Acabar con los Ricos, o Acabar con los Pobres?

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Por : Álvaro Ramírez González

Cuando Saraiva de Carbalho le dijo a Olof Palme, “ en Portugal queremos acabar con los ricos”, este le respondio, “ que curioso, en Suecia solo aspiramos a terminar con los pobres!”

Es triste constatar la mediocridad que habita en nuestra resentida izquierda.

Esta primera reflexión muestra con nitidez la confusa ideología de la izquierda que últimamente le ha dado por buscar el poder vendiendo un odio de clases.

Se trata de quitarle todo a los ricos para entregárselo a los pobres.
Menuda estupidez.

Se acuerdan de los alaridos del gorila expresidente venezolano Hugo Chávez, gritando “exprópiese?”

Esa es la huella digital de ese burdo socialismo bolivariano que tomó el camino de expropiar, cerrar y quebrar al sector productivo del país, para manejar al pueblo con las cuotas alimenticias o CLAPS, que financiaría el petróleo venezolano.

Eran tiempos del crudo a US $ 100 por barril.
El dinero brotaba a chorros.

Hugo Chávez le dijo al entonces presidente colombiano Álvaro Uribe, “no me importa que se vayan las empresas, con el petróleo, yo sostengo este país!”

Uribe le dijo, “ hombre Chávez, no hagas eso, el dinero del petróleo no te alcanza!”
Lapidario.

Los Chinos al contrario montaron todo su plan de desarrollo con capital inglés y después norteamericano.
Pero hoy son muy orgullosos de tener casi 90 millones de chinos ricos a quienes llaman los “ motorcitos” y que tienen un capital de US 10 millones o más.

Estos motorcitos son los grandes generadores de empleo y de riqueza y el soporte económico del coloso Chino.
Allí gobierna el comunismo, pero el sistema rige en los Palacios de gobierno.

Pero el aparato económico de la China es más capitalista y de más libre mercado que cualquiera otro en la tierra.
Por eso compite, por eso copa mercados, por eso vende barata toda su producción.

Esa la razón del crecimiento exponencial de la China que estuvo por el 15% anual por más de 12 ańos.
Se convirtió en la economía más rica de la tierra, no solo por su capacidad de producir y exportar, sino por su capacidad de consumir.

Son los ricos y los empresarios los que generan la riqueza.Su capital, su acceso a la tecnología y su facilidad de llegar a todos los mercados de la tierra les facilita el trabajo.

Y son esos mismos empresarios ricos los que deben pagar altos impuestos como una justa contribución para ayudar a los pobres y para crear una clase media fuerte.

Esa ha sido la clave del desarrollo de los mejores países de la tierra.

Estados Unidos, Israel, Inglaterra, Francia, Alemania, Suiza, Noruega, Suecia, Islandia Holanda, Dinamarca, Italia, Suecia, Australia, Nueva Zelanda, Espańa, Canada, Singapur, Japón, Korea del Sur y aquellos países llamados desarrollados, han logrado esos niveles de desarrollo, de crecimiento y sobre todo de equidad, cobrándole impuestos altos a los ricos para terminar con los pobres, y formar una clase media grande y fuerte.
La fórmula de Olof Palm en Suecia.

Es pues claramente equivocada la idea de acabar o espantar a los ricos para entregarle todo a los pobres.

Chávez le expropió una cementera a una familia Italiana que generaba 700 empleos dignos y estables.
Se la entregó a un amigo suyo beisbolista y le dijo: “compadre, ahora si a generar empleo!”
El beisbolista puso allí a trabajar 3000 personas para congraciarse con Chávez.
A los 8 meses la empresa quebró y cerró definitivamente.
Era un patrimonio de tres generaciones.

Ese es un claro ejemplo del camino equivocado.

Los de la izquierda apoyados por las FARC, venden la lucha de clases como arma política.
Hablar mal de los ricos y de quitarles su riqueza para repartirla en los pobres, llena plazas y consigue aplausos en un país con tanta pobreza como Colombia.

Es una herramienta muy eficaz y útil para ganar.

Pero perversa, criminal y destructiva para gobernar.

Venezuela el vivo y doloroso ejemplo.

alragonz@yahoo.es

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