
Porqué le teme Santos a Uribe

Es bien sabido que el partido Centro Democrático, de oposición al Gobierno Nacional, está publicitando un debate público entre su máximo líder, el ex mandatario Álvaro Uribe Vélez, y el actual Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, para exponer sus versiones sobre el SI y el NO en el Plebiscito que se realizará este próximo 2 de octubre de 2016.
La gente de Uribe dice que el ahora Senador se enfrenta a Santos dónde sea y en las condiciones que este ponga, pero los voceros de la Casa Nariño guardan silencio mostrando una negativa al asunto, es más, mandaron al ex presidente César Gaviria a que retara a Uribe y le propusiera un debate entre los dos. Pero Uribe quiere es a Santos y este, ya asesorado por sus politólogos, no quiere dar un paso en falso.
Las redes sociales están llenas de Hashtag hablando del debate e invitando a Santos a aceptar la propuesta.
Según expertos, la negativa del Presidente Santos se debe a que no quiere poner en riesgo ante la ciudadanía su Acuerdo de Paz firmado con las Farc en La Habana (Cuba), porque este tiene aspectos impopulares que jugarían a favor de su adversario, el Senador Uribe.
Entre ellos, el hecho de que los jefes de las Farc no paguen ni un sólo día de cárcel por los delitos de lesa humanidad cometidos, porque con solo aceptar que cometieron las masacres quedarán absueltos; que ningún guerrillero se va concentrar en las zonas de ubicación si no se firma después del Plebiscito una ley de Amnistía e Indulto, es decir de perdón para todos sus delitos; que los líderes de la subversión no pongan un solo peso para indemnizar a sus cientos de víctimas y tenga que hacerlo el Estado; que les den curules gratis en el Congreso a los insurgentes o que se le acepte a la organización guerrillera que hayan utilizado el narcotráfico como un delito conexo o secundario de la rebelión, utilizado para financiar su causa.
Sin embargo, Santos tiene a su favor el hecho de que logra la paz, como sea, con un grupo que lleva más de 50 años matando y secuestrado en las diferentes regiones de Colombia, lo que traería tranquilidad en el país.
Macías invita a Santos con una carta
El senador Ernesto Macías, miembro del Centro Demócratico, le envió una carta al Presidente Santos invitándolo a debatir con su jefe Uribe. Este es el comunicado:
«Doctor
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN
Presidente de la República
Respetuoso saludo,
En varias ocasiones desde que comenzaron las negociaciones de su Gobierno con las FARC en Cuba, el Centro Democrático a través de sus principales dirigentes y, en especial, del propio presidente Álvaro Uribe Vélez, inspirador y fundador del Partido, presentó muchas observaciones y preocupaciones y, desde luego, propuestas y alternativas pensadas en el bien país y en la preservación de sus instituciones y la democracia, sin que fueran escuchadas ni tenidas en cuenta.
Entre otras, en abril de 2015, al entonces ministro de la Presidencia, doctor Néstor Humberto Martínez, el presidente Uribe le expresó todas las preocupaciones, públicamente difundidas, frente a los puntos conocidos en ese momento de las negociaciones y le presentó alternativas para mejorar los eventuales acuerdos.
Igualmente, en septiembre de 2015, el presidente Uribe se reunió con el doctor Humberto de la Calle, en la residencia del Embajador de los Estados Unidos; cita en la cual el presidente Uribe reiteró las mismas preocupaciones y observaciones.
Posteriormente, en julio del presente año, cuando el presidente Uribe se encontraba en Roma, a través de los medios de comunicación se conoció una carta que Usted le habría enviado, según la cual, le pedía ‘ayudar en la construcción de un país en paz’. Sin embargo, en ese momento ya estaba todo finiquitado en La Habana y, según sus ministros, ‘nada se podía modificar’.
Hoy, cuando están definidos y redactados los acuerdos de La Habana, entre su Gobierno y las FARC, y faltando dos semanas para la votación del Plebiscito, ante la incertidumbre, preocupaciones y grandes dudas que existen en el pueblo colombiano sobre los textos firmados, es necesario y fundamental para la institucionalidad del país y la democracia, que Usted como principal responsable de lo acordado en Cuba, acepte debatir cara a cara y públicamente con el presidente Uribe, cabeza de la oposición a esos acuerdos, todo lo relacionado con los mismos.
En tal virtud, y teniendo en cuenta que existe el tiempo suficiente para que Usted explique los acuerdos y las razones por las cuales invita a votar por el Sí y el presidente Uribe pueda exponer los argumentos para votar por el No, propongo un debate amplio, público, directo y televisado, entre los dos. Dicha confrontación seria y argumentaba, permitirá a los colombianos tener una mayor claridad para tomar la decisión más acertada en la votación del Plebiscito el 2 de octubre.
Pensando en la tranquilidad y confianza de las partes, sugiero respetuosamente que el periodista Julio Sánchez Cristo, sea el moderador del debate. Finalmente, debo manifestarle que el presidente Álvaro Uribe Uribe está listo y dispuesto a participar en el debate.
Atentamente,
ERNESTO MACÍAS TOVAR
Senador de la República».
La respuesta de Presidencia negando el debate
Desde la Casa de Nariño, el Secretario General de la Presidencia, Luis Guillermo Vélez, también por orden su jefe, el Primer Mandatario Juan Manuel Santos, le respondió a Macías con otra carta declinando a la invitación del congresista uribista.
Vélez argumentó que en el transcurso de las conversaciones de paz de La Habana, el Gobierno invitó varias veces a Uribe a ira a Cuba a debatir aspectos del proceso y ese se negó.
“En numerosas ocasiones el presidente de la República ha convocado a líderes políticos, empresariales, sociales, comunitarios y religiosos, tanto en La Habana como en Colombia, a debatir el contenido y alcances de los acuerdos de paz recientemente suscritos”, dice la carta.
“Lamentablemente, una y otra vez los representantes del Centro democrático y el mismo senador Álvaro Uribe declinaron las invitaciones”, agregó el Secretario General Vélez.
Así las cosas, parece ser que Colombia se va a privar de ver estos a dos acérrimos rivales en la política en un cara a cara, defendiendo cada uno sus argumentos.


