Eduardo Padilla

Conflicto entre dos Órdenes Mundiales

Compártelo:

Voy a aventurarme hacia un escenario recóndito. Quizás mis lectores lo van considerar ciencia ficción, pero yo estoy convencido de que se trata de una realidad evidente que ha estado ahí latente; y que ha permanecido inaccesible para los ojos escépticos, pero real para los espíritus intrépidos. Mas como dice Alejandro Todorowsky: “Las críticas dejarán de herirte, cuando las alabanzas dejen de extasiarte”.

Se trata de una contienda que está “apostada” entre dos regímenes diametralmente opuestos entre sí, y esta batalla no es reciente, pues su origen data desde antes de la fundación del universo tangible. La evidencia está escrita en el libro de Ezequiel, capítulo 28. En esa época sólo existía el gobierno de Dios. Pero el arcángel Querubín, un general de las milicias celestiales, y nada menos que la mano derecha de Dios, se rebeló contra Elohim, el Señor. Dios entonces le dijo a ese oficial de alto rango: “Tú, Querubín, grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios (…) Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad”.

Como allá en el cielo no había prisión donde se pudiera sancionar al sublevado general y a sus súbditos, entonces Dios creó el universo tangible. Y envío a Querubín y a todos sus secuaces a un planeta-cárcel, o sea, la Tierra, donde ahora nos movemos, respiramos y tenemos nuestro ser (Génesis 1:1). Poco después de aterrizar, Dios despojó a Querubín y a sus adeptos de sus cuerpos celestiales, que eran semejantes a toda piedra preciosa: cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo, ónice, zafiro, carbunclo, esmeralda y oro (Ezequiel 28:13). Y ellos se dieron cuenta de que estaban desnudos (Génesis 3:7).

Entonces Dios los vistió con cuerpos humanos (Génesis 2:7). De entre los ángeles obedientes, Dios designó un gran número de carceleros para que vigilaran a los reclusos. Mucho tiempo después, esos mismos centinelas se casaron con las hijas de los prisioneros (Génesis 6:2). Cuando se multiplicaron, se convirtieron en dos países enemigos. Un Estado estaba dirigido por Caín y el otro por Abel. La nación de Caín mantenía hostilidad permanente contra la de Abel (Génesis 4:8). Israel, la nación de Abel, ha permanecido con el mismo nombre; mientras que la nación de Caín ha tenido sucesivos nombres: Jericó, Filistea, Babilonia, Roma, etc. Actualmente los descendientes de Caín son los gobernantes de todas las naciones, incluyendo a Israel; mientras que los descendientes de Abel son como una manada pequeña dispersa por todas las naciones. La élite de los gobiernos de Caín constantemente ha fraguado planes tenebrosos; estos son algunos de sus macabros objetivos:

1. Proyecto Cristóbal Colón, mediante el cual, esa cúpula perversa, invadió, despojó de sus bienes y masacró a millones se nativos del nuevo continente.

2. La santa inquisición católica, tribunal sanguinario y cruel, que a nombre de Jesucristo, incineró vivos en la hoguera a miles de inocentes.

3. El feudalismo: Organización política donde se despojaba al campesino de sus tierras para otorgárselas a la “nobleza”.

4. Claustros: Edificios lúgubres donde encerraban, mediante el engaño, a muchachas inocentes para violaras y luego matar a los fetos.

5. Partidos políticos: Organizaciones que convierten a los candidatos en gobernantes para legislar en contra de la sociedad civil y oprimir al pueblo que los eligió.

6. La minería: Práctica que acaba con los bosques, contamina los humedales con mercurio, causa enfermedades y la muerte de las comunidades.

7. Tecnologías: Manipulación de fuerzas electromagnéticas con el propósito de “optimizar” las comunicaciones, pero que, de manera simultánea, causan terribles impactos en la humanidad, en la flora, en la fauna y, en general, en el medio ambiente, como es el caso de las antenas 5G (quinta generación Lte; estándar para comunicaciones inalámbricas de transmisión de datos de alta velocidad para teléfonos móviles y terminales de datos). Los técnicos encargados de instalar esos dispositivos van equipados con trajes especiales para protegerse de la poderosa radiación que emiten esos módulos, cuyo impacto negativo causa enfermedades en los humanos y desorienta a las aves, especialmente a las abejas, incluso les causa la muerte.

8. Hollywood, Facebook, YouTube, Instagram, televisión y todas las tecnologías de la información y las comunicaciones (Tic), son plataformas de la élite para manipular a la gente que no está actualizada en el tema.

9. Un gran sector de la humanidad cree que los Simpson predicen eventos futuros, pero eso no es cierto; pues ese argumento es un truco de los poderosos que se creen dueños del mundo, para manipular a los pueblos, haciéndole creer que se trata de profecías; pero nos son predicciones, sino proyectos siniestros, fraguados deliberadamente, que la élite va revelando suavemente, con el propósito de sugestionar a todos los pueblos de la Tierra, de manera que cuando se ejecutan esos horribles proyectos, la gente los ve como algo normal, y nadie protesta.

10. Laboratorios: Recintos donde se manipulan diversas sustancias letales y se fragua toda clase de designios macabros destinados a originar pandemias que causan la muerte de millones de personas inocentes. Uno de los resultados más evidentes es el caso del Coronavirus Covid-19.

La élite, supuestamente, está adelantando investigaciones tendientes a la creación de una vacuna para curar el Covid-19; pero muchas voces independientes, provenientes de diversas partes del mundo, aseguran que no se trata de una inyección inmunizante, sino de un chip cuya función es obtener toda la información de cada persona. Añaden dichas voces que, por esa razón, primero era necesario generar terror mediante una pandemia que está causando un genocidio mundial, para posteriormente poder aplicarles, sin problemas, el dispositivo a las personas.

Ahora, en casi todas las naciones, están clamando por la vacuna. Pero la esa cúpula infame no contaba con la oposición de Donald Trump, quien le está poniendo un palo en la rueda al tenebroso plan, para que en Los Estados Unidos la “vacuna” no sea obligatoria.
La élite es la culpable de dañar la Tierra con actividades nucleares que generan tsunamis y terremotos; además de sus guerras biológicas que causan pandemias y genocidios.

Y no conforme con todo este daño que la cúpula siniestra le está causado a la humanidad, a la flora, a la fauna, al medio ambiente en general, y a todo lo que vive en nuestro planeta; de la misma manera como privatizaron el agua, el gas, la tierra, y la energía, ahora el aire también será privatizado.

Y así, todos los pueblos de la Tierra continúan votando por esos miembros perversos de la élite que cuando obtienen el codiciado escaño, empiezan a legislar en contra del mismo pueblo que los eligió.

Pero los “amos” del planeta ignoran que alguien, más poderoso que ellos, tiene un plan para quitarlos del camino, pues el gran Arquitecto del universo enviará “un pueblo –transformado-, grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá”. (…) Delante del él consumirá el fuego y detrás del él abrasará la llama” (…) “Nadie habrá que de él escape” (…) “Delante de él temerán todas las naciones”; “Entrarán por las ventanas”. (…) Y “se pondrán pálidos todos los semblantes” (1 Corintios 15:51-52; Joel capítulo 2).

Compártelo:
Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *