¿Cuál Democracia Real en China?

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Ariel Peña

Hace unos días el  periódico Portafolio, entrevistó al  encargado de negocios de la Embajada china en Colombia, el señor  Xu Wei, con ocasión de los 70 años de haberse proclamado la República Popular China; en primer lugar hay que decir que algunos de  los más importantes medios de comunicación, preguntan lo que el entrevistado quiere decir y no se  va al fondo de los asuntos, por eso el cambio en la manera de hacer periodismo  debe  empezar, especialmente en estos tiempos en que las redes sociales, dejan rezagado a un oficio que no puede  seguir aferrado a viejas tradiciones.

Y ya entrando en materia sobre la “democracia real” que expresó el encargado de negocios chinos, habría que saber ¿Qué se entiende por democracia real, si eso es patrimonio exclusivo de una  casta que en China pertenece  al partido comunista? Porque la democracia liberal en occidente imperfecta pero persistente, que respeta los derechos individuales es contraria a cualquier forma de dictadura, como es  el caso del partido único,  lo cual sucede en  China  con el partido comunista que tiene poder omnímodo sobre la población, subrayando que la doctrina marxista que es la que orienta al régimen chino es  antidemocrática por principios.

El progreso económico chino no se dio por  un milagro o por el gran salto,  la revolución cultural, la colectivización o que la tumba de Mao Tse Tung (fallecido en 1976) fuera una guaca, sino que ese desarrollo ocurrió por las grandes inversiones del capital extranjero en el país asiático, especialmente de EE.UU.  que comenzaron  hace 42 años, y en el que  China aportó mano de obra muy barata, a lo que se debe agregar que el proyecto para la China de las grandes transnacionales gringas fue diseñado primero para Latinoamérica a principios de los años 70 del siglo pasado,  lo que se llamó el “plan básico”, pero el desorden en nuestra región con gobiernos en aquel entonces, como el de Allende en Chile, Perón en Argentina, torres en Bolivia, Velasco Alvarado en Perú  a lo que se debe agregar el resentimiento anti-norteamericano y otros factores como la subversión comunista armada en alguno países, evitó que se plasmara ese proyecto en Latinoamérica.

La Alianza económica de hace más de 4 décadas entre  el partido comunista chino y las transnacionales,  conllevó a que se fortaleciera el neoliberalismo, la flexibilización laboral, el globalismo, perjudicando derechos adquiridos de los trabajadores en diferentes partes del mundo, lo que significa que el progreso que hoy ostenta  China, es  inversamente proporcional a la deplorable situación de los asalariados en  muchos países en que  se han cerrado factorías por costos laborales, pues los empresarios buscan lugares en donde la mano de obra sea mucho más barata.

Con las grandes inversiones que realizaron las principales economías del mundo en su tiempo en China,   se puede estar cumpliendo la sentencia del sátrapa comunista ruso Lenin: “ Los capitalista nos darán la soga  con lo que los ahorcaremos”, pues  china es un país capitalista en lo económico, pero  en lo político es una dictadura comunista que  le conculca  los derechos a la ciudadanía, como son  las libertades políticas, de información, religiosa, sindical y otras; amén de que es la nación que más  contamina al planeta(por sus emisiones totales de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global) generando el 28.21% de las emisiones de dióxido de  carbono, o sea  10 mil 250 millones de toneladas al año, doblando a USA, siendo toda esa contaminación la que pone en peligro la vida en la tierra en un futuro que parece  no está muy lejano.

En varios ocasiones hemos dicho que la aplicación práctica del marxismo leninismo ha sido una enorme desgracia para la humanidad, por su  carácter criminal  y burocrático, como sucedió en China durante el gobierno de Mao Tse Tung en donde fueron asesinados  cerca de 82 millones de personas, lo que convierte a ese personaje en  el peor genocida que conoce la historia en  todos los tiempos, cumpliéndose la frase leninista de que “salvo el poder todo es ilusión”, sin importar la cantidad de asesinatos o que se ponga en peligro la vida de toda la humanidad por el calentamiento global, ya que a los burócratas comunistas por el poder no les importa si hay que gobernar en los cementerios, el infierno o en el desierto.

Así que el país socialista, prospero, hermoso y democrático al que se refiere el encargado de negocios de la embajada del país asiático en Colombia, ha sido una  calamidad para la tierra, especialmente desde el punto de vista ecológico, político y económico, en donde la globalización criticada por el presidente  estadounidense Donald Trump en la 74 Asamblea General de la ONU, al país que más le ha convenido es a China, en perjuicio de otras naciones especialmente las más pobres.

 

En este 2019, también se cumplieron  30 años de la masacre de Tiananmen en  China, recordando que fueron asesinadas miles de personas por  el partido  comunista, quienes buscaban la democracia, pero no esa de la que hablan los funcionarios del gobierno chino, sino una democracia con sus defectos  que respete la libertad que es la condición suprema de la humanidad, como lo afirmaba Bakunin, quien ridiculizó las tesis estatista, burocráticas y embrutecedoras de Karl Marx en la Primera Internacional de los trabajadores en el siglo XlX. Lo que demuestra que la “democracia real” que menciona el partido  comunista chino, es una falsedad.

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Ariel Peña
Ariel Peña

Columnista, Escritor. Presidente de la federación Sindical UTRECOL


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