Nuevamente la Fuerza Pública está de luto por el fallecimiento de cuatro tripulantes del helicóptero Black Hawk EJC 2148 accidentado con diferencia de un año en la misma zona y en similares circunstancias que el Black Hawk EJC 2160, en el que perecieron también sus cuatro ocupantes.
En aquella oportunidad la prensa gobiernista estuvo presta a señalar como posible causa del accidente condiciones climáticas adversas y en esta, fallas mecánicas del helicóptero.
Ahora, el un helicóptero UH-60 matrícula EJC 2160, que se encontraba realizando operaciones militares, se cayó en el municipio de Mesetas, en el Meta, al parecer debido al mal tiempo y la nave se enredó en unos árboles. Murieron: El Mayor Luis Carrero Llanos, el Capitán Jhony Patiño Ballesteros, el Cabo Primero Mauricio Gómez Vélez y el Sargento Segundo Leonardo Polo Monje.
Aunque estas causas no son descartables, la confiabilidad y alta tecnología de los aparatos siniestrados, lo mismo que la versión de testigos de una explosión en el aire; nos hacen pensar más bien en la probabilidad de que ambos accidentes se debieron a la intervención de manos criminales, especialmente cuando ocurrieron en una zona de reconocida presencia guerrillera con sofisticado armamento.
Al igual que con el Tucano y con el helicóptero de Anorí, el Gobierno hará esfuerzos para ocultar la verdad de lo sucedido pues bien sabe que a estas alturas de los diálogos, la gente no aguantaría otra impune bellaquería de los bandidos.
Como en las investigaciones oficiales nadie cree y un Black Hawk no se viene a tierra tan fácilmente, esperamos que los sobrevivientes no se dejen comprar y/o amordazar para que nos cuenten la verdad de la tragedia: el país tiene derecho a saberla.
Por Capitán Juan Alfonso Fierro
Presidente Asociación de Veteranos Fuerza Pública ANALVET