ESTE PAÍS, DESDE CUANDO NACIÓ A LA VIDA REPUBLICANA SE INVENTÓ LA FORMA DE ARMAR GUERRAS INTERNAS.
Este país, desde cuando nació a la vida republicana se inventó la forma de armar guerras en su interior. Hicimos entonces estúpidas contiendas porque unos querían el federalismo y otros el centralismo santafereño.
Montamos casi docena y media más por cualquier pretexto. Porque los unos eran partidarios de Bolívar y los otros de Santander. Porque el presidente era de Popayán o de Santa Fé. Porque un bando era de liberales y otro de conservadores.
Hay pueblos en la geografía nacional donde se han armado pequeñas guerras, con sangre, muertos, viudas y huérfanos entre bandos del mismo partido o dueños de la tierra y trabajadores del agro.
Las últimas que hemos vivido no las hemos terminado. Guerrilla contra el gobierno constitucional. Paracos contra guerrillos. Y ahí siempre tirados a la orilla de los caminos o en las fosas de los cementerios miles de colombianos masacrados.
Por estos días temo que estamos construyendo como irnos a otra guerra. El afán de los santistas de llevar al banquillo de los acusados al expresidente Uribe es más que protuberante. La reacción furibista es igual de agresiva y el clima que crean de aparecer como perseguidos enardece.
Yo, que he sido testigo y escritor de más de una guerra de esas y he tratado de ver todo desde la mitad, recibo piedras y mordazas de lado y lado y condenas soterradas desde la mesa de Juan Meza. No importa. Seguiré predicando que alentar a la guerra no le sirve a Colombia. Que la paz hay que hacerla tanto en La Habana como en los espíritus de los enfurecidos.
Por GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Tomado del diario ADN