El Perjuicio que le causan los Celulares a los Niños

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Eduardo Padilla Hernández

La ventaja de los celulares, y otros dispositivos, es que son instrumentos maravillosos al servicio de la sociedad; pues permiten, gracias al Internet, una rápida comunicación entre las personas de todo el mundo.

Pero la desventaja es que estos dispositivos, para poder funcionar, llevan incorporada una radiación potente capaz de causar daños severos, cuando su uso es excesivo, sobre todo en la población infantil.

La neuropediatra Montse Pons, del Hospital de Manacor (Mallorca), asegura que una exposición excesiva a estos dispositivos puede provocar que el niño tenga un lenguaje mucho más pobre de lo que le corresponde y que tarde más tiempo en desarrollarse en el sentido del idioma.

Pons enfatiza que el cerebro funciona como un director de orquesta que nos permite organizar las tareas que hacemos y nos ayuda a insistir en aquello que no nos sale tan bien. A este trabajo cerebral la ciencia le llama funciones ejecutivas y ayudan al niño a aprender y a madurar. Pero si se abusa de las pantallas, estas funciones se ven mermadas y afectan al desarrollo cognitivo del niño y también a su rendimiento escolar en un futuro.

La doctora Pons es categórica en cuanto que el niño no aprenderá a organizar sus tareas ni a centrar su atención mientras que sea un adicto al dispositivo. Y añade que el niño mientras está cautivado por esos aparatos no desarrolla su etapa infantil, no juega ni cultiva la interacción social con sus padres, hermanos y abuelos.

Por su parte, la Asociación Japonesa de Pediatría, actualmente adelanta una campaña para restringir, en los niños, el uso prolongado de los móviles y tabletas, sugiriendo un control riguroso por parte de los padres, debido a la radiación que estos aparatos emiten constantemente, mientras están prendidos.

En el mismo sentido, la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría, sugieren que a los niños menores de 12 años se les debe limitar el acceso a los móviles y tabletas, para que los menores no sigan usando estos aparatos sin control. Esas instituciones sostienen que los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto alguno con la tecnología; los de 3 a 5 años, debe ser restringido a una hora/día; de 6 a 18 años la restricción debería ser a 2 horas/día.

Los estudios demuestran que una exposición excesiva a las tecnologías causa un impacto negativo en el desarrollo cerebral de los bebés de 0 a 2 años de edad, pues la radiación emitida por los diversos dispositivos acelera el crecimiento de su cerebro por lo cual ellos pueden más tarde padecer de déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad (hiperactividad) y falta de autocontrol (berrinches).

El excesivo uso de las tecnologías limita el movimiento, el rendimiento académico, la alfabetización, la atención y demás capacidades, lo cual está asociado a un inminente retraso en el desarrollo del niño.

El sedentarismo que implica el uso de las tecnologías es un problema que está aumentando entre los niños. Una de las consecuencias es la obesidad que lleva a problemas de salud como la diabetes, enfermedades vasculares e insuficiencia cardíaca.

La mayoría de los padres no supervisan a sus hijos, en el uso de la tecnología, con lo que se observa que los niños tienen más dificultades para conciliar el sueño. La falta de sueño afecta negativamente su rendimiento académico.

El uso excesivo de las tecnologías está aumentando las tasas de depresión y ansiedad infantil, trastornos bipolar y de vinculación, déficit de atención, psicosis y otros problemas de conducta infantil.

La exposición de los niños a contenidos violentos puede alterar su conducta. Los niños imitan todo. Los expertos recomiendan vigilar el uso y la navegación de los niños en los diversos dispositivos.

El uso excesivo de las tecnologías, por la gran velocidad de sus contenidos, contribuye al déficit de atención, disminuye la concentración y la memoria de los niños.

Los estudios demuestran que uno de cada 11 niños de 8 a 18 años es adicto a las tecnologías. Cada vez que los niños utilizan cualquier dispositivo se separan de su entorno, de amigos y familiares.

Por otro lado, La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica los teléfonos celulares como un riesgo debido a la emisión de radiación. Los niños son más sensibles a estos agentes y existe el riesgo de contraer enfermedades como el cáncer.

La constante y excesiva exposición de los niños a la tecnología los hacen vulnerables, explotables, expuestos al acoso, a los abusos, a las violaciones y, en algunos casos, a la muerte del menor.

No estoy exagerando, pues de los muchos, casos de los juegos en línea, voy a citar uno que fue publicado por City tv, el 2 de octubre de 2019: “La madre de un menor de 12 años afirmó que su hijo fue contactado por un pedófilo tras haber descargado un juego en línea en su celular; regalo que el niño se habría ganado por su buen rendimiento académico”.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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