Crónica de una muerte anunciada del mayor genocida del Perú: Abimael Guzmán

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Primera-. Al promediar las 6:40 de la mañana del sábado 11, el sanguinario cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reinoso, falleció a los 86 años en la Base Naval del Callao, la causa de su muerte fue por una infección generalizada. El pasado 13 de julio había sufrido un deterioro en su salud y trasladado a la policlínica por presentar un cuadro de “inapetencia recurrente” y “presión baja”. El pasado 19 de julio tuvo una nueva revisión médica especializada en geriatría.

Al día siguiente (20) fue trasladado desde su centro de reclusión en la Base Naval a un hospital cercano, debido a nuevos inconvenientes en su estado salud. El cabecilla rechazó ser trasladado nuevamente a un centro médico, pese a que los resultados de sus exámenes de laboratorio previamente realizados concluyeron que necesitaba atención médica especializada.

Sin embargo, tras conversar con su abogado defensor, el interno fue trasladado de forma voluntaria en una ambulancia a un hospital cercano donde recibió atención médica. El 15 de agosto pasado fue dado de alta y regresó a la Base Naval del Callao, donde permaneció en un área especial debidamente monitoreado.

Segunda-. El viernes estaba débil, los médicos le aplicaron antibióticos. El sábado estaba previsto una segunda atención médica para monitorear la evolución de la infección.

Sin embargo, falleció a tempranas horas. En las semanas previas a su muerte bajó mucho de peso, todos sus órganos empezaron a debilitarse, tuvo una infección y no quiso atenderse.

El llamado “Camarada Gonzalo” se encontraba recluido cumpliendo una condena a cadena perpetua al ser responsable de la muerte de más de 30 mil peruanos, entre civiles, policías y militares. El fallecimiento se dio en la víspera de cumplirse 29 años de su histórica captura, ocurrida el 12 de septiembre de 1992, en una casa del distrito de Surquillo, gracias al trabajo de un equipo liderado por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), de la Dirección contra el Terrorismo de la Policía Nacional del Perú. en el 2008 fue sentenciado, junto a otros miembros de la cúpula terrorista, a cadena perpetua en el marco de un mega proceso que abarcó nada menos que 77 actos subversivos. A los pocos días de su captura, el cabecilla de Sendero Luminoso fue presentado ante los medios de comunicación peruanos y extranjeros vistiendo un traje a rayas con el número 1509 y al interior de una jaula de gran tamaño, lo que aprovechó para gritar arengas a favor del grupo subversivo y en contra del gobierno de ese entonces, al mando del expresidente Alberto Fujimori.

 

Tercera-. Desde anunciada su muerte, la opinión no ceja en exigir a través de las redes sociales, que las autoridades muestren el cadáver, luego de que se confirmara su muerte a través de un comunicado del Instituto Nacional Penitenciario de Perú (INPE).“Hasta no ver el cadáver de Abimael Guzmán, no estoy convencida”, “Necesitamos ver el cadáver de Abimael Guzmán para estar 100 % seguros”, “Exijo foto del cadáver de Abimael Guzmán para poder celebrar tranquilo”, fueron algunos de los mensajes que circularon, exigiendo ser exhibido el ‘Tiro Fijo’ peruano.

En la última semana de julio, Elena Iparraguirre Revoredo (72) (a) “Camarada Mirian”, esposa, habría enviado una carta al entonces presidente de la República Francisco Sagasti, en la que solicitó autorización de visitar a su pareja, “quien se encuentra en mal estado de salud”.

Cuarta-. La muerte del sanguinario terrorista ocurrió a unas semanas que el gobierno de Pedro Castillo publicara un decreto supremo para trasladarlo a un penal común y disponer del cierre de la Base Naval, que era uno de los pedidos del Movadef, brazo político de Sendero Luminoso.

Fueron 31,331 muertos, según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) los que provocaron los atentados terroristas de Sendero Luminoso. El número exacto, sin embargo, quizás jamás sea conocido -como en Colombia respecto a los ‘Falsos Positivos’, debido a que en el transcurso de los años siguieron apareciendo fosas con restos humanos, testimonios y más pruebas de sus actos criminales.

Quinta-. Personajes del mundo político se refirieron a qué hacer con el cadáver: El exministro del Interior Fernando Rospligiosi: “En mi opinión, lo que debería hacerse es cremarlo y echar sus cenizas al mar. De ninguna manera debe darse lugar a un funeral como cualquier persona normal ni que se vaya a convertir su tumba en una suerte de lugar de peregrinación de terroristas”.

El ex general Jorge Montoya, congresista de Renovación Popular: “Lo que corresponde es enterrarlo de la manera más rápida y discreta posible, para que no se presente ninguna manifestación de apoyo ni de cólera. Se debe dar trámite lo más rápido que se pueda”.

Nano Guerra -congresista de Fuerza Popular-: “A 29 años de su captura, muere el asesino, la cabeza del nefasto pensamiento que trajo dolor y muerte a nuestro país”. Betssy Chávez -congresista de Perú Libre-, afín a  su ideología: “El terrorista Abimael Guzmán murió derrotado. Cumpliendo la pena de la justicia peruana. Es tarea nuestra inculcar a que las nuevas generaciones trabajen por el Perú solo en democracia y nunca en extremismos”.

Ñapa

Carlos Morán, exministro del Interior: “Con su muerte no se borran los asesinatos que produjo Sendero Luminoso en la historia del Perú. Esperamos que con su muerte acabe esta macabra ideología. Solo así podremos decir que hemos derrotado a Sendero Luminoso. Ha muerto un criminal. Ha muerto un asesino, un dirigente de una organización terrorista”.

 

Sobremesa

Bogotá, D. C., 13 de septiembre de 2021