¡Las cosas por su nombre! III

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En los estertores ya del arrogante, doméstico, ensoberbecido, infumable ‘don nadie’, cuestionado, gris, ignorante zángano, ilustre desconocido, ex camarero carga maletas de los visitantes del BID, quien, sin trayectoria pública, política, votos, alcanzó por arte de birbirloque -para desgracia de ‘Polombia’- el Senado de la República y luego la Presidencia. Personajillo de tercera, sin altura de miras, idoneidad, liderazgo, transparencia, desarticulado mentalmente, con alma de mandadero, cuya descomunal, desesperante incapacidad, ineptitud han arruinado, desarticulado, desarreglado, trastornado al país.

Eterno, interminable Gobierno del ‘laisses fairer, laisses passer’ (‘dejen hacer, dejen pasar’), incrustada en sus prevaricadoras andanzas. Amo, señor y dueño de la vida, honra y patrimonio de los desguarnecidos colombianos. Realidad que en su vesania no ve. Insostenible capo de un submundo, tanto o más corrompido que el de la mafia, blindado por los secuestrados órganos de Control, de bolsillo, cuya función misional fue mudada por el flagrante silenciamiento, encubrimiento de la corrupción, por acallar, avasallar, hostilizar opositores.

Juguetes manipulados por este titiritero, que se hace el desentendido, digno -además-, dedicado últimamente a una desaforada, delincuencial, insidiosa, odiosa intervención política -con descalificados, recónditos propósitos-, pasada por alto por los empernados, precitados operadores, usados como martillo contra los graduados como enemigos del régimen.

Sometidas Fiscalía y Procuradora que ignoran adrede, maliciosamente la prohibición que dispone la Constitución y la ley, respecto a la participación en política de los servidores públicos, absuelta, tolerada por ellos, títeres a años luz del corajudo, emblemático, riguroso Mario Aramburo (1909-1989), impoluto, respetable juez disciplinario -el último grande en ocupar tan alta magistratura-, con autoridad moral para encarar, reconvenir al perspicaz, Lleras Restrepo, “por hablar públicamente en favor del candidato Misael Pastrana”.

El defenestrado, nefasto, tóxico Torquemada Ordóñez (Alejandro), falso valor, rancio cadáver político, proclive -en su desvarío presidencial- a usar el cargo para posicionarse políticamente, ‘autoridad’ con la que le pidió a ‘Juan Manuel Santos, “no participar en actos políticos”. La babosa, esclavizada bruja Margarita Cabello, calla como una ostra la delictuosa politiquería de su auspiciador. Infructuoso hito para las nuevas generaciones.

El “Artículo 127 de la Constitución Política; el Código Penal; Ley 599 de 2000; Ley 996 de 2005 o de Garantías; Ley 734 de 2002 o Código Disciplinario Único y sentencias de la CC, como la C-794 de 2014, que tipifica cuatro tipos de abusos”, normas todas orientadas a frenarlos -incluida la controversia política-, burladas -con total descaro- a ciencia y paciencia de los infaustos titulares de la Fiscalía y Procuraduría, que perdieron toda credibilidad, profundidad.

Tácita, punible autorización al subpresidente -al que nada lo detiene- para convertirse su defensor a ultranza del alicaído, desalmado innombrable -gran Satán del Ubérrimo. No es de extrañar -por tanto- la extrema violencia y desastre social, el desbarajuste institucional, el caos judicial causados por el advenedizo Iván Duque. Desgobierno  que ha afianzado la podredumbre, llevado a la nación, a la cumbre del dominio delincuencial; carcomidos los fundamentos de la Justicia, consecuencia -indudable- de la crisis -sin precedentes- anímica, política, sanitaria, socioeconómica.

‘Bocatto di cardinale’ que como materia de estudio y conclusiones, hubiera envidiado Sigmund Freud -padre del psicoanálisis- que posteriormente desarrolló, Erich Fromm, consistente en que todo lo bueno que ocurre en Colombia es gracias al monotemático, “histórico”, actual jefe de Estado, y lo malo, culpa del coco de sus desafectos: el telúrico, subterráneo ‘petrismo’; la inaceptable izquierda.

Conclusión derivada de la cascada de publirreportajes -opiniones políticas e intervenciones públicas-, del MÁS “meritorio” mandatario que haya ocupado la deshonrada ‘Casa de Narí’. Impugnada forma de promocionarse. Falaces reflexiones, cargadas de ira, odio, sin que nada diga sobre la derogatoria de la figura de los convenios interadministrativos en la Ley de Garantías, ni de los 80 billones de pesos para repartir e irrigar con fines electorales.

Resuena en los oídos de los desprevenidos colombianos, el golpe de mano, que la ‘dependiente’, ‘contemporizadora’, ‘afecta’ prensa, reseñó como “guiños”, a sus adulados “amigos políticos”, con “grandes capacidades”, ejemplificadas por Ernesto Macías -Sí, por increíble que parezca, Ernesto Macías-. Los veo -agregó- “en el Centro Demoníaco (…) también en el cadavérico Partido Conservador”.

En “personas que vienen del liderazgo regional”: los eclécticos, eunucos, mediocres: “exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez, Alejandro Char, Enrique Peñalosa”, Óscar Iván Zuluaga -mencionando de último-, nueva traición que se cocina, vislumbra. En las islas Galápagos, con total desparpajo, soltó este cantinflesco galimatías, propio The Suso’s Show: “Mi ‘equipo’ (favorito) es una palabra universal, pero ya muchos sabrán cómo querrán interpretarla”. El que entendió … entendió.

Bogotá, D.C., 06 de febrero de 2022

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mario arias gómez
mario arias gómez

Abogado, periodista y escritor


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