Eduardo Padilla

Sobre la Carta de exrectores de la Unicordoba

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De la lectura de la carta dirigida por ex rectores al aspirante a su reelección a la rectoría de la de la Universidad de Córdoba Jairo Torres Oviedo, vale la pena resaltar algunos puntos por la trascendencia en la vida del Alma Mater por excelencia de nuestro Departamento.

A primera mano, nos encontramos la significación que tiene el cargo de Rector tan relevante orlado de un sinnúmero de virtudes, que demuestran los derroteros que se debe de trazar ese funcionario público ejemplar para poder ejercer alejado de los apetitos personales su honroso cargo, para el caso presente hay que resaltar una de ellas como es el poder saber y entender cuándo fenece su ciclo como rector sin tratar de extenderlo más allá de lo determinado por el lapso del período para el que fue elegido, pero no como docente ni como ser humano.

A continuación, se le dan algunos consejos por quienes ya ocuparon el cargo honradamente y sólo por el tiempo de su período, que cumplieron sin más pretensiones que la del servicio a la comunidad universitaria pública, sin pretender extenderlo más allá del marco legal que las normas les señalaron, insistiendo en ese punto en que le solicitaron fervientemente que reflexionara con toda serenidad para que lograra trascender de manera oportuna al entendimiento razonable de esta realidad, al igual que lo hicieron todos los que pasaron por ese cargo.

Seguidamente, vale la pena anotar, le piden al Profesor Torres como posible de nuevo candidato a la rectoría de la Universidad de Córdoba, que se tome un poco de su tiempo, para que desista en su empeño de ampliar su periodo rectoral tendiente a perpetuarse en el poder para mantenerse en el cargo con cualquier excusa que se justificaría en su agenda académica, pero en el fondo esa agenda estaría enfocada a todo menos a la construir políticas del Saber, que no sólo se construye siendo rector de una institución de Educación Superior.

Posteriormente, le imploran como Rector que fue y ahora ex-rector, advirtiendo por lo ocurrido con su fallida reelección por lo pronto la muy posible de nuevo aspiración, para que logre comprender y asimilar que a todos se les termina y se les terminó el período rectoral y que no son varios períodos por estatutos los de elección dentro de las universidades del sector público, que cese en su empeño de mantenerse a como dé lugar en esa dignidad, para evitar las connotaciones que se están registrando, como lo es, primeramente, la división que con su aspiración de nuevo a la Rectoría, ha desencadenado en el ALMA MATER de la UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA, que causará en el futuro graves perturbaciones dentro de su comunidad.

Le subrayan que el rector, un gran rector, debe estar en los medios es en temas de ciencia, investigación, tecnología, productividad y aspectos de la academia etc., como lo sería entrar a planificar la Universidad de Futuro,  que nosotros en este escrito reforzamos con la siguiente cita de la Universidad del Tercer Milenio: “…en el seno de la sociedad a la que sirve. Dicho papel consiste en una búsqueda de superación constante, de excelencia académica con visión integral, entendiendo por integral la búsqueda de armonía entre el conocimiento científico y tecnológico con una firme fundamentación en las humanidades, y un esfuerzo permanente por mantenerse a la vanguardia educativa, de cara a los retos de los nuevos tiempos y en particular a los retos que presenta el Tercer Milenio, porque nacimos al inicio de esta nueva etapa en la historia de nuestro país y de la humanidad.”.

En esta columna, nos tomamos la vocería señalando además, que esos grandes objetivos modelo que se están proponiendo las universidades de futuro para que sean acogidos sin ninguna dilación por la Universidad de Córdoba, advirtiendo que no se podrán desarrollar debido a las perturbaciones que se van desencadenando por la situación devenida de estos temas electorales anormales y que se darán hasta con investigaciones judiciales, que son temas políticos más allá de lo normal en una I.E..

Como colofón, no está por demás pronosticar debido a la observancia de algunos movimientos que se vienen dando por el ex rector con señales de una posible desobediencia judicial que se insinúa, que hasta lo conduciría indefectiblemente, de persistir en su empeño, a la comisión de un delito consignado en la legislación penal colombiana, que se tipifica como “Fraude a Resolución Judicial”; este acto desdeciría de la razón de ser de quien dirigió nuestra Universidad por demás muy importante para la Región Caribe y el país.

Finalmente reflexionamos, con que un periodo rectoral es naturalmente válido, es por ello que el pensar con humildad y caballerosidad, tomando la sensata decisión de no seguir adelante en una obstinación por continuar en el poder, a fin de poder recomponer y mantener la estabilidad en una institución como es nuestra querida y respetable Universidad; de darse esa encomiable decisión, además de altruista y grande, serviría como ejemplo para la nueva generación, precisamente la que está formándose o debería formarse con valores de Honestidad, Dignidad y Respeto, a fin de que sean profesionales ejemplares de nuestra sociedad Cordobesa y de la Nación Colombiana entera.

Por Eduardo Padilla Hernández

Presidente Red Colombiana de Veedurías.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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