Cuarta Dimensión: El camino para encontrar la fuente de la eterna juventud

Compártelo:

El Tao es una enseñanza pura, tradicional y filosófica oriental que nació aproximadamente hace 30 siglos en China. Su precursor fue Lao Tze un maestro de taoísmo, que escribió el libro Tao Te King, una recopilación de enseñanzas basadas en su observación de la naturaleza y en el concepto de que las personas somos parte de la misma antes que de cualquier otra cosa, por ende tiene que ser honrada. “El Tao debe ser vivido, para ser comprendido”, esta es una de las premisas para recorrer este sendero de iluminación y conocimiento interior, basado en el objetivo primordial de cuidar y respetar la vida.

Uno de los símbolos más emblemáticos y conocidos del taoísmo es el Yin y el Yang, una representación de la dualidad simbolizada en un círculo dividido en dos partes: blanco y negro, cada una de ellas contiene la semilla de su contrario, es decir un pequeño círculo del color contrario, ilustrando como lo claro y lo oscuro, el exterior y el interior, lo masculino y lo femenino, arriba y abajo, habitan en sí mismos. Permanentemente, todo muta, se destruye y construye, para mantener el equilibrio. Al comprender y aceptar estos conceptos, entonces se podrá fluir con los constantes cambios de la existencia.

Esta disciplina se compone de tres aspectos fundamentales para su desarrollo integral, en primer lugar el Tao de la Respiración. Los seres humanos contamos con la habilidad inherente de la respiración, de ahí que haya una limpiadora que desintoxica el cuerpo, centrándose en la expiración y una energizante que recoge, acumula y distribuye la energía vital, concentrado en la inspiración.

En segundo lugar, está el Tao Nutricional. Somos lo que comemos, por esta razón los taoístas clasifican la alimentación en cinco sabores esenciales, ligados con los elementos de la naturaleza: dulce (fuego), salado (agua), agrio (madera), amargo (fuego) y picante (metal). Lo ideal es crear un balance entre el Yin que representa los alimentos frescos y fríos, que son refrescantes y calmantes, con el Yang aquellos alimentos tibios y calientes, que estimulan los órganos vitales proporcionando energía al cuerpo. El orden para mantener un balance, es consumir como aperitivo la comida dulce, luego la picante y salada, después los ácidos y los amargos.

Por último, el Tao Sexual o Tantra, concibe el acto sexual como una acción sublime más allá de la unión física. Una comunión multidimensional entre ambos amantes, que intercambian su energía sagrada para generar una transformación e iluminación de la conciencia. Lo anterior se alcanza mediante la continencia sexual, es decir la retención seminal en el caso del hombre y en la mujer implica evitar ciertas descargas explosivas durante el orgasmo y la reducción de los días menstruales. Con esta práctica se produce un bienestar integral en la salud (longevidad), la calidad de pensamientos y la fuerza espiritual.

De esta manera, quiero compartir con ustedes una pequeña reflexión de lo que ha significado en mi vida el sendero del Tao, la forma de concebirlo y la trascendencia que ha generado a lo largo de la existencia hasta consolidar una sana, serena, ecuánime y sensata  versión de mí mismo:
– Soy practicante de Tao desde hace 25 años, eso hace que admire y goce la belleza de todas las cosas de la vida en esta tierra.

– Mi propósito es preservar mi salud física, emocional, mental y espiritual.

– Procuro no gastar mi energía en placeres superficiales y banales. Cultivo el arte de la meditación para lograr el sosiego y la calma interior. Me gusta ser relajado, natural y no creo en dogmas ni mucho menos en reglas que me causen culpa y miedo.

-Soy responsable y consciente de cada acto y elección que hago diariamente, de ahí que cada olor, sabor, sonido, tacto, placer erótico y sensual, junto con las sensaciones provenientes de la naturaleza entre el aire, el agua, el fuego, la tierra y el éter que son los componentes esenciales del Universo, así como el conocimiento, las reflexiones existenciales, los libros, la música y las diversas formas de arte son bienvenidas.

– Me hace feliz saber quién soy y cuáles son mis gustos y preferencias.

– Vivo y dejo vivir, buscando la paz y no el conflicto. Tampoco me castigo y he aprendido a dejar de ser juez de las personas y sobretodo de mí mismo.
– Las mujeres que han pasado por mi vida, las honro, respeto y consideró como Maestras en mi camino de aprendizaje, con ellas descubrí su valor como dadoras de vida, amor y potente energía.
– Como Taoísta no existen líneas divisorias entre la luz y la sombra, el premio y el castigo, el placer y la culpa, por el contrario procuro buscar un camino medio que me lleve a la profundización y aceptación de mis instintos y la realización de mis virtudes espirituales a través de mi voluntad de sentido.

– Mi aproximación al amor y la fuente infinita de energía creadora, me han guiado en la solución de la mayoría de mis problemas internos, logrando ayudar a muchas personas con bloqueos emocionales, complejos, conflictos internos, desbordes mentales, sufrimiento por las cadenas de la Codependencia afectiva y adicciones.

– Descubro que la armonía de estas dos energías del Yin y del Yang, son el origen de la auténtica felicidad, longevidad, salud, paz y sosiego de la vida.

Por: Armando Martí 

Compártelo:
Armando Marti
Armando Marti

Periodista, Escritor y Coach de Vida


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *