¡La revolución de los estómagos vacíos!

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Ante el conmovedor, escalofriante, estremecedor, trepidante caos que tiene en llamas al país, que se desintegra en manos del bisoño, ciego, sordo, improvisado, inepto presidente, que no percibe, ve, oye, el clamor social que tiene trastornada la vida comunitaria de los inermes colombianos, cuyo deshago es la protesta contra quien pretende acallarlos a bala venteada; actitud, despropósito condenados por la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos, que solicitaron moderación, desescalar la brutalidad policial, equiparable a la de los vándalos reprimidos ferozmente.

La sorprendida comunidad internacional pregunta: ¿que se ‘ficieron’ los 10 largos millones de compatriotas y anturibistas que pensamos que Duque personificaba el cambio por el que valía la pena luchar?

Ilusión desvanecida por cuenta del insensato, lunático, vergonzoso presidente del Congreso, Ernesto Macías, que luego del juramento, vomitó -por encargo- ante la estupefacta audiencia de mandatarios e invitados especiales, que impotentes debieron presenciar la deshilvanada, injuriosa, corrosiva catilinaria contra el expresidente Santos, con la tácita complacencia del ensoberbecido, perfumado monigote, que premió la ‘jugadita’ con la Cruz de Boyacá.

Cuenta de cobro saldada por mano ajena, soportada por la endilgada, llameante ‘traición’ al belicista, conflictivo, insidioso innombrable que, como los Borbones, ni aprende, ni olvida, concelebrada por la emperifollada mesnada de paniaguados. Irreconciliable, rencorosa, vengativa política, cuyo espíritu pervive, convertida en el dantesco infierno en el que sucumbe el país.

Vituperable, tozudo libreto, impuesto por el ‘intocable’, coadyubado por el incondicional, decorativo conservatismo, aliado que se echó al hombro la suicida tarea de defenderla, junto al improvisado presidente que, falto de kilates, talla, trayectoria pública, la encarna, desdorando la dignidad de tan alta Magistratura, restándole importancia.

Así te puedes recuperar de la COVID-19 - memeDerivas del arribismo, incapacidad, inexperiencia, liviandad, inocultables, reflejadas por la difusa, envenenada, estéril, fracasada, mezquina, tragicómica gestión; desnudada por las candentes, multitudinarias movilizaciones ciudadanas, excitadas por la corrupción, desempleo, hambre, inequidad, negligencia, pobreza, vandalismo, violencia; por los asesinatos de líderes sociales, el desconocimiento de la protesta social, por parte del fallido, ralentizado Gobierno.

Derecho tutelado por la CSJ (22/092020), ignorado por el ‘innombrable’, al pedirle al lacayo subalterno, contrarrestarla a sangre y fuego, militarizando las ciudades, habilitando el uso de las armas contra los aterrorizados jóvenes, graduados de ‘revoltosos’, con la anuencia del cabizbajo conservatismo que, falto de autoestima, solicitó al Gobierno no abdicar de las ‘medidas de excepción’, con olvido que, en la enlutada, explosiva, famélica Colombia, comer se volvió un privilegio.

Deprimentes vilezas ambientadas por la incoherente, teatral, vana cháchara oficial, que ensaya tapar sus manifiestas: ineptitud, incompetencia, falta de criterio, impopularidad, desgobierno, cuya onda expansiva, alcanza especialmente al acrobático, endemoniado, evasivo  capo de las ‘mil caras’, cuyo desprestigio semeja -como un espejo- al del manipulado alumno, que a su nombre arruinó, devastó, incendió la República, alcanzando para el desahuciado cirineo.

Génesis de los reciclados berrinches similares a los ocurridos en los mandatos del peligroso chacal que, pistola al cinto, exige disparar contra la desesperanzada, indefensa juventud, estigmatizada de ¡vandálica! por el esclavizado eunuco palaciego; constreñida brutalmente por alzar la voz en defensa de su futuro; por censurar el desbarajuste socio-político-económico; la falta de oportunidades.

Títere, personificación del tóxico ‘furibismo’, que desató la incontrolable, irreversible revuelta popular, que llevó astuta, estratégicamente al ‘irremplazable’ -ver para creer-, a desmarcarse de la consolidada tragedia nacional.

Siniestra desinstitucionalización engendrada, alimentada por el descalificado, remedo de gobernante, sin mando, norte, cuyas extrapolables responsabilidades, no podrá soslayar, rehuir, que concluirá -póngale la firma-, con la avizorada derrota en el 2022, acompañada del peor castigo: la soledad, el olvido del bilioso ‘Mesías’, por cuyas venas corre hiel en vez de sangre.

Redomado canalla, que hoy anda en medio de las certezas y dudas, por los acuciantes, macizos procesos, inextinguibles, por las “hazañas bélicas” que lo acosan; las presuntas: formación de grupos de autodefensas; falsos positivos; masacres -imprescriptibles- que no pueden quedar impunes y claman venganza al cielo.

Tanto va el cántaro a la fuente hasta que por fin se rompe.

La gota que rebosó la copa de la inconformidad que impulsó a millares de airados, desafiantes compatriotas a protestar -a pesar de la durísima represión que deja más de 42 muertos- fue la inhumana reforma impositiva, cuyo retiro no apaciguó los ánimos, dado el conocido juego del desgaste hasta el cansancio.

Deterioro que culminará con el deicidio, moldeado por las trapacerías, desafueros, crueldades del ‘Mesías’, que en lo que me resta de vida, espero ver aclarados, individualizados, sentenciados, al amparo de la diosa Temis. Empeño igualmente anhelado por los inconsolables deudos de las víctimas inocentes, única manera de cicatrizar las sangrantes heridas.

Bogotá, D. C. 12 de mayo/2021

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mario arias gómez
mario arias gómez

Abogado, periodista y escritor


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