Emprendimiento para el Desarrollo Post-Pandemia

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Por Fernando Orjuela Galeano.

Cualquier actividad en Colombia o el desarrollo de nuevos proyectos en las actuales circunstancias económicas del país, requiere necesariamente de mucho emprendimiento, de mucha creatividad, de mucho esfuerzo, de mucha tenacidad, de mucha visión y por supuesto de mucho profesionalismo. Las condiciones de oferta y demanda del mercado en todos los ámbitos, se ha tornado un gran reto y un parámetro ineludible a vencer. Competir presupone altos índices de eficiencia y eficacia y un enorme control de costos para que nuestros productos puedan ser altamente competitivos en el mercado local y lo es aún más exigente en el mercado internacional.

A estas condiciones básicas es necesario incluirle valores agregados que marquen la diferencia de los productos y además añadirle una variable fundamental que es la investigación más Desarrollo (I+D) que cada día toma más fuerza como parámetro diferenciador y como escala necesaria para el desarrollo.

Para un país subdesarrollado como el nuestro, iniciar el camino al desarrollo implica un reto de enormes dimensiones y estructurarlo es aún más complejo, sobre todo con las enormes carencias que tenemos, pero es necesario iniciar. Los ejemplos que tenemos del mundo desarrollado nos pueden dar grandes luces sin olvidar que nuestras condiciones marcan un camino bastante diferente a seguir. La inequidad, la pobreza, la falta de tecnología, la carencia casi absoluta de investigación sumado a las condiciones económicas que nos rodean, son sin lugar a dudas un gran enemigo de esta decisión, pero tenemos enormes condiciones inexploradas con las cuales la naturaleza nos doto, que marcan valores competitivos de una gran dimensión que sin lugar a dudas nos podrían hacer altamente competitivos a nivel internacional. En el reciclaje, la biodiversidad, en nuestras condiciones climáticas, en nuestra tendencia natural a la producción a agropecuaria, en lo orgánico, en el arte y la cultura en combinación con la tecnología sin duda se abren caminos inexplorados de gran valía a donde es necesario volcar el interés empresarial y de la educación productiva.

Como condición ¨sine equa non¨ el desarrollo de los proyectos que emprendamos en este inmenso reto que tiene el país para lograr el desarrollo y para salir de esta nueva crisis inesperada, independientemente de su escala y dimensión, deben suponer siempre y justificar que tienen demanda y sostenibilidad en el tiempo, además debe cumplir con la premisa de tener valores agregados y valores diferenciadores que los hagan altamente competitivos. Si no lo tienen se debe trabajar hasta obtenerlos, de lo contrario puede ser un salto al vacío y un fracaso anunciado.

Las perspectivas de emprendimiento y de nuevos retos tienen enfoques diferentes de alta responsabilidad que deben concatenarse en el tiempo necesariamente. El estado, los gobiernos de turno, el empresariado y las personas naturales como actores fundamentales de esta gran apuesta deben cumplir funciones diferentes. El emprendimiento debe ser una política de estado.

La función del estado en este propósito debe promover el emprendimiento responsable y la educación debe orientarse hacia ese objetivo. El descubrimiento de talentos es de suma importancia y no puede ser excluyente para que todos puedan descubrirlo y explotarlo porque todos finalmente tenemos talentos, pero muchos de ellos absolutamente inexplorados. El estado debe detectar demandas de mercado y tener como herramienta sus indicadores para avalar proyectos que tengan sostenibilidad. La creación, construcción y el fomento de centros de (I+D), parques tecnológicos y clústeres para los diferentes sectores con cooperación internacional, que nos brinden su experiencia es fundamental para que los proyectos desarrollen innovación tecnológica. Detectar y atraer los grandes financiadores del emprendimiento a nivel mundial es su obligación (los hay por doquier). Los innumerables ejemplos de éxito a nivel local e internacional deben darse a conocer, para ser ejemplo y motivación de la juventud.

El empresariado es fundamental y el gran beneficiado de este desafío, tener clara sus falencias y sus necesidades se torna la materia prima de los proyectos que deben ser desarrollados por las universidades y los centros tecnológicos. Sus socios naturales deben empezar a ser los emprendedores y todas esas personas naturales con grandes iniciativas. Los gremios de la producción deben ser los grandes promotores de los capitales semillas que den viabilidad económica a los proyectos. Las Cámaras de Comercio del país deben iniciar ese camino de cooperación.

Las personas naturales deben enfocar su proyecto de vida desde la etapa escolar a ese objetivo, sus talentos, sus habilidades y sus necesidades deben inventariarse, estructurarse y promoverse. La educación debe encuadrarse bajo ese nuevo formato de visión y misión. Las becas internacionales de las universidades de los países desarrollados deben ser parte de su objetivo y las alianzas con instituciones educativas internacionales una necesidad complementaria de todas las instituciones educativas del país.

El emprendimiento debe tornarse toda una tendencia cultural y ser parte de nuestro modo de vida. El estado, el empresariado y las entidades educativas deben unirse para alcanzar esta meta. El camino es complejo, pero es absolutamente viable. Iniciemos.

Bienvenidos al futuro porque el futuro es hoy.

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