¡Era hora que cayera!

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Frente al “Cartel de la Toga” empotrado en la justicia, al punto de haberla sumergido en insondable degradación moral, los colombianos de bien, con mínimo sentido de Estado y amor a la patria, se encuentran atónitos frente a la inesperada captura del emasculado Francisco Ricaurte -“uribista reflexivo”-, tósigo bergante, quien, con Leónidas Bustos, Camilo Tarquino, Gustavo Malo, Ruth Marina Díaz, Laura Marulanda -entre otros-, usurparon la CSJ, bloqueándola por 16 meses, sin permitir dejar que se eligiera las vacantes y el Fiscal de bolsillo, propuesto por el bochornoso embustero, por recónditos intereses. Autócrata -para la lágrima- cosificado en el latrocinio y pequeñez moral.

Pandilla de la puerta giratoria -«yo te elijo, tú me eliges”- que causó la destitución del merecidamente engrillado Ricaurte, para escarmiento de los pares, consuelo de los afectados que se plegaron a los intimidantes apremios. Cipayos cogidos in fraganti que, lo que faltaba, se declaran víctimas. ¿De quién? De sí mismos. Cadena de corrupción -que hiere-, dirigida por los máximos jerarcas de la justicia, de los que el país espera expíen, sin clemencia, máximas condenas, las que antes solo pagaban los eslabones inferiores.

Morrallas que viciaron moralmente lo que tocaron, gracias a la falta de jueces probos, idóneos, incorruptibles. Desvergonzados que eludieron los castigos por sus múltiples abusos, tropelías y delitos de lesa patria que, con sus amiguetes, los esperan frías mazmorras, alejados de los palacetes, que solicitarán por cárcel; los que delatan las coimas millonarias, que engrosarán la lista de inmuebles en vías de extinción de dominio, que reclama una ciudadanía indignada. Monarcas protegidos por esquemas de seguridad, pagos con los impuestos de los esquilmados compatriotas, mimados por vergonzosa servidumbre de librea.

Escorias humanas, patentizadas por los hechos que acaban de conocer la luz pública, evidencia de la bajeza en que cayó la agonizante, atribulada y muda justicia, facilitada por los cobardes medios, próximos a la complicidad, lenidad, junto a amplísimos sectores de opinión, amedrentados por el atávico, deleznable y torcido sindicado de bandidos, de cuello blanco, que arrastraron al país al dantesco infierno destapado, por la afortunada intrusión gringa, que de no haber ocurrido, impertérrito continuaría el aluvión de crímenes, el desolador tapen, tapen los chancros de la corrupta clase política, aliada a sabandijas, dizque extorsionados, inmiscuidos hasta los tuétanos, con la furtiva y clandestina empresa criminal que, sin parar mientes ante nada, viene desnudando -con plausible dinamismo-, el implacable Fiscal, con puño de hierro.

Mientras continúa la imparable comedia de forajidos esposados, el desapacible, sinuoso y sonriente señor del coscorrón, -nimbado con aura de ejecutor- sonrisa que trocará en mueca, por su cercanía con Gustavo Moreno -jefe anticorrupción- y de Leónidas Bustos -expresidente de la CSJ-, que llevó al malgeniado Vargas, al recojo de firmas en respaldo de la candidatura, dando la apariencia de no tener vínculos  con la corrupción, emancipado -vaya, vaya- de la descomposición de CR. Coartada que no se la creen, sus más cercanos, menos el país, conocedores de los “fantasmas” que lo rondan –ocho gobernadores y once alcaldes investigados por corrupción, uno condenado por asesinato; 349 “honorables” sancionados, 41 destituidos, motivo -entre otros-, para el emprendimiento -repito- del tortuoso camino de allegar las rúbricas tras la tierra prometida.

¿Pensará que el país olvidó las turbias aguas donde pesca el saurio en cuestión? Quimérica y vana pretensión de reconstruir su imborrable pasado, a medida de su conveniencia. Espeso engrudo que no soporta un ligero cotejo con la verdad, aderezada con una notable cantidad de mentiras que, por sabidas, no relaciono. Nuevo paradigma que desdora la justicia, fruto del desprecio de la ley de los parciales, sin pudor, ni límite, ocupados en recaudar los millones de firmas de la inscripción, lo cual, no admite mirar para otro lado, porque no hay otro lado para dónde mirar, a excepción de la irreprochable coalición -en ciernes- con la cabeza de De la Calle, propuesta donde no cabe la mafiosa camarilla de los Ñoños.

Reserva moral de la llorona cúpula del CR, sin honor -curiosidad arqueológica trocada en deshonor-, que aúlla un victimismo imaginario e irritante, que toma por estúpido al despistado cordero -el pueblo- que difícilmente se tragará el cuento, de moldear la ilusión óptica, del maquillado candidato renacido, en el que los alfiles, muestran las garras sucias al gobierno, mientras el estratégico jefe, mantiene  cuotas importantes de poder y prosigue entre bambalinas  el infatigable enganche de fichas de la inescrupulosa. putrefacta y sonámbula clase política, de la que Vargas dice ser el único superviviente, con credibilidad, mientras la escabrosa comparsa destapada, engaveta por la paga sus congelados expedientes.

Libreto que conozco al dedillo, por haber sido utilizado -intermediado por la Tola- de “Bobo útil” -que siempre lo fui-, para convencer a su “porcelana azul” a votar las primarias por Vargas. Payasada que detallaré -más luego- con pelos y señales. Novelón titulado: “Juntos, pero no revueltos”, en el que el patrón de CR, maneja dos plataformas que incentivan la candidatura: De día se disfraza de manso pretendiente, sin amarres, independiente, y de noche se cala una diminuta tanga para atraer el lumpen de todas las toldas políticas, vendido como el resguardo de la desahuciada casta política, con la que arma las listas al Congreso de CR, del que supuestamente renunció a seguir siendo el jefe.

Inconsistencia demostrada en Manizales, al presentarse cercado por sus nuevos consentidos, enseñados como limpios, pulcros, transparentes, al lado del fosilizado e insignificante Jairo Antonio Mejía.  Cabriolas difíciles de rastrear: Simpatizó con “Colombia Siempre” -liberales arrepentidos-. Apoyado en el prestigio del difunto abuelo, fundó CR, con tránsfugas del Nuevo Liberalismo, disidencia del viejo Partido Liberal. Partido (CR) del que no quiere que lo confundan. Estuvo en la NF de Pastrana. Saltó a “Primero Colombia”, que derivó en la U de Uribe, hoy de Santos, quedándose con la Vicepresidencia, Terminará -póngale la firma- abrazado al CD -antes Puro Centro-.

Se agotó el espacio sin agotar el tejemaneje del inteligible maromero. Volveré, de ser posible.

Mario Arias Gomez, abogado

Por: Mario Arias Gómez 

articulosmarioariasgomez.blogspot.com.co

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