¡Jamás he dicho una mentira!

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¡Jamás he dicho una mentira!, ?JO JO JO ?

Frase que con la lanzada a la ‘Mechuda’ -‘si te veo te doy en la cara marica’- hacen parte del anecdotario del dantesco, malhadado, tempestuoso periplo -de vértigo- del ‘innombrable’, azaroso, acérrimo, miedoso enemigo de ‘LAFAR’, urgido de saciar su sed de venganza.  Semejando a Göbbels, -Ministro de Propaganda nazi-, el hepático ‘prestidigitador’, convierte sus mentiras-por arte de birlibirloque- a través de la repetidera,  en verdades que no las cree ni el sometido rebaño de secuaces.

Peregrinaje padecido por la martirizada Colombia, rastreado por la ‘Comisión de la Verdad’ y los horrorizados historiadores, en hemerotecas, cementerios, fosas comunes, clandestinas, miles de testimonios de exmilitares, paracos y víctimas.

Borrascoso pasado que fluye -incontrolable- por ríos teñidos de sangre inocente que anegan la nación, plagada de calvarios -con flores blancas- amorosamente mantenidos por inconsolables padres, viudas, hermanos, huérfanos-, henchidos de dolor, con profundos surcos en sus rostros, producto de las lágrimas derramadas por sus seres queridos que claman al cielo justicia.

País, secuestrado -de facto- por visceral odio, provocado por usurpadores de tierras -quid de la violencia-, perpetrada por hordas de mercenarios, mediante sistemáticas, inhumanas técnicas, en connivencia con inescrupulosas autoridades, cómplices, financiados por poderosos, beligerantes, desalmados latifundistas, mellizos del atrincherado ‘Comandante en jefe’.

Envenenada, macabra, tétrica historia negada por el prontuariado en comento, sin que se allane a rendir cuentas -como corresponde-, sobre las infames conjeturas, relacionadas con los imparables ‘falsos positivos’, asesinatos de defensores de DH, líderes sociales, reclamantes de tierras, mártires de la desbocada ‘limpieza’, registrada por la diabólica serie ‘El Matarife’.

Cabizbaja, mustia herencia maldita, que rememoro como aporte a la memoria histórica, referida a los innegables, imborrables, predichos hechos que cual dogal, atan al ‘Intocable’, de los que trata -vanamente- de liberarse, socorrido por el arrodillado, deleznable, ladino, negligente, omisivo, sesgado subpresidente, y las ÍAS que, en el colmo de la desvergüenza, traspapelaron su papel, mudado al de coequiperos de la defensa.

Ejemplificado, el ‘soborno a testigo y fraude procesal’, que ha revivido las mefíticas, rutinarias estratagemas dilatorias; retractaciones, inducidas con sugestivas ofertas, centradas en rehuir el largo brazo de la justicia, para que no alcance la humanidad de quien tiene un pie en una mazmorra. Ritualidad que incluye: socavar la credibilidad de los testigos -tildados de ‘complotados’-; constreñirlos; desprestigiarlos; estigmatizarlos; intimidarlos, por su renuencia a desdecirse; acallados mediante inexplicables ‘accidentes’.

El libro: “Cien razones reales para rechazar el uribismo” -de autoría de C. Arteaga-, documenta una veintena de testigos, ajenos a los intereses del volcánico dinosaurio, accidentados casualmente, quienes dejaron revelaciones demoledoras, como las de los que siguen vivos de puro milagro.

Crímenes de lesa humanidad -imprescriptibles-, que hibernan en indistintos despachos judiciales y la ‘Comisión de Absoluciones’, en los que aparece reiteradamente el nombre del marchito plutócrata, supuestamente metido de pies y cabeza, junto al hipotético fundador de los ‘Doce Apóstoles’.

Aparecen: Orlando Moncada (alias “Tasmania”) quien suscribe una fraguada declaración contra Iván Velázquez, investigador que los apremiaba, igual que al condenado primo, Mario Uribe. Antonio López (alias ‘Job’), emisario de Don Berna, que ingresaba secretamente por el sótano, al ‘Palacio de Nari’ (abril 23/2008). Rodrigo Zapata, ‘Ricardo’ (mano derecha de Vicente Castaño). El propósito: -según Don Berna- “acordar una estrategia para desprestigiar a los magistrados de la CSJ”.

El exparamilitar, sicario, Francisco Villalba, “el destripador”, alias, “Cristian Barreto”, condenado a 33 años, refirió la supuesta participación del antediluviano caradura, en las masacres: El Aro (ocurrida entre el 22 y 30 de octubre/1997), en que torturaron, asesinaron brutalmente diecinueve personas; violaron mujeres; incendiaron casas, robaron 1.200 reses; desterraron 600 habitantes. Igualmente relacionado con las masacres: ‘San Roque’, ‘La Granja’.

Villalba aparece luego retractándose: “Quiero pedirle perdón a usted, por haber mancillado su nombre y puesto en la palestra pública”; acribillado posteriormente al salir de la cárcel. “Buen muerto” -espetó- el ‘buen samaritano’ que nos ocupa.

Irreal carta, desmentida rotunda, tajantemente, al revelar que halagado, firmó un papel en blanco, presentado luego por la defensa, como la transcrita rectificación, que se comprobó escrita “de puño y letra”, por Jesús Amado Sarria -‘El brujo de Antero’-, viudo de Elizabeth Montoya (desaparecida) -la ‘monita retrechera’ del proceso 8.000-. versión autenticada grafológicamente. Matanza en la que el ’santón’ fue citado a versión libre -16/09/2020- por la CSJ (diligencia frustrada).

Similar suerte corrió, Carlos Enrique Areiza, (asesinado) quien estando preso, firmó unas hojas en blanco al enviado de José Obdulio Gaviria -primo de Pablo Escobar-, convertidas -vieja maña-, en una declaración contra Iván Cepeda. Continúa

Bogotá, D. C. 14 de abril/2021

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mario arias gómez
mario arias gómez

Abogado, periodista y escritor


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