Muchas veces los dueños de establecimientos comerciales hacen o mandan a fabricar carteles publicitarios y no se percatan de que dichos anuncios contienen errores de ortografía o palabras mal combinadas que resultan obvias.
Estos letreros redundantes (repetición innecesaria o inútil de un concepto como caminando por el camino, bajó para abajo, suba para arriba, un fallecido que murió, etc.) terminan siendo ridículos, pero eso, en algunos casos, es lo que llama la atención del público, voluntaria e involuntariamente, y así, dichos avisos cumplen su función principal que es vender algún producto o servicio.
En Latinoamérica es muy común leer carteles con mala utilización del español, así lo descubrió el portal mexicano notinerd.com, que nos muestra estos ejemplos: