Luego de salir a flote el negocio del Gobierno Nacional y el profesor, ex alcalde de Bogotá y ex candidato presidencial del partido verde, Antanas Mokus Sivickas, para promover marchas y o movilizaciones a favor de la paz, se comenzaron a conocer los millonarios contratos del Ejecutivo con muchas personalidades y entidades del país para impulsar ese objetivo.
El contrato de Mockus es el FP-093 de 2014 con la Corporación Visionarios por Colombia por más de $480 millones.
En la lista están reconocidos periodistas; comunicadores pocos conocidos; canales de televisión y de radio; empresas de construcciones, de computadores, de sistemas, de celulares y de logística; revistas prestigiosas; defensores de derechos humanos; asesores; religiosos; investigadores; publicistas; corporaciones; fundaciones; federaciones; ONG; policías y militares retirados; políticos; esposos de periodistas; agencias de viajes, etc.
Son miles de millones de pesos en toda clase de contratos invertidos por el Fondo en diferentes rublos para publicitar la paz, mediante diferentes medios. Hay que decir que el contrato de Mockus es de los más pequeños en comparación con el de la Corporación Arcoiris, que fundó el ex militante del ELN, el analista León Valencia, defensor a ultranza de los diálogos, cuyo contrato con el Gobierno es de cerca de $1.000 millones por asesorar en temas de paz, especialmente con el ELN.
Nuestro portal laotracara.co publica este archivo en PDF de 29 páginas con los Gastos en Contratos Fondo de Programas Especiales para la Paz durante el 2014
También están los Gastos en Contratos Fondo de Programas Especiales para la Paz durante el 2013
Para muchos opositores del Gobierno este es un típico caso de mermelada o de sobornos para comprar el proceso de paz que se realiza con la Farc en La Habana, Cuba. Para los oficialistas este tipo de contratos son necesarios para promocionar el diálogos con la guerrilla y se trata de los gastos normales que conlleva ese objetivo tan anhelado en Colombia durante más de 50 años.
Luego de estas revelaciones, que se pueden constatar en las mismas páginas de Internet de la Presidencia de la República, hay que hacerse unas preguntas:
¿Que todo el mundo hable y promueva el proceso de La Habana, porque está pagado por la Casa de Nariño, nos llevará a un paz legítima?
¿Qué prestigio tienen los opinadores más resonados de Colombia si están comprados para hablar bien del Gobierno y la paz?
¿Qué veracidad tienen los medios comprados para difundir la propaganda a favor de la paz?
¿No sería mejor que quien apoye la paz lo haga porque le gusta el proceso y no porque recibe una prebenda oficial?
¿Que hará el Gobierno para comparar a los millones de colombianos que tendrán la ultima palabra cuando sean convocados sobre el proceso?
Mockus afirmó que se sintió «como una prostituta, como si esa plata fuera mal habida y no fue mal habida».
El ex candidato del Partido Verde emitió un comunicado en su defensa en el que dijo: «La propuesta presentada y ejecutada en 2014, se relacionaba con una serie de investigaciones cualitativas y cuantitativas que permitieran evaluar la percepción de los colombianos frente al proceso de paz en La Habana y proponer herramientas pedagógicas para socializarlo (…) ninguna de las estrategias propuestas está relacionada, directamente ni indirectamente, con la marcha por la vida programada para el 8 de marzo de 2015”.
Por su parte, León Valencia afirmó en su cuenta de Twitter: «Quienes fundaron las convivir para asesinar a colombianos inermes ahora tienen la cachaza de criticar convenios de Estado y ONGs para la paz» y agregó: «El uribismo difunde contratos con Arco Iris como si fueran míos, me retiré de esa fundación hace 2 años, pero es legítimo que ONGs contraten».