«Con el desayuno se sabe cómo será el almuerzo» en Perú

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No podía ser más desafortunado que, el mismo día en que el antiguo imperio del Tawantinsuyo (Perú), rememoraba el bicentenario del grito libertario del 28 de julio 1821, propalado por su mítico héroe nacional, José de San Martín, que lo emancipó del absolutista, monárquico, totalitario régimen español. Guerra que prosiguió hasta la batalla de Ayacucho -9 de diciembre del mismo año- y que culminó -enero de 1826-, con la toma de la fortaleza Real Felipe -Callao (Lima), último bastión en el que se atrincheraron las supérstites fuerzas realistas.

Fuera la magna fecha arruinada, enturbiada por la llegada del artificioso, improvisado, taciturno ‘señor del sombrero’, que supuestamente funge como ‘presidente’ de la mitad de los 32 millones, antípodas del otro 50% de atribulados peruanos -enemigos mutuos, inconciliables, que lo resistimos, impugnamos la concepción leninista del poder que amamanta a Vladimir Cerrón -el poder detrás del trono-y que sumisamente amplifica arrodillado su cipayo.

Optimismo en Mariátegui.jpgDupla que se autocalifica: socialistas-marxistas-leninistas-mariateguistas-. (José Carlos Mariátegui (1894-1930), escritor, periodista, político y filósofo peruano, uno de los mayores estudiosos de la realidad latinoamericana, fundador -1928- del Partido Socialista del país).

Al jurar Castillo “por una nueva constitución, por mis hermanos campesinos, quechuas, shipibos, afroperuanos, etc.”, quedó consumado el fraudulento proceso -para el olvido-, que lo consagró, engañosa, sórdidamente, mediante las encubiertas irregularidades que abrieron las compuertas del cuasi anárquico, irresistible ‘Socialismo Siglo XXI, origen de la desconfianza, división, inseguridad jurídica, polarización, que se estrenó con inusitada crisis, debido al nombramiento de un apologista de Sendero Luminoso, como premier, como del min-Relaciones Exteriores, un opaco, convicto exguerrillero de 85 años.

Ultraje, insulto a la inteligencia, irrogados al legendario país de bien, cuya bandera -por tal motivo- ondea hoy a media asta, secuela de la más chapucera, infausta, truculenta elección de la reciente historia republicana, teñida de fraude, mentira, resultas de la falta de transparencia, imparcialidad de las omisivas autoridades electorales -PRESIDENTE, JEP, ONPE, RENIEC-, que degradaron, mancillaron el mandamiento constitucional.

Asfixiante, luctuosa realidad mitigada -en parte- por el escogimiento de una Mesa Directiva del Congreso, independiente, con capacidad de veto -quien tiene el sartén por el mango- conformada por los partidos de oposición, empeñada en “defender su institucionalidad, los fueros”; fresco respiro que afianza el forzoso, ineludible, sano equilibrio entre Ejecutivo y Legislativo, que los obliga a concertar, conciliar, construir confianza, respetarse recíprocamente.

«Con el desayuno se sabe cómo será el almuerzo». Antiguo refrán usado por nuestros mayores para predecir el cómo sucederán las cosas, desdeñado por los cegatones, ante las catastróficas consecuencias que traen los antidemocráticos, corruptos, inoperantes, moribundos modelos populistas, ejemplificados por Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina, hechuras del Foro de Sao Paulo -con 30 años de fundado-, del grupo Puebla, -su nuevo rostro-, diferenciados ficticiamente.

Del primero se asegura que es una asociación de movimientos y partidos, del otro, que es una agrupación de individualidades bajo la cobertura del ‘Socialismo siglo XXI’, con un objetivo común, expandirlo en Latinoamérica y el Caribe. En 1989, Fidel Castro vislumbró que “este sería en el fondo más de lo mismo y su fuente seguiría siendo el comunismo”, inferencia que los ilegítimos, inéditos Castillo-Cerrón -‘dos cabezas para un solo sombrero’- insisten apuradamente a poner, caprichosamente en práctica, supliendo la “Constitución” a través de una acomodada constituyente, convocada por encima de lo estipulado actualmente.

Falacia “envuelta en papel de regalo”, adornada con un incongruente compromiso -léase conejo- de respetar “la legalidad, al Parlamento”, advertida como “plurinacional”, compuesta por “los pueblos originarios y sindicatos que tendrán un porcentaje decisivo”; orejas del lobo al descubierto, tomado en cuenta que al jurar lo hizo “en nombre de la ‘nueva’ constitución,que haré respetar con energía, lo que el pueblo decida”, impidiendo -agregó- que “continúe prisionero de la Constitución del 93”.

Hostil, intimidante derrotero mal leído por el digitado mandatario de papel, prisionero del emplumado, incendiario, omnipotente, omnipresente, Vladimir Cerrón -al que le tiene pánico- dueño de la verdad, del partido, del Gobierno, de su destino-. Mascarón de proa, encargado de ejecutor la agenda plagiada de los empolvados manuales revolucionarios que, con empobrecida, antediluviana, prehistórica palabrería amplificó en la posesión.

Enseña que la izquierda matiza mientras alcanza el poder, con el método e instituciones de la democracia, para -una vez instalada- destruirla. Elocuente, inequívoca, desestabilizadora fórmula que conlleva imponer el credo, partido, pensamiento, únicos; fijar la agenda nacional; promover sus particulares puntos de vista sobre el quehacer general; pisotear, violentar las reglas democráticas sobre las libertades políticas, individuales, derechos de opinión, expresión.

Además del cierre del Congreso, Defensoría; infiltración, copamiento del poder judicial, órganos de control, fuerzas armadas, policía; cambio del modelo económico, por el del Estado estatista, gestor, intervencionista; la eliminación de la propiedad privada; estatización, expropiación de los medios de producción, información, etcétera.

No hay agonía más grande que la incertidumbre generada por los insurreccionales preanuncios: “La revolución no se hace con el Parlamento formal sino con el Parlamento extraoficial que incluye a la calle, las organizaciones del pueblo, los movimientos sociales, los gobiernos regionales, los estudiantes, los arquitectos (…) los malandros; son ellos los que garantizan el cambio (…)”, lo impulsan. “Si el Gobierno se desvía, es el partido que tiene que rectificar la vía (…)”. “Existen tres niveles de lucha (concluye): el acceso al poder, el sostenimiento en el poder y algo que olvidan siempre: la sucesión”.

Verborrea que traduce la perpetuación -‘ad infinitum’- del fracasado castro-chavismo, apoyado por la agudización de las contradicciones de clase.

Bogotá, D.C., 01 de agosto de 2021

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mario arias gómez
mario arias gómez

Abogado, periodista y escritor


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