos en el acuerdo.

En ese aspecto, nos sentimos tranquilos y satisfechos porque hemos logrado tomar el pensamiento y la visión que tiene el movimiento social y político de Colombia en los acuerdos que firmamos.

¿La guerrilla no se siente en una especie de limbo en este momento?

Hay que salir rápido de esa situación de incertidumbre. Por eso reafirmamos que la dilación que pretende uno de los sectores del «No» es para dar por terminado el proceso de paz, pero los colombianos no estamos dispuestos a eso.

Ya el país lo ha demostrado fehacientemente en sus manifestaciones masivas por todo el territorio nacional. 

¿Temen deserciones?

Realmente no. No existe en la dirigencia de las FARC ese temor. Hemos sido claros, precisos y lo digo sobre todo después de realizar la X Conferencia de las FARC, donde la delegación de paz de las FARC en La Habana, recibió el más unánime de todos los respaldos a una política realizada como es la que desplegamos en los diálogos de paz. 

En las condiciones actuales, ¿por cuánto tiempo se puede seguir sin tener determinada una fecha final?

Es cierto lo que usted dice y recuerde que nosotros no estamos cobrando impuesto a ninguna empresa en este momento.

Estamos haciendo uso de una economía de guerra. De un poco dinero que aún nos queda para sostener un ejército. Eso no es fácil y requiere de muchos, pero muchos recursos económicos. 

Tenemos muchos rubros como por ejemplo la alimentación, el sostenimiento, la dotación de un guerrillero, la salud, el transporte. Es un ejército y demanda recursos.

Usted me dijo anteriormente «no tenemos plata». De hecho la campaña del «No» usó esa línea en su contra. Luego, el día antes de la votación, dijeron que iban a pagar indemnizaciones a las víctimas. 

Lo que hubo fue una declaración donde las FARC se refirieron a que existe una economía de guerra. Es obvio que las FARC tienen que vivir de algo. Tenemos que cultivar la tierra. Ese puede ser un bien.

Tenemos también bienes muebles, como ganado, de donde sacamos la leche, la carne y el queso que comen los guerrilleros.

Y algunos bloques pueden tener unos ahorritos y a eso nos referimos. Son unos dineros que entran en lo que llamamos economía de guerra.

Por eso tenemos que agilizar esto, porque se pueden agotar. 

No es cierto que las FARC sean una organización rica como pregonan estos sectores malintencionados. 

¿Es una opción para ustedes volver a la guerra?

No quisiéramos volver a la guerra. Colombia no se merece más guerras. Recuerdo las palabras del comandante Alfonso Cano al concluirse los diálogos de paz con el gobierno de Gaviria en Tlaxcala, México, cuando dijo con tristeza: «Nos vemos dentro de 10.000 muertos».

Colombia no resiste más victimizaciones, necesita hacer sus mejores esfuerzos por lograr la reconciliación, la paz.

Y como le estoy diciendo, en ese acuerdo final está la clave, la fórmula, la ruta y el camino para llegar a una paz con vida digna, que es lo que nosotros queremos. Con democracia dilatada, la más amplia que se pueda, con soberanía. 

De la forma que habla usted, suena como si el proceso de paz no está en crisis, pero al resto del mundo le parece que sí…

Somos optimistas frente a la crisis. No nos amilanamos frente a los problemas. Hemos enfrentado desde los más serios en toda esta historia de resistencia y este no nos va a amilanar. 

Estamos seguros de que hay argumentos políticos y jurídicos que permitirán sacar adelante y muy pronto este proceso de paz.

¿Cuál el próximo paso para usted?

Nos vamos a reunir nuevamente con el gobierno en los próximos días. Hoy (miércoles) seguramente tenemos una reunión para ponernos de acuerdo en términos del protocolo sobre el cese el fuego y hostilidades definitivo.

Estamos pensando en la posibilidad de reagrupamiento de la fuerza en unos puntos, entonces necesitamos ponernos de acuerdo en el contenido de esos protocolos para así pedirles a Naciones Unidas que su misión tripartita y su mecanismo de monitoreo y verificación entre a actuar para preservar la situación de no confrontación armada que hoy se vive en Colombia.

Tenemos que proteger esta suerte de armisticio que tenemos. 

Durante estos años de negociación parecía que era un proceso entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC y al final de cuentas parece que el exmandatario Uribe tiene tanto que decir como esos dos actores.

No quisiera hablar del señor Uribe ni de sus posiciones. Esas son sus convicciones, nosotros tenemos las nuestras. Pensamos que Colombia no merece la guerra.

Uribe tuvo ocho años para intentar aniquilar por la vía militar a las FARC y no pudo. Si no pudo ganar la guerra, que permita a los colombianos hacer la paz. Eso es lo que le podemos pedir. 

Usted se encontró con la BBC hace un año más o menos. Dentro de un año, ¿volveremos a encontrarnos aquí?

Nosotros aspiramos a que esta situación se resuelva pronto y estamos trabajando en esa dirección. La discusión no puede ser eterna porque hemos discutido por más de cinco años ya.

Es que los colombianos somos especiales. Colombia es un gran Macondo, ese Macondo de García Márquez donde ocurren tantas cosas inverosímiles. 

Y es inverosímil que una gente se pronuncie en contra de la actuación de un presidente que quiere la paz para Colombia.

Puede ver la entrevista completa de Márquez en bbc.com

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La Otra Cara es un portal de periodismo independiente cuyo objetivo es investigar, denunciar e informar de manera equitativa, analítica, con pruebas y en primicia, toda clase de temas ocultos de interés nacional. Dirigida por Sixto Alfredo Pinto.


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