¡La voltereta de la Corte! (III)

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Por: mario arias gómez.

Queda súper-claro que el préstamo recibido por Andrade de Cabrera Polanco, condenado en septiembre de 1997, por el desfalco de más de $220.000 millones a Cajanal, organismo monitoreado por el conchudo legislador, dinero del que la Corte no tuvo duda de que el avisado ‘personaje’, tenía que saber del origen ilícito, si se parte de la base, que para nadie era secreto en el Huila, la clase de rufián que era el ‘prestamista’, departamento donde Hernán Andrade juega de local, contaminado recurso que entró sin duda a la campaña, y que no es creíble aún el inocente’ ardid, ‘craneado’ por este forajido de cuello blanco; tampoco los supuestos abonos con los que intentó maquillar la inconsistente historia, ni el cuento de la “limitada capacidad de endeudamiento”, ni la urgencia de los $100 millones para comprarle una ‘casita’ a la esposa, con siete años -entonces- en un cargo directivo en Invima, sumado al “faraónico sueldo” de congresista, percibido desde el año 2000.

Compra que iniciada por demás tres meses después. Igualmente se cayó la historieta del dinero para remodelar un apartamento en Bogotá, desmentido por su garante, Juan Carlos Osorio, exconcejal de su cuerda, que testificó: “El dinero era para su campaña, nada de remodelaciones”. Deuda no registrada en la ‘declaración de renta’, tampoco se encontró rastro en los gastos de campaña, por si el desembolso hecho al día siguiente, 8 de marzo de 2006, aparecido en la relación presentada al CNE, como auto-aporte por $36 millones. Hechos que después de cinco años, la Corte concluyó (9 de abril de 2010), que a la campaña habían ingresado dineros ilícitos: “Las sólidas pruebas indican ‘muy probablemente’, que Andrade cometió los delitos: ‘Enriquecimiento ilícito’, ‘fraude procesal’ y ‘falsedad en documento privado’.

Apoyada en tal convicción, decidió seguir adelante con el proceso, absteniéndose de librar “medida de aseguramiento”, a solicitud de Leónidas Bustos -acta del 28 de agosto de 2013-.

Apremiado por el afán de engañar al tribunal, acreditó a unos incondicionales, para que testificaran que lo socorrían -constantemente- con la gasolina para el vehículo. Su gerente de campaña/2006, Blanca Inés Rodríguez, declaró: “Alguna vez debí acudir al sastre, para que le confeccionara un vestido, comprarle dos camisas, una corbata y unos zapatos, lo que hacía -llorosa- cada vez que no lo veía en forma”.

Agregó Andrade: “Con el saldo del préstamo, pagué cuatro deudas -de 50, 40, y dos de 30 millones-, las que, rastreadas por la Corte, descubrió que los nombrados, no habían hecho retiros, ni registrado ingresos cercanos a dichos montos, por el contrario, aparecían sus cuentas en rojo, y créditos en trámite, coligiendo que estos zarrapastrosos, no estaban en condiciones reales de prestar esos millones. Entre los ‘chimberos’, apareció su hermano, Jhon Jairo, a quien puesta de presente su insolvencia, reflejada en los balances y saldos bancarios en rojo, que puso en evidencia la imposibilidad material de haber podido aportarle 40 millones en efectivo, pueril coartada que lo llevó a responder, que eran ahorros que tenía debajo de la cama. Igual situación se presentó, con el resto de grandes aportantes, todos con sobregiros, moras y cheques impagos.

Fanfarrón, proclive al ridículo, la mentira, las componendas, cuya despreciable estatura moral, mental y física; sus mudables posiciones políticas, lo reputan -como a su socio Cepeda-mal. “Dios los cría y el diablo los junta” o, “…el viento los amontona”, ‘personajes’ que montaron la estrategia para quedarse con la presidencia del Congreso y Partido, hoy sin norte. Asquiento “trepango”, sin bagaje intelectual, al que Ángela Ospina (vicepresidenta) desnudó: “Un presidente investigado por corrupción, es lo último que le podía pasar al Partido Conservador. Me duele profundamente”.

Téngase presente, que un año después, acreditó como defensor, a Gustavo Moreno, (el anticorrupción), quien esfumó como por encanto, las inconsistencias e incongruencias, patentizadas por la Corte. No se requiere ser arúspice, para descifrar el acertijo: “Blanco es, gallina lo pone, en el sartén se fríe, por la boca se come”, para entender la voltereta de la Sala Penal, en favor del caradura opita.

La exitosa componenda, lo convirtió en promotor del ‘cartel de la toga’, según textual declaración del exrepresentante, Nilton Córdoba Manyoma, parapolítico que reconoció “haberse reunido con Moreno, por recomendación expresa del melifluo Andrade, para “buscar los servicios de la organización que le diera manejo”, a sus procesos (cinco) en la Corte. ‘Vueltica’ por la que “cancelé $ 800 millones”.

Conclusiones mañana.

Bogotá, D. C. 04 de octubre de 2018

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Periodismo Investigativo


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