¡PENSILVANIA!, ‘Mi pueblo natal’ IV

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Retomo el hilo de las mimosas, atávicas remembranzas que perviven en la memoria de los multifacéticos, joviales, ausentes hijos -adoptivos y raizales- de la amada, acogedora, cosmopolita ¡PENSILVANIA!, que viven pendientes de seguir -con pasión- su devenir histórico, desarrollo, progreso, como patrocinar cuánta cruzada se promueva en favor de los más necesitados, los desamparados, desheredados de la fortuna.

Centenario hábito, forma de presencia permanente que, con la ritualidad del regreso, son motivos de esta emotiva evocación, imbuida por el amor -incalculable- por el solariego terruño, profesado por los caliginosos paisanos desperdigados por el mundo. Rememoraciones convertidas en un grito de desahogo, de solaz, regusto, corolario de la tradición que rejuvenecida reaparece -como por encanto- en cada navidad -paradigma de regocijo-, aunada al subyacente anhelo por el eufórico, jubiloso reencuentro familiar, con el ancestral nido, los compañeros de infancia, juventud.

Puente de arriería en ‘El Bosque’, similares al de la segunda zona de tolerancia, camino real a Honda, al de la quebrada de ‘El Centro’, camino a Samaná, Nariño, Sonsón, etcétera,  otros: el de la quebrada San Lorenzo, camino a la ‘Quiebra’ (San Daniel),  camino a Arboleda en el Líbano, sobre el río Qebradanegra, uno más en el  Riodulce cerca a Playa Rica, todos de características similares, construidos por el Señor ASICLO GUTIÉRREZ, probablemente a finales del siglo XIX.

 

Sensación saboreada en el presente beatífico, excitante, repaso de los maravillosos, irrepetibles, imborrables momentos, cuyo espíritu de armonía, bondad, hermandad, paz, espero perdure perennemente.

Retozada mirada retrospectiva -cosa de volverse loco- que permite hurgar el pasado, inaprensible, reconstruir imaginariamente sin inhibiciones ni restricciones, el complaciente, dulce, fugaz periplo vital, dolorosa, tristemente abocado al agorero, ineluctable, inevitable, lóbrego, postrero “c’est fini”, conclusivo de nuestra efímera, inefable vida, que se extingue -en mí caso- lenta, quedamente.

Finitud asumida por este modesto, liberto, impío heraldo -sea dicho sin acritud-, con estoicismo, resignación. Delirante pregonero de fachendosos hechos, vernáculas prácticas, usanzas, vivencias, vividas -intensamente- a plenitud, en la feraz, prodigiosa campiña, premiada con sus tres pisos térmicos -frío, templado, caliente-; Hermoseados por su diversificada flora y fauna, sus abundantes, cristalinas, cantarinas aguas; majestuosos, multicolores, hechiceros atardeceres; pródigas noches estrelladas, belleza natural enmarcada por enigmáticas, encantadoras, exuberantes, guapas, inigualables, seductoras quinceañeras en flor, de embeleso, de ensueño.

Indescriptible, poético caleidoscopio que, con su altiva gente, son fuente de inspiración de estas protocolares, sencillas recordaciones, hilvanadas -sin jactancia-, por este desacralizado, emocionado, fervoroso pensilvaneño, gratificadas por la estimulante, expresiva acogida de la cálida, jovial audiencia de correligionarios; almas gemelas que, honrosa, vanidosamente nos presentamos -a boca llena- con el patronímico: ¡PENSILVANENSES!

Gentilicio que imprime carácter. Paraíso, bastión de intrépidos, probos, recios, ilustres adalides, que sorprenden -de tanto en tanto- a sus coterráneos,  con sus logros, premios, reconocimientos -nacionales y extranjeros- en las distintas ramas del saber humano; de cuya espontánea, loable, meritoria exaltación, se ocupa la FUNDACIÓN PIAMONTE -guardián de la heredad-; pléyade de indiscutibles, auténticos mecenas, encabezada por el aplaudido, excepcional, laureado, mítico -por mil títulos- GERARDO ARISTIZÁBAL, portaestandarte que enarbola la lúcida divisa ¡PENSILVENSE!

Valor humano, insuperable, albacea testamentario de la hornada de bachilleres salidos de la gran cantera: Colegio ‘San José’, rebautizado, Colegio Nacional del Oriente de Caldas; luego, Colegio Integrado Nacional Oriente de Caldas IES-CINOC, cuyo enhiesto legado educativo, esculpió el icónico, Hermano Martín (Manuel Ochoa), artífice de la lustral labor, a quien los ¡PENSILVENSES!, le estamos debiendo un agradecido, merecidísimo, reverente homenaje en bronce, monumento que eternice su nombre, su imponderable, magna obra.

Pleitesía expandida a las legendarias, proverbiales comunidades: La Salle, Presentación; agregados a la galería de incólumes prohombres que, por derecho propio, ocupan destacadísimo lugar en la galería de los grandes de la patria chica: la Madre Ida, los Hermanos, Estanislao Ruíz -Lumaro Franco- (poeta), Gonzalo Carlos, Florencio Rafael, Claudio. El padre Amador Ramírez, por 50 años párroco -godo de ‘racamandaca’-. Desprendidos, iluminantes, ilustrados valores morales -sin par-, al servicio -inagotable, incesante- de la causa ¡PENSILVENSE!

Antes de articular la lista de los más relevantes, arquetipos de civismo -según este seráfico, irredento plumífero-, pido excusas -anticipadas- a quienes por olvido involuntario no nombre. Mosaico de cóndores -rey de las alturas-: Daniel María López (párroco); Milcíades Cortés Agudelo -primer Procurador General de la Nación-, Fanny González -primera magistrada de Tribunal y de la C.S.J., Ezequiel Gaviria -tatarabuelo del expresidente, César Gaviria-. Bernardo Ospina -juez promiscuo-, Bernardo Herrera, Pedro, Urbano Ruiz (educadores); Juan B. Escobar; Félix Quintero, Tulio Ramírez, Roberto Estrada, Marita Gallo; Moncho Franco; Luis Carlos Hoyos, Abraham Salazar, Alpidio Ramírez; Pablo Emilio Duque; Manuel López (ñero), Luis Eduardo Yepes -fundador de los Almacenes Ley-, Tito Libio Ospina, Roberto Cardona (Buñuelo), Leónidas Estrada; Darío Ramírez, Camilo Olimpo Cardona, Alfonso Hoyos Giraldo; Carlos Ramírez Cardona, Pompilio Gutiérrez. Agotado el espacio, continúo luego.

Alzo por adelantado mi copa, para bridar porque los ¡PENSILVANITAS! tengan una ¡Feliz Navidad!, cargada de amor, paz, salud y unión y muchos regalos, para quienes va un abrazo fraterno, con los mejores votos por su bienandanza y prosperidad. FINALIZA MAÑANA.

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Bogotá, D.C., 22 de 2021

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mario arias gómez
mario arias gómez

Abogado, periodista y escritor


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