Desde hace días, Colombia ha estado inmersa en jornadas de paro nacionales, marchas o cacerolazos promovidos por una minoría que protesta por imponer su agenda política, como la reforma tributaria, la muerte de los líderes sociales, la eliminación del ESMAD y los diálogos con el ELN, o por cualquier cosas, con el único objetivo de desestabilizar el gobierno del Presidente Iván Duque.
Esas manifestaciones están encabezadas por los partidos de izquierda opositores a la Casa Nariño, ONG, colectivos socialistas, líderes sociales y estudiantes, entre otros.
Es bien sabido que dichas marchas paralizan las ciudades y, especialmente el transporte público. Por eso, los ciudadanos de a pie que salen a protestar, muchos engañados sin saber de fondo porqué lo hacen, se tienen que devolver para sus casas, caminando largos trayectos después de esos actos, ya que el servicio de transporte queda afectado.
Sin embargo, lo curioso del asunto, es que, según testimonios de la propia ciudadanía, la mayoría de los organizadores del paro, luego de arengar a esa multitud, se embarcan contentos en sus lujosos y seguros carros blindados, con chofer y todo, que les da el Estado para su seguridad mediante la Unidad Nacional de Protección (UNP), y se marchan sin ningún problema. Mientras sus seguidores caminan y caminan.
Es decir, al parecer, los colombianos con sus impuestos están pagado la seguridad y el transporte a estos líderes de las protestas para que pongan en jaque al Gobierno y realicen marchas que afectan la movilidad, el comercio y la seguridad de la mayoría de los ciudadanos.
Parte de los altos y múltiples impuestos con que tienen ahogados a todos los colombianos van a parar a lo carros blindados y escoltas de los comunistas de este país pic.twitter.com/xNRcA5P9ho
— Sixto Alfredo Pinto (@laotracara_co) December 15, 2019
Sin contar, que por culpa de los Paros, algunos de estos marchantes a los que después llaman inflitrados, mediante actos vandálicos o terroristas, han hecho grandes daños a la infraestructura de varias ciudades, especialmente en Bogotá, en donde destrozaron las estaciones del Transmilenio, causando enormes pérdidas económicas.
Entonces, hay que hacerle las siguientes preguntas a la UNP: ¿Cuántos líderes sociales tiene bajo su protección en toda Colombia?
¿Cuántos carros blindados y personal experto se necesita para mantener la seguridad de estas personas?
¿Cuántos organizarores del Paro Nacional tienen camionetas blindadas y choferes?
¿Cuánto le cuesta al Estado mantener a estos personajes?
¿Hasta qué fecha se mantendrán dichos esquemas?
Los colombianos quedan a la espera que conocer la verdad sobre este asunto…
