Henry Amorocho

Colombia y la Economía Mundial

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Por sendas de Histeria Cambiaria, Bursatil y Comercial, y un posible Regreso a la Cordura.

Por Henry Amorocho Moreno.

​​El periodo comprendido entre el 13 y el 20 de agosto de 2019, se caracterizó por la incertidumbre y volatilidad de los mercados cambiarios, bursátil y comercial en el escenario global y local. Entre las causas de este comportamiento podemos encontrar: La fuerte alza del dólar, el desplome de las acciones, la mayor rentabilidad de los bonos a corto plazo que los de mediano plazo, las desaceleradas cifras de crecimiento en Alemania y China, la coyuntural reducción de la producción industrial en USA, y la posible salida de Inglaterra de la Comunidad Económica Europea. Estas circunstancias impulsaron la caída de las bolsas y lo que figurativamente hemos denominado como histeria de mercados. Caracterizada por una asustadiza y enfermiza visión especulativa de los agentes del mercado bursátil, que casi siempre en los últimos años, han mantenido la continua expectativa, que algo negativo está por ocurrir en el panorama económico. Así mismo, dichos agentes de mercado magnifican la incertidumbre, potenciados ahora también por las actitudes y decisiones de un Presidente que, como Trump, parece que estuviera más en el reality de El Aprendiz; que, en la dirección de la economía, la política y la Geopolítica global, como presidente de la primera economía del mundo.

Sin embargo, no solo es Trump quien tiene comportamientos divergentes con la cordura económica. Sino que los mercados bursátiles, se están contagiando de una serie de sensibilidades, en alto grado subjetivas, tales como son: las de expresar que estamos ad-portas de una recesión mundial, fundamentándose en el buen rendimiento de los bonos de corto plazo, en contraposición con los bonos de mediano plazo.

Por todo lo anterior, es prudente distinguir entre recesión y desaceleración económica; para no caer en la alta irresponsabilidad en la que terminaron los agentes bursátiles y los medios de comunicación, al pregonar que íbamos a entrar en una profunda recesión por la rentabilidad inversa de los bonos y por los efectos de la denominada guerra comercial EE.UU.-China.

En el caso de EEUU tenemos a un país que está agotado de ver una serie de productos chinos ofertados incluso por debajo de los costos de producción, que vienen conduciendo a una competencia injusta del mercado chino en el escenario internacional. En una cara de la moneda tenemos a Donald Trump, un jefe de estado con características sui generis, que desde un perfil de nacionalismo económico; acumula resultados favorables para la economía estadounidense, sin medir las consecuencias de sus intervenciones. En la otra cara tenemos a China; el dragón asiático saturó su chimenea industrial, debido a su excesivo endeudamiento y sobreinversión. Esto terminó generando que dicho país produjera más de lo que la economía mundial formalmente le podía comprar. Como respuesta a ellos, EEUU respondió con fuertes bríos proteccionistas, de alto impacto publicitario, consistentes en la colocación de aranceles a US$300000 millones de importaciones chinas a partir del 1 de septiembre, y que ahora el Presidente Trump prorrogó para el 15 de diciembre de 2019. Dichas tensiones sensibilizaron a las enfermizamente asustadizas y, por contera especulativas, bolsas de valores de la economía mundial.

Si observamos el caso colombiano encontramos que, en sólo la semana del 13 al 20 de agosto, el dólar ganó $59, mientras que al 22 de agosto de 2019, el dólar presenta pérdidas de $65 y cierra su cotización a una valoración de $3376. 92. Esto ocurre debido a que el mercado ya se comenzó a dar cuenta de que el anuncio del colapso de la economía era ampliamente exagerado. Pues no correspondía a la realidad de los fundamentales de las economías avanzadas, ni a la misma recuperación del crecimiento de una economía como la colombiana. Colombia va por sendas de recuperación de su crecimiento económico y vamos a crecer al 3.0% en el 2019 (tal como este analista lo pronosticó desde el 19 de enero) debido principalmente al crecimiento del 3.8% del comercio; asimismo la tasa de cambio va de regreso a niveles por debajo de los $3.300.

Es decir, el hecho de que muchos de los países de Latinoamérica no estén preparados para la desaceleración económica que se avecina, es muy distinto a que países como Colombia, China y EEUU vayan a estar en recesión económica. Por lo tanto, lo que sí hay es una desaceleración de la economía a nivel global: América latina lo tiene del 0.6%, las economías avanzadas de 3.2% y Colombia del 3.0%.

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