
El ataque del Estado Islámico en Túnez

Como Yassine Abidi y Hatem Khachnaoui, «probablemente» de origen tunecino, fueron identificados dos de los yihadistas que asaltaron durante horas el museo del Bardo, en Túnez, en una jornada de terror que al final dejó 23 personas muertas, de los cuales 18 eran turistas, entre ellos dos colombianos. Así lo confirmó el propio primer ministro tunecino, Habib Essid.
Esos dos hombres pertenecen al tenebroso grupo terrorista Estado Islámico (EI), que mediante un mensaje de audio, se adjudicó el ataque, que también dejó 47 heridos.
La masacre comenzó cuando un joven, de unos veinte años y aspecto occidental, disparó contra un autobús en el que se transportaban cerca de 40 turistas hispanohablantes (entre ellos españoles, mejicanos y colombianos), que viajaban en un crucero por el Mediterráneo el cual había hecho una parada en Túnez. El tour estaba a cargo de las reputadas compañías italianas MSC Splendida y Costa Cruceros y en este, además, iban ciudadanos italianos, japoneses, franceses, australianos, británica, belgas y polacos.

En ese primer ataque murieron siete personas. Minutos después, al menos otros tres hombres atraparon a un numeroso grupo de turistas y los tomaron como rehenes en el interior del museo el Bardo, el más importante de Túnez, y se atrincheraron en una zona ajardinada entre el citado establecimiento y en el edificio del Parlamento tunecino.
Esta es la ubicación del citado museo, según el diario El Comercio de España.

En la operación de rescate de los rehenes por parte de las autoridades locales, murieron otras 16 personas, entre ellas los dos asaltantes yihadistas que ya fueron identificados, un policía, un chófer de autobús y una de las trabajadoras de la limpieza del museo.

Los colombianos que perdieron la vida son Javier Arturo Camelo Martínez, de 29 años, y su madre, Miriam Martínez, quienes hacían parte del grupo de turistas que disfrutaba del crucero por el Mediterráneo a bordo del MSC Splendida, que provenía de Genova y Palermo en Italia, e hizo escala en Túnez, que es un país de África. Junto con ellos estaba el militar retirado general José Arturo Camelo, padre y esposo de las víctimas, y que salió ileso de milagro en el ataque terrorista.

Estos compatriotas murieron a causas del tiroteo que se formó cuando el grupo de yihadistas intentó entrar inicialmente al Parlamento tunecino. Como no lo lograron, dispararon contra los buses de turistas, que en ese momento descendían, entre ellos los colombianos, para ingresar al museo y luego fueron tomados como rehenes.

El gobierno tunecino también aseguró que hay nueve sospechosos capturadas por el trágico suceso. Fuentes oficiales afirmaron que «cuatro elementos fueron detenidos en relación directa» con el atentado, y «otros cinco sospechosos de estar en relación con esta célula» que llevó a cabo el ataque.
Las autoridades forences locales identificaron los cuerpos de las víctimas para repatriarlos a sus países de origen. En el caso de los colombianos, el idioma se presentó como una gran dificultad para esa tarea.
Según los expertos este acto fue un duro golpe para el turismo del país árabe, aunque está ubicado en el continente áfricano, que obtiene gran parte de sus ingresos de este rubro que impulsa su economía.
La ola de terror que empiezan a mover los yihadistas, la cual se está volviendo incontrolable, hace que muchos países recomienden a sus ciudadanos no viajar a naciones de lengua árabe y religión musulmana.




