Por: mario arias gómez.
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hina ejerce una gran influencia sobre la economía de Estados Unidos, para lo cual cuenta con varias cartas para lanzar “contramedidas” tras el veto estadounidense a Huawei. La principal amenaza es la deuda que controla como el principal acreedor extranjero de EE.UU., de 1,12 billones de dólares. Desde la crisis de 2008, China es el principal titular foráneo de deuda estadounidense. De marzo de 2018 al mismo mes de 2019, Pekín rebajó un 5,7 % (67.200 millones de dólares). Se sostiene que esa tendencia continuará para “evitar riesgos”, diversificando las reservas para “apoyar al Yuan”.
“Si China se deshace de la deuda de Estados Unidos, es posible que otros países le sigan, lo que desencadenaría una alza de las tasas de interés, que afectaría sustancialmente a la economía estadounidense”, pronosticó el director del instituto económico de la Universidad de Ciencia de Wuhan. Otro asunto conexo que preocupa a Estados Unidos, es la evolución de la moneda (Yuan), cuyo valor frente al dólar ha caído más de 8,5 %, desde el inicio del conflicto. Trump afirma que la devaluación de la divisa, es una estrategia de Pekín para abaratar sus productos en el mercado global.
Pekín está reconduciendo su sistema económico, hacia el consumo interno. Un 20 % de su PIB, procede -todavía- de las exportaciones de bienes y servicios, y Estados Unidos, es su principal comprador, con un 19 % del total. La influencia china va más allá de lo macroeconómico, como muestra el conflicto de las tecnológicas. En lo que va del mes, la valoración bursátil de Apple, ha caído casi un 15 %; la de Intel, más de un 12 %; y la de Qualcomm, casi un 21 %. Los medios chinos llaman el fenómeno: “guerra fría tecnológica”.
Algunos analistas consideran que el hecho de que China se pueda convertir en un gigante tecnológico global, a corto plazo, abre el camino para el jaque a la supremacía económica estadounidense, lo que ha llevado a EEUU a intervenir el mercado, prohibiendo a sus compañías tecnológicas hacer negocios con Huawei.
Bogotá, D. C., 26 de mayo de 2019.
