Odebrecht y el Marxismo

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Por Ariel Peña.

Es un verdadero contrasentido  que los llamados partidos alternativos, le hayan hecho un debate en el senado al Fiscal General de la Nación, Néstor  Humberto Martínez, por el conocido caso de la constructora  Odebrecht, ya que  no se puede olvidar por un instante que dichos partidos pertenecen a la internacional comunista del foro de Sao Pablo, quien es el que ha dirigido todo ese entramado de corrupción de la  empresa brasileña, para conquistar gobiernos  con miras al proyecto político  del socialismo del siglo XXl o castro-chavismo.

Así que los dirigentes del partido verde, el polo democrático y el movimiento que regenta Gustavo Petro no tienen la mínima autoridad moral, para adelantar ningún debate sobre la corrupción de Odebrecht en Colombia, hasta que sus partidos no se desafilien del foro de Sao Pablo que es el autor político de los desaguisados en Odebrecht, contando con el apadrinamiento del expresidente Luis Ignacio Lula da Silva actualmente en la cárcel por corrupto. Hay que decir con cierta tristeza que en el debate del pasado martes 27 de noviembre ningún senador mencionó al foro de Sao Pablo que es la piedra angular de todo este escándalo, pero que desafortunadamente sigue siendo un tabú para los grandes medios y la inmensa  mayoría de los políticos.

En buen romance y para que esos partidos de la denominada izquierda  tengan algo de vergüenza, indudablemente se deberían apartar  inmediata del foro de Sao Pablo, fundado en 1990 por el tirano de Fidel Castro y el expresidente de Brasil Luis Ignacio Lula da Silva, este ultimo cómplice hasta el extremo de las coimas  que le pagó la constructora Odebrecht a funcionarios de  12 países.

Y para completar la faena izquierdista, el mismo martes en la plenaria del senado  se presentó un video en donde el excandidato presidencial Gustavo Petro recibe una gruesa suma de dinero de dudosa procedencia, con lo cual los partidos alternativos mostraron la catadura de lo que en verdad son sus dirigentes, buenos para mirar la paja en el ojo ajeno, pero  malos para mirar la viga en el propio.

Se dice que la corrupción no tiene color político, pero lo que llama poderosamente la atención es que Lula da Silva que alcahueteó a Odebrecht desde que asumió la presidencia en el 2003, fue financiado  por esa  constructora junto a su sucesora Dilma Rousseff, lo cual demuestra el carácter turbio de los gobiernos del socialismo del siglo XXl, orientados por el foro de Sao Pablo,  engendro creado para no dejar morir al marxismo leninismo ante la caída del muro de Berlín, y para ese propósito también  utilizaron el atraso ideológico de algunos pueblos latinoamericanos.

Los sobornos de Odebrech estuvieron orientados para fortalecer los intereses políticas de Lula y Fidel Castro, pues la mayoría de funcionarios que recibieron esas coimas  estaban ligados a regímenes con gobiernos miembros del llamado castro-chavismo, que es otro mote con el que se denomina en la región al  marxismo leninismo.

De acuerdo a la anterior consideración, se puede afirmar que frente a  unos acontecimientos de tal gravedad,  así como el orate de Hugo Chávez buscaba cooptar gobiernos en la región para el socialismo del siglo XXl, regalándoles petróleo, Lula da Silva con su sucesora dispensaron  a Odebbrech para desarrollara su labor de corrupción en  países de América y  África, ya que el comunismo totalitario se  vale de cualquier  patraña sea política, económica o social para lograr sus fines, pues no se puede ignorar que la camarilla comunista china se alió con las grandes transnacionales norteamericanas  hace cerca de 42 años, para superexplotar a los trabajadores de ese país, siendo el objetivo fundamental no perder el poder político, pues el socialismo implementado por Mao Zedong  era criminal y burocrático, y había fracasado en todos los programas, asesinando durante la “revolución cultural” y la  colectivización a mas de 60 millones de personas..

La corrupción es un asalto a los ciudadanos, ya que los sobrecostos, los paga el contribuyente y una minoría inescrupulosa se enriquece, pero así se diga que ese lastre no tiene divisa política, en las dictaduras marxistas leninista, no hay quien controle la corrupción en lo mas mínimo, verbi y gracia en Norcorea, Cuba, Venezuela, Nicaragua, China y Vietnam, además se debe recordar que en la antigua URSS con sus satélites una de las principales causas de la debacle, fue la corrupción de las nomenclaturas, a ello se agrega que en Latinoamérica el país más corrupto es Venezuela, así que los regímenes marxistas leninistas no solo han sido lo más criminales en todos los tiempos, sino que además son amos y señores de las corruptelas, pues no existe el control para las camarillas, ya que se sostienen  mediante la violencia con dictaduras sanguinarias.

El foro de Sao Pablo creado por el expresidente Lula  da Silva del Brasil, al seguir los dogmas del comunismo totalitario, utilizó a la empresa Odebrecht, recordando lo que decía el genocida de Lenin sobre los capitalistas “que venden la soga con la que los van a  ahorcar” y conociendo de  su voracidad por el lucro, los regímenes comunistas de la región  han desarrollado una estrategia perversa en Latinoamérica, respaldando gobiernos corruptos. Entonces que los sobornos conocidos de Odebrecht hayan llegado a 9 gobiernos cuyos movimientos o partidos políticos en Latinoamérica tenían o tienen su membrecía en el foro de Sao Pablo, no es por casualidad o por el único deseo de aumentar ganancias con las coimas.

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Ariel Peña
Ariel Peña

Columnista, Escritor. Presidente de la federación Sindical UTRECOL


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