¡Vacunarnos!, sí o sí, no hay alternativa

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Por mario arias gómez.

Ante el inicio hoy -por fin- de la vacunación, se infiere la premisa -sin excepción- a los colombianos, para que hagan oídos sordos a la avalancha de bulos desinformativos, malintencionados -sin soporte científico-, que colman, anegan las redes sociales, voceados por chiflados agoreros, lenguaraces de todos los pelambres.

Chismes, falsedades, rumores que caen en terreno abonado por  el cazurro presidente Duque, en su demonizado programa, ‘Prevención y acción’, saturado de infantiles autoalabanzas, aplausos, elogios, loas, jactancias, ovaciones, realces; paparruchadas (tonterías, estupideces) que pintan de cuerpo entero su caótica, descerebrada, farisea, funesta, negligente gestión que ha descuadernado al país, cuyas implicaciones soportamos los resignados pobladores, copia al carbón del desgobierno presidido por el abominable, frívolo Pastrana.

Artículos, fotografías, memes, vídeos orientados a amedrentar, constreñir, manipular conscientemente a las iletradas masas, con imaginarias complicaciones, desarreglos, estragos, inimaginables anomalías derivadas de la vacunación, gravitadas por el ARN mensajero (ácido ribonucleico), conocido -también- como ARNm.

Torre de Babel

En apretada síntesis, me refiero a varios de los expectorados sofismas -sin fundamento-, trocados en la legendaria historia de la Torre de Babel, levantada por Nimrod -monarca babilonio-, en la que el Supremo confundió el idioma de los constructores y obreros. ‘Babel’, término que  proviene de la palabra hebrea ‘balal’ (‘confundir’), que literalmente expresa: ‘Torre de Confusión’. Alzamiento solicitado por Nabucodonosor I; terminada después de un largo período de inactividad, bajo las órdenes de Nabucodonosor II.

Según los arqueólogos, no es un mito o leyenda tomada de la Biblia, sino que esta existió realmente, creyéndose que correspondió a la torre Etemenanki, con una longitud y altura de 90 metros, conformada por siete terrazas, la superior albergaba el templo del dios Marduk, donde se celebraba la boda del Rey.

Leyenda que semejo con la confusión inducida por los tarabillas citados, cuyo maligno propósito, es dispersar recelos, supuestos riesgos, temores frente a la vacuna, al afirmar que “los transgénicos administrados cambiarán la naturaleza humana de los inmunizados (vacunados)”.

Otros agregan que debido al “apuro y presiones políticas por alcanzar la vacuna, esta no es confiable”, presumiendo que puedan originar efectos secundarios indeseables, o un impensado, pasmoso genocidio.

Referente al tema de los transgénicos, acreditadas fuentes sostienen que contradice el gran dogma de la bioquímica, que revela que “el ARNm -de vida efímera- va del ADN hacia el ribosoma donde se sintetizan las proteínas, pero nunca en dirección contraria”.

El ARN de la vacuna, ordena los ribosomas de la cápsula del virus para que sean reconocidos como invasores y, al ser infectados, el sistema inmune ultima el virus”.

Sobre el tema de los transgénicos, la población los viene consumiendo hace décadas, al hacer parte de la dieta -maíz, soja, calabaza, calabacín, alfalfa, canola, remolacha, productos que proceden de organismos genéticamente modificados, o como la leche, el pollo, pescado, ternera,  alimentados con ellos. Y el hecho que en diez meses se obtuviera la vacuna, responde al conocimiento científico acumulado en la lucha contra el primer virus COVID (SARS, 2003), con una similitud del 94 % con relación al COVID-19.

Súmese las ingentes cuantías invertidas, el personal cualificado consagrado al proyecto científico común. Por último, la fase clínica 3 que, llevaba años, por la dificultad en reclutar voluntarios. Idéntico, la aprobación -exprés esta vez- por la reglamentación y burocracia intervinientes. En cuanto a la fabricación, se efectuó en paralelo con las fases clínicas.  Escollos todos superados favorablemente.

Conexo a los susodichos ‘efectos secundarios’, el informe sobre la vacuna de Pfizer los califica de irrelevantes:  Dolor muscular reducido; el agotamiento, dolor de cabeza, limitados al 60 % -aproximados-; reacción cutánea en el punto de inyección; fiebre; diarrea, presentadas en menos del 15 % de los inyectados.

Digamos -para alivio-, que no hay mal que por bien no venga. Demostrada su eficacia, el salto hacia adelante es impresionante, dado que, en un futuro, ante cualquier eventualidad pandémica emergente, la vacuna tardará menos en desarrollarse; el precio se reducirá al mejorar “los aspectos tecnológicos asociados a la nanotecnología de las vesículas grasas, imprescindibles para conservar el ARNm”.

Hace 20 años, Stephen Hawking, predijo que la mutación de los virus podría acabar con la especie humana. Aparecidas nuevas cepas -tan letales como las que empiezan a mostrar sus amenazantes orejas- se dirá que fue providencial la aparición del COVID-19, en razón al avance tecnológico -en protección y cura-, al que condujo.

Los tropiezos de la vida -casi siempre- se interpretan con la perspectiva del tiempo.

Vacunarse pide Duque (foto) a los ‘quisidos polombianos’.

Bogotá, D. C., 17 de febrero de 2021

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mario arias gómez
mario arias gómez

Abogado, periodista y escritor


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