Homenaje al narrador que inmortalizó mil anécdotas y el grito «Goool de Colombia, Mi Patria Querida»
Édgar Perea Arias fue el narrador que puso a vibrar a toda Colombia y especialmente a la Costa Caribe con su inacabable grito de gooool. El Campeón, murió este 11 de abril de 2016 en la Clínica Santa Fe de Bogotá, aquejado por problemas renales y respiratorios. Se fue a los 81 años luego de haber creado una entretenida polémica durante años en el fútbol colombiano por su fanatismo por su equipo del alma Junior de Barranquilla, al que bautizó «Que Maravilla» y «Junior Tu Papá».
Pero también fue Perea quien impuso el grito que hoy siguen muchos narradores en el país y gran parte de los compatriotas, cuando jugaba nuestra selección nacional de fútbol y este decía a todo pulmón: «Goool de Colombia, Mi Patria Querida». Aquí está el ejemplo en el partido del 5 a 0 de Colombia a Argentina:
Fue Perea quien lloró a rabiar con el primer campeonato del Junior en 1977 con los legendarios José Varacka (el técnico), Delménico, Berdugo, Miranda, Reyes, Comesaña, Bolaño, Toto Rubio, Solari, Lorea, Verón, Alfredo Arango y Camilo Aguilar. Todos fueron héroes, pero el rey del antiguo estadio Romelio Martínez fue El Campeón con su voz.
Perea llegó a Barranquilla desde su natal Chocó y fue un triunfador que le llevó alegría a los hinchas del balompié. Se le recuerda por ser polifacético y estudioso en sus cubrimientos deportivos pues narró varias disciplinas como béisbol, baloncesto, ciclismo, boxeo, entre otros. Era una «Biblia» en el conocimiento de los deportes. Cubrió varios campeonatos mundiales de fútbol, las grandes ligas del béisbol (en los que se destacan partidos de Édgar Rentería), los juegos olímpicos, el Tour de Francia y los campeonatos mundiales de boxeo (peleas de Mohamed Ali, Pambelé, Rocky Valdez, Happy Lora y Myke Tyson)
No se dejó estigmatizar por su color de piel, se burló del racismo y le sacó provecho a su condición. El negro Perea fue un ejemplo de emprendimiento y le abrió las puertas a los locutores deportivos de color en la otrora poderosa radio colombiana.
Fue fogoso y controvertido y su consigna era decir «al pan, pan; y al vino, vino”. Sus bocanadas fuertes que le costaron cuatro suspensiones (1979, 1984, 1985 y 1987) del Ministerio de Comunicaciones, pero siempre volvía y la gente lo escuchaba. Este histórico de la radio fue pionero de los locutores fanáticos, destapados, en el país. Tanto en Caracol como en su eterna Radio Mar-Caribe.
Su narración hacía parar los vellos de la emoción. Versatil, improvisador, carismático, extravagante, radical y serio en sus posiciones, lloraba de la emoción como todos los colombianos con los goles de la Selección nacional y para la muestra el tanto de Freddy Rincón, en el empate 1 a 1 frente a Alemania, en el Mundial de Italia 90.
Fue célebre en la narración de los mundiales de fútbol y muchos colegas de otros países se acercaban a su cabina a escuchar y ver al escandaloso colombiano, pues generalmente nadie gritaba los goles con tanto sabor y entusiasmo.
Fue Perea, con sus picantes comentarios, quien logró parte del éxito del programa deportivo La Polémica, que dirigía su eterno compañero Hernán Peláez Restrepo y que reinó durante años en Caracol Radio, antes de que llegara con el apagón del gobierno de Gaviria, La Luciérnