Los empresarios y ganaderos de Córdoba, dedicados a trabajar honestamente, a crear empleo, a servirle a la comunidad, a pagar altos impuestos y sobre todo a no robarle un peso a nadie, están aburridos con la corrupción en su departamento.
Estas personas de bien no aguantan más el estigma que señala a los cordobeses como corruptos por culpa de unos pocos políticos de la zona dedicados a hurtar los dineros públicos de todas las formas o carteles, las componendas para ganarse los contratos, la «mermelada», el amiguismo y la politiquería, entre otros.
Un explosivo audio con una conversación de Jaime Maroso, quien es, tal vez, el ganadero más grande de Córdoba y la Costa Caribe, ratifica el descontento de los empresarios de Córdoba con la clase dirigente de su región.
Maroso afirma que muchos de sus amigos están ansiosos, esperando que el Presidente electo de Colombia, Iván Duque, cumpla su promesa de campaña electoral de crear una gran oficina Anticorrupción en todo el país para que la gente denuncie los actos irregulares.
El reputado ganadero nombra, entre otros, a los Preciado, implicados en los carteles de La Hemofilia y el Down; a Musa Besaile, preso por el Cartel de la Toga; a Bernardo Ñoño Elías, detenido por caso de Odebrecht; a los Tous, expertos en clientelismo; y al exgobernador Alejandro Lyons, procesado por el desfalco a su departamento e implicado en el Cartel de la Toga. Maroso ratifica que muchos de los personajes comprometidos con la corrupción no tienen sus millonarios bienes a nombre de ellos y por eso es difícil procesarlos, pero que en Córdoba todo el mundo sabe quienes son sus testaferros. Hasta cita a Marcos Daniel Pineda, actual Alcalde de Montería.
El poderoso Maroso alienta a sus colegas y coterraneos, que trabajan honestamente y pagan muchos impuestos, a denunciar, porque es la única forma de acabar con el flagelo de la corrupción.
