El Socialismo: Confusión, Ambivalencia y Maldición

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Por Ariel Peña

@arielpenaG

Winston Churchill, afirmó: “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo  a la ignorancia y la  prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”.

Aunque necesariamente la expresión anterior del gran político británico, no se le podría endilgar a la palabra socialismo absolutamente, ya que esta es muy confusa, profusa y difusa, indiscutiblemente Churchill en aquella célebre frase se refiere a la estafa  comunista del marxismo leninismo en primer lugar, de igual manera al fascismo cuya génesis es el marxismo con Benitto Mussolini rabioso militante de esa corriente a principios del siglo XX, e indudablemente el expremier ingles también  alude al nazismo de Hitler, cuyo nombre de pila era: partido obrero nacional socialista(Nazi). Todos los tres son  totalitarios en la teoría y en la práctica.

Cuando se habla del socialismo,  que es una palabra bastante prostituida en el léxico político, es pertinente preguntar ¿cuál? Ya que dicho termino ha tenido bastantes acepciones a través de la historia, empezando por Hitler a quien ya nos referimos, pero huelga a decir que el Fuhrer fue el dirigente máximo del partido obrero nacional socialista (Nazi) y dentro de su ideario antes de llegar al poder en Alemania, afirmaba que  luchaba por los pobres, la justicia social y además se proclamaba revolucionario y desde luego  socialista.

De igual  manera Benito Mussolini el Duce, antes de fundar el fascismo, era  marxista radical y miembro del partido socialista italiano e  hizo expulsar de  esa colectividad a los socialdemócratas por eclécticos. El Duce fue admirado por Lenin, quien en 1922 regañó a los dirigentes del comunismo italiano por haber dejado ir a Mussolini, pues según el sátrapa ruso, era el líder indicado para haber hecho la revolución en la península antes de 1914, al Duce lo acompaño en la empresa fascista nada menos que Nicola Bombacci fundador del partido comunista italiano; los dos murieron ejecutados en 1945, y   de Mussolini se recuerda que jamás renegó del marxismo, pero además se proclamó siempre socialista, y fundó el fascismo para volverse más “ revolucionario”.

Dentro del término socialista hay que mencionar a la social democracia surgida en la Segunda Internacional de los Trabajadores, siendo personajes destacados de  esa organización Eduardo Berstein quien  le desmitificó al marxismo su dogma del materialismo histórico, en su libro: Las premisas del Socialismo y las Tareas de la Social Democracia, también Karl Kautskt que escribió un documento sobre  La dictadura del proletariado, en donde cuestionaba de forma vehemente  las posiciones totalitarias de Lenin, quien consideraba el poder del Estado para reprimir a las masas como su dios. Así que el término socialista se presta para muchas confusiones.

Pero  si hay algo sarcástico dentro del socialismo es la denominación que se le da  de  “científico” originado  en el esperpento marxista, y que se aplicó con toda rigurosidad en los  países de la antigua Cortina de Hierro, antes de la caída del muro de Berlín y  en la actualidad de manera bestial se materializa en Cuba, Norcorea, Venezuela y Nicaragua,  especialmente, lo que muestra claramente que si ese socialismo fuera “científico” se hubiera experimentado primero con ratas y no con seres humanos, como ya lo hemos mencionado en otras ocasiones.

El marxismo leninismo que ha sido la organización  que más crímenes ha cometido en la historia de la humanidad, aprovechándose del atraso  ideológico de algunos pueblos latinoamericanos, usando a un nostálgico de la guerra fría como fue Hugo  Chávez, montó  el socialismo del siglo XXl en Venezuela para proyectarlo hacia Latinoamérica y el Caribe usando la renta petrolera de ese país, comprando gobiernos y financiando partidos políticos y movimientos subversivos  en la región afines al chavismo, con la fabula de la bandera bolivariana.

El tirano de  Fidel Castro dijo sin ningún empache en el 2010, que el socialismo del siglo XXl era el comunismo de Karl Marx, o sea que implementar ese socialismo es una involución y echar para  atrás la rueda de la historia, pues el comunismo totalitario fue repudiado en Europa oriental en 1989 con la caída del muro de Berlín, y los marxistas latinoamericanos ni cortos ni perezosos encabezados por el genocida  cubano  crearon el foro de Sao Pablo en 1990, para reciclar los desperdicios del comunismo totalitario desechados en el viejo continente, los  cuales conjugaron  con movimientos ambivalentes para formar el socialismo del Siglo XXl.

Por eso el “sueño socialista” de los totalitarios marxistas de todos los pelambres es el “socialismo real”,  que ha sido un fracaso estruendoso  para los pueblos del mundo, pero que le ha servido a los burócratas comunistas para engañar y tomarse la dirección de algunas naciones y llevar a las masas a la esclavitud, montando dictaduras oprobiosas sempiternas, reprimiendo y envileciendo a pueblos enteros, pues la argucia  marxista leninista de luchar a favor de los pobres es una gran farsa, que solo ha servido para instaurar dictaduras infames de las cuales es difícil salir.

En resumidas cuentas el socialismo al que nos quiere llevar los comunistas totalitarios, no es el de  la social democracia de los países escandinavos, tampoco el socialismo utópico de los anarquistas del siglo XlX,  mucho menos un socialismo humanista, ya que el comunismo es inhumano por principio, sino que los totalitarios quieren  que Colombia caiga en el socialismo fundamentado en la patraña del marxismo leninismo que es despreciable y miserable, y que ha conducido a millones de mujeres y hombres al envilecimiento y la muerte. De ahí que hay que rechazar  el maniqueísmo marxista entre socialismo o capitalismo, porque estos dos términos tienen muchas aplicaciones, y por ello no se debe   creer en esos dilemas maximalistas usados con vileza por parte de los seguidores de la cuadrilla  comunista totalitaria.

En los tiempos actuales que se conocen como los de la posmodernidad, una tarea fundamental para la supervivencia humana es la defensa sin ambages de la libertad y la democracia, rechazando al totalitarismo marxista que es enemigo por antonomasia de la humanidad, por ello la unidad de acción entre  el liberalismo clásico, la social democracia y las fuerzas libertarias es necesaria para la paz y el progreso de los pueblos.

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Ariel Peña
Ariel Peña

Columnista, Escritor. Presidente de la federación Sindical UTRECOL


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