Por Ariel Peña
@arielpenaG
Mientras que el excandidato Gustavo Petro, permanecerá aferrado al pasado con sus dogmas marxistas, junto a los partidos que lo acompañaron en la anterior campaña electoral, todos ellos pertenecientes al comunismo totalitario en su gran mayoría, a través del foro de Sao Pablo, el nuevo gobierno de Iván Duque que se instalara el 7 de agosto se apresta a desarrollar una política innovadora en las relaciones socioeconómicas con la Inteligencia Artificial y la Economía Naranja, dos aspectos fundamentales que mueven al mundo.
La Inteligencia Artificial o computacional, que es expresada por las maquinas, conocida como ciencia de la computación o maquinas inteligentes que imitan las funciones “cognitivas” de mentes humanas, aprendiendo a resolver problemas o realizando actividades propias de los seres humanos, debe comenzar a desarrollarse en un país como Colombia, contando para ello con la confianza inversionista, fundamentalmente, que debe de ser un eje del próximo gobierno.
Y a la par con la inteligencia Artificial encontramos a la Economía Naranja o Industria Cultural, que en Latinoamérica genera anualmente cerca de 200 mil millones de dólares y más de 10 millones de empleos y, en Colombia en sus diferentes expresiones artísticas como la música,, audiovisuales, artes escénicas, literarias y plásticas más de 7 billones de pesos, siendo Bogotá la ciudad que suscita mas recurso en este concepto por encima de 2.5 billones; lo que patenta que tanto la Inteligencia Artificial y la Economía Naranja hacen parte de de la Sociedad del conocimiento a la cual el país se debe adecuar, superando los anacronismos, alucinamientos y resabios del marxismo leninismo que quiere ver a la ciudadanía como un rebaño o manada, olvidando que por ejemplo la cultura es inteligencia, progreso y libertad.
Indudablemente la Inteligencia Artificial, la Economía Naranja y la Sociedad del Conocimiento están estrechamente ligadas en busca del progreso social y humano de las personas. Recordando que Peter Drucker (1909-2005) acuñó el término Sociedad del Conocimiento para referirse a la innovación de la información y las comunicaciones, que modifican la actitud de la sociedad de manera notoria. Situación vivida en las últimas décadas por parte de la humanidad con el Internet y las redes sociales, especialmente, pero sin embargo toda esa información en la mayoría de los casos lleva a lo que Jean Francois Revel denominó el conocimiento Inútil.
Para que el conocimiento sea decantado deben haber cuatro puntos específicos: información verídica, análisis, práctica y objetivos; porque de lo contrario sería similar a lo que se llama coloquialmente “saber por saber”. Entonces frente al torrente de información lo mejor que pueden hacer las personas y las organizaciones es procesarla y discernirla, para que no vaya a caer en una especie de caneca en donde no representa ninguna utilidad.
Las dictaduras marxistas leninistas de Cuba, Norcorea, Venezuela, Vietnam y China, controlan el Internet en esas naciones, con lo cual buscan que la población este adocenada y enajenada por parte de las camarillas de dichos regímenes al “informe oficial”. Pero contrario a esa postura desde el punto humano y democrático no importa que la información fluya, lo interesante es que la aplicación práctica lleve a mejorar el avance de los pueblos.
El neoliberalismo al cual le achacan algunos, la aparición de la Sociedad del Conocimiento, no tiene mucho que ver con esta revolución técnica, ya que la creación del neoliberalismo fue el producto de un contubernio, entre el partido comunista chino con las grandes transnacionales respaldadas por el capital financiero internacional hace 42 años, para superexplotar a los trabajadores de ese país asiático, y repartiesen la plusvalía. Montando en la mayoría de naciones un esquema laboral basado en la flexibilización y tercerización; complementándose el neoliberalismo con la receta del Consenso de Washington(1989) que es una alianza entre el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de USA, para garantizar el pago de los créditos que se le otorgan a los países, con medidas como: disciplina fiscal, reducción del gasto público, reforma tributaria, liberación del comercio(TLC), privatización de empresas estatales y seguridad jurídica, entre otros.
La llamada izquierda latinoamericana, particularmente la matriculada en el socialismo del siglo XXl, le debería dar vergüenza desgañitarse denunciando al neoliberalismo, porque el surgimiento del mismo es producto del marxismo a través de la nomenclatura comunista china, por ello dentro de la Sociedad del Conocimiento, el comunismo totalitario como padre de la mentira, no tiene cabida, pues su anacronismo conceptual e ideológico ha sido superado por la historia, que hoy por hoy demuestra que dogmas como el de la lucha de clases y el materialismo histórico son absolutamente trogloditas.
La practica en la Sociedad del Conocimiento se debe de dar de manera ética, evitando la manipulación de la información, para que juegue un papel esencial en las actividades sociales, culturales, políticas y económicas; por ello la conexidad es de capital importancia, para no caer en la discriminación en las aéreas del conocimiento humano, pues las oportunidades deben involucrar a todas las personas, creando redes de apoyo en busca de las transformaciones necesarias para una mejor calidad de vida. Reconociendo que con la aparición del Internet con las diferentes redes sociales se da una revolución científica técnica, siendo análoga al invento de la imprenta, y desde el punto de vista político y social a la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano.
Con la revolución científico y técnica de las comunicaciones, también se han roto paradigmas en Colombia, con la irrupción del Internet, ya que los llamados grandes medios de comunicación como el Tiempo, RCN, Caracol, el Espectador, y la revista Semana, según la medición internacional de Alexa han perdido primacía frente a portales de reciente creación. Lo anterior se menciona para destacar el significado de la Sociedad del Conocimiento, cuya práctica nos debe de servir para condenar las perversidades de ideologías totalitarias como el marxismo, que se ha expresado de manera violenta en Colombia desde hace 54 años con los grupos terroristas de las Farc y el Eln, quienes propiciaron el conflicto político-militar para la toma del poder, porque el comunismo totalitario encarna la esclavitud y envilecimiento.