Al cierre de 2014, las exportaciones totales colombianas alcanzaron casi 55 mil millones de dólares, cifra similar a la del comportamiento promedio anual del último quinquenio, y que aún no alcanza a reflejar en su conjunto, ni el fuerte impacto negativo de la vertical caída del precio del petróleo, nuestro principal producto exportable; ni el efecto favorable de la depreciación de la tasa de cambio, ambos ocurridos en el último trimestre de 2014.
Ya en el primer trimestre de 2015, las cifras son desalentadoras. En marzo las exportaciones decrecieron 22,8% respecto de igual mes de 2014; y el primer trimestre acumulado, arroja una cifra negativa de 30,2% pues se exportaron 9.416 millones de dólares, frente a 13.488 millones en igual periodo de 2014.
Sin duda la principal explicación –pero nó la única- de esta vertical caída, está en el menor precio del petróleo que pasó de 100 dólares el barril, a 60 dólares hoy, debida a un exceso de oferta por tres causas principales: el autoabastecimiento de Estados Unidos a través de la tecnología “Fraking” consistente en la extracción de gas y petróleo por fracturación hidráulica, de formaciones subterráneas; la desaceleración económica de importantes países consumidores -liderados por China- de nuestros bienes exportables principalmente materias primas; y la decisión de la OPEP, de no bajar su cuota de producción petrolera.
Pero también cayeron en 5%, las exportaciones de manufacturas industriales; y de otros sectores, en 46%, lo que se debe a que los tratados de Libre Comercio ya en operación con las grandes regiones, Estados Unidos y la Unión Europea, han sido mejor aprovechados de allá para acá. A los sectores colombianos llamados a exportar dentro de estos TLCs, los cogió esta crisis comercial impreperados para abocar con mejor eficiencia, competitividad y productividad, ese libre comercio.
Al paso que vamos, las exportaciones en el presente año, no superarán los 40 mil millones de dólares, frente a los 55 mil millones anuales de 2014, a pesar de contar con un efecto de gran estímulo, como es la devaluación de la tasa de cambio, del orden del 25%. Desde luego, estos menores ingresos de nuestras exportaciones, incrementarán el déficit comercial y traerán efectos adversos sobre la acumulación de reservas.
Por Saulo Arboleda Gómez
Exministro de Estado.