El Traidor

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Por Fernando Balda*

@fernandobalda                                     

De todos los famosos traidores de la historia he buscado alguno con el cual comparar al Presidente colombiano Juan Manuel Santos.  

Revisé la historia de varios de ellos, como el General Benedict Arnold cuyo nombre es sinónimo de traición en EE.UU.; durante la independencia vendió a los ingleses la rendición de West Point en 20.000 libras.

Antonio López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, político y militar mexicano. Quien fue Presidente de México en once ocasiones. Enfrentó la guerra contra EE.UU., fue derrotado en la Batalla de Cerro Gordo. Tras evacuar la capital del país, se exilió en Colombia y mediante el Tratado de Guadalupe Hidalgo propiciado por él, México perdió los estados de Alta California y Nuevo México (hoy California, Arizona, Nevada, Colorado, Utah y parte de Wyoming) a favor de los Estados Unidos.

También está el caso del asesino de Jesse James, Robert Ford quien siendo su amigo, admirador y discípulo lo mató por la espalda para cobrar la recompensa.

En otros anales, la ambición, la envidia y la venganza motivaron la traición contra el dictador romano Julio César quien había adoptado un niño de clase baja llamado Brutus, lo educó y trató como su hijo y lo vinculó a la nobleza romana. Los miembros del Senado celosos del poder que tenía César lo traicionaron al final de una sesión, mientras todos rodeaban a Julio Cesar los miembros del Senado en gavilla sacaron dagas y lo apuñalaron, César se defendió hasta que reconoció uno de los rostros de sus asesinos y exclamó la frase más famosa en la historia dirigida a un traidor, “¿tú también Brutus?”, y falleció. Brutus quien pretendió con esta participación ascender políticamente vivió atormentado por visiones del fantasma de César, hasta que decidió quitarse la vida con su propia espada.

Pero ninguna de estas figuras solas me dan el compendio que se necesita para describir a Santos; casi que digo que no le alcanzan en méritos ni todas juntas. Revisemos un poco la historia y sin duda me darán la razón:

Juan Manuel Santos, procede de una de las familias más adineradas y rimbombantes de Colombia, fue sub director de Diario el Tiempo, el más grande del país y propiedad de sus padres. Ha escalado sigilosamente en la política siempre de forma coyuntural, mas no por notables gestiones. Ministro de Comercio Exterior, Hacienda y de Defensa durante varios gobiernos; En 1997 durante el Gobierno del Presidente Samper fue el mentalizador de una zona de despeje a favor de la guerrilla para supuestamente propiciar diálogos de paz, además propuso una Asamblea Constituyente donde se debatirán intereses de las FARC; en aquella época tan dura para Colombia, tal vez esta fue solo una más de las tantas ideas descabelladas que se lanzaban sobre el conflicto; sin embargo esta se materializó durante el siguiente gobierno del Presidente Andrés Pastrana, donde Santos ocupó el cargo de Ministro de Hacienda; y es considerado como uno de los episodios más deshonrosos en la historia de Colombia, se despejó de la fuerza pública a tres municipios del Meta, y uno del Caquetá en la región del río Caguán, desde el 7 de noviembre de 1998. Esta fue la famosa Zona de distensión de 42.000 kilómetros cuadrados, donde las FARC tuvieron impunidad y libre albedrío durante casi cuatro años de secuestros, asesinatos robos y narcotráfico -era una guarida criminal legalizada donde la policía y el ejército tenían prohibida la entrada- hasta el 20 de febrero de 2002, en que el mismo Pastrana declaró fracasado el proceso, que quedó escrito en la historia como una farsa antipatriótica de intereses evidentemente oscuros y no de paz.

En 2002, Álvaro Uribe era nombrado Presidente; Santos rompe filas del Partido Liberal y es integrado al gobierno como Ministro de Defensa; bajo el mando de Uribe se abatió al temible bandido alias “Raúl Reyes” el 1 de Marzo de 2008: una fiesta se produjo en Colombia, en todos los rincones de la patria se celebraba como una hazaña histórica, además a esta fecha el ejército había reducido las filas de las FARC de 18000 a 8000 bandidos. El momento coyuntural para Santos había llegado, pues su gestor Uribe, no podría volver a ser Presidente por norma constitucional después de haber cumplido dos periodos consecutivos de elección popular. Pero el 75% de aprobación ciudadana a ese momento sobre la gestión de Uribe fue suficiente para endosarle los votos a Santos con tan solo levantarle el brazo.

Santos Juró defender y continuar la obra de Uribe -La Seguridad Democrática-, sin tregua al terrorismo; esta, como principal fuente de recursos para el país. Pero en algún momento no definido y triste para la historia de Colombia, tal vez producto de una fragua que siempre existió silenciosa, esperando a poder asomar de atrás de la careta falaz de demócrata, o emerger de entre la oscuridad de las mentes parias que suelen rodear al poder; de sus cercanos colaboradores, viciados de intereses forjados en relaciones deshonrosas presentes y de antaño; Santos creyó que una propuesta de paz se podía impulsar por encima de los intereses ciudadanos, pisoteando las tumbas de héroes y víctimas, negociando lo innegociable; la posibilidad de amnistías e indultos para quienes cometieron crímenes de lesa humanidad, permitirles aspirar al Senado, Cámara de Representantes y otros cargos de elección popular, y la legalización de las tierras que estos han invadido y robado durante cincuenta años, entre otros puntos.

