Verdes, no se burlen de Mockus

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Por Fernando Álvarez Corredor.

Los colombianos no pudieron escuchar con atención los argumentos de la famosa réplica de la oposición a las objeciones del presidente Iván Duque a la JEP porque hubo un hecho distractor que resultó algo insólito y preocupante, por decir lo menos. Los descontrolados movimientos de cabeza del senador Verde Antanas Mockus originados por el mal de párkinson que lo afecta desde hace casi una década. Era evidente que el exalcalde bogotano hacía un esfuerzo sobrehumano para participar con disciplina de partido y en solidaridad de cuerpo con la postura a favor de la JEP y en contra de Duque.

Las redes sociales mostraron unas reacciones inhumanas que volvieron objeto de burla los desplazamientos de cabeza de Mockus pero los sentimientos que se generaron iban desde el pesar hasta la indignación con sus copartidarios, quiens dejaban ver que no tenían escrúpulos a la hora de utilizar la imagen del senador verde aún en las condiciones poco favorables que hoy exhibe. No resulta encomiable que los verdes intenten generar simpatías a partir de la conmiseración que despierta una situación médica que debiera mantenerse con cierta discreción y un poco de respeto por la figura de Antanas.

Pero no es la primera vez que los verdes utilizan vulgarmente la figura del ya casi legendario exalcalde bogotano. Para garantizar el umbral en las pasadas elecciones parlamentarias a última hora lo convidaron a encabezar la lista del Partido Verde. El senador, que es una figura carismática y respetable en Colombia, sacó algo más de 500 mil votos que de no haberlos obtenido hubiera sido muy difícil que el partido alcanzara el umbral y hoy otro gallo cantaría en la composición del Congreso.

El Partido Verde, con algunas honrosas excepciones, no es precisamente el dechado de virtudes en materia de ética de lo público, que es la asignatura que ha intentado inyectar el propio Mockus. A pesar de que algunos de sus militantes vienen de la izquierda y aparentemente intentan diferenciarse de las practicas politiqueras tradicionales y de las costumbres políticas a punta de manzanillismo y clientelismo, los verdes no han logrado alejarse del oportunismo de los partidos que critican y denuncian. Existen en los verdes abusadores sexuales y representantes a la cámara comprometidos con el micro tráfico.

Para no ir tan lejos el propio Partido Verde, como marca, fue negociada con el socio de del tuerto Luis Alberto Gil, enredado en el caso de los 500 mil dólares del las FARC para evitar la extradición de Jesus Santrich, el enigmático exmilitante del M 19 y fabricante de avales Carlos Ramón González. Este partido fue una de las creaciones de estos dos socios al igual que Convergencia Ciudadana y el PIN, cuando aprovecharon las herencias de la Constitución del 91 para inventarse partidos nominales que después venderían como una especie de franquicia. Por esta razón Carlos Ramón actúa como el dueño del partido en la sombra.

Lo cierto es que una buena parte de la opinión pública no solo pide que los enemigos de Mockus no se burlen de los movimientos incontrolados de una persona con párkinson sino que también pide a los amigos que no utilicen esa condición médica para obtener beneficios electorales o de opinión. Para muchos eso es también una burla a su estado.

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Fernando Álvarez Corredor
Fernando Álvarez Corredor

Periodista y Columnista


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