¡Y luego de todas estas cartas jugadas en una mesa de póker, tomando tinto bajo el sol de La Habana, intentando violar los principios democráticos y constitucionales, Santos pretende salir airoso como hasta para aspirar al premio Nobel de la Paz! Y es que la vanidad es un pecado muy interesante y poderoso, que siempre le hace antesala a la traición, -léase traición a la patria-. Como era lógico Álvaro Uribe, quien tiene claro cómo se combate a los criminales y cómo se saca adelante un país, ha liderado la oposición contra este inminente fracasado “procesos de paz”, que solo ha logrado convertir en figuras internacionales y mediáticas a un grupo de criminales que hasta ayer debían andar escondidos en la selva embarrados del lodo de su criminal “revolución”.

Santos llegó al poder de la mano de un grande; sin reparo, y sin pensar en lo importante que es el honor en aquellos que reciben el llamado de regir los destinos de un país, mordió esa misma mano, traicionó los principios que juró defender y hoy se encuentra sentado del otro lado de la línea de fuego, repitiendo un grave error del que él mismo ya fue parte ideológica en 1998 durante el despeje del Caguán. Lamentablemente, esta paz, la paz al estilo Santos, no encaja con los principios morales y éticos, menos con los rectores del ordenamiento jurídico. La paz de Santos es un concierto para delinquir, en donde se proponen movimientos de la nueva bolsa de valores; la del lavado de activos provenientes del secuestro y el narcotráfico. Los ciudadanos colombianos no tiene un pelo de tontos, no pretenda el traidor vende patria pasarles gato por liebre. Ya se ha visto en la historia colombiana a demasiados tahúres y pillos de siete suelas, ya es fácil reconocerlos cuando andan de jornada.

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Para que no se crea que podría yo, estar especulando sobre la reprochable calidad humana del Presidente Colombiano, puedo dar fé en primera persona con el siguiente ingrato relato; y es que yo mismo he sido gravemente afectado por su traición y falta de principios. En 2010 defendí a Juan Manuel Santos en la Corte de Sucumbíos –Ecuador-; una orden de prisión pesaba sobre él y varios oficiales, que enfilaron armamento bélico contra un campamento terrorista ubicado en Angostura, donde cayó abatido alias “Raúl Reyes”. Las acciones jurídicas de mi equipo lograron revocar la orden de prisión contra Santos, impuesta por la Corte ecuatoriana e impulsada por el Presidente Rafael Correa, que concluyó gracias a nuestra defensa con el archivo del caso. Esta acción la asumimos como un acto de defensa al legado del ex Presidente Álvaro Uribe, suponiendo un gesto propicio para con quienes habían colaborado con él en su lucha contra el terrorismo.

Contrariamente al sentimiento de los miembros del ejército de Colombia y al de la mayoría de los ciudadanos, Santos decidió colaborar con el gobierno de Ecuador; el 10 de Octubre de 2012, me detuvo como a un delincuente en Bogotá donde me encontraba exiliado, me subieron a un avión militar y me entregó a la dictadura ecuatoriana que me mantiene encarcelado hasta la fecha. Mi familia, esposa y cuatro hijos quedaron abandonados en Bogotá, sin protección, pasaron días de terror pues pocos días antes yo había sufrido dos secuestros a manos de criminales enviados desde Ecuador para atentar contra mi vida, estos criminales eran agentes de inteligencia de la policía de Ecuador que violaron la soberanía de Colombia para secuestrar a un exiliado demócrata, perseguido por una dictadura. Santos, quien sabía todo sobre mis secuestros, a pesar de ello me deportó violando mis Derechos Humanos y los de mi familia, entregándome a un país donde mi vida corre peligro y donde se me persigue por mis opiniones políticas, pues las pruebas de mi secuestro han sido recabadas por la fiscalía, incluso la identidad de los secuestradores y estas habían sido informadas a Santos plenamente, quien ha encubierto estos crímenes para no afectar al gobierno de Ecuador. Pero los colombianos no son tontos y con las pruebas que se revelan en los links que adjuntamos a este artículo, tendrán claro el tipo de ser humano que lamentablemente tienen como presidente.

Con estos antecedentes sobre Santos, llegué a una conclusión, después de echar una mirada a la cobardía de Robert Ford, a lo vende patrias de Benedict Arnold y Antonio López de Santa Anna, y a la traición ambiciosa de Brutus contra César: advertí que todos juntos no hacen a un Juan Manuel Santos. Y encontré en la historia por allá en el año 33 DC, a la figura perfecta, a aquella que reúne todos los rasgos de la traición configurados en Juan Manuel Santos, y que refiere a la más grande traición conocida por el hombre: el deleznable Judas Iscariote; aquel, traicionó a su pastor Jesucristo y con ello a los principios de paz, amor, equidad y justicia que Judas había jurado defender con su vida, causando el mayor crimen cometido por la humanidad pero que a su vez reveló algo supremamente importante: donde está el bien y donde está el mal. Y cómo funcionan los traidores.

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Fernando Balda logra revocar orden de prisión contra Juan Manuel Santos:

http://m.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-224401-abogados-de-santos-buscan-archivo-del-caso-bombardeo-ecuador

Agentes de inteligencia de Ecuador secuestran a opositor de Rafael Correa en Bogotá y gobierno de Santos no dice nada ni por secuestro ni por violación a la soberanía de Colombia: http://m.semana.com/nacion/articulo/operacion-balda/330695-3

Fotos de los secuestradores, pruebas del espionaje internacional y la violación a la soberanía de Colombia: https://fernandobalda.wordpress.com/2013/01/15/la-persecucion-a-fernando-balda-2/

Pruebas de la autoría material de los secuestradores: https://fernandobalda.wordpress.com/2013/01/25/balda-razones-de-un-secuestro-revista-vanguardia/

* Ex asambleísta ecuatoriano. 

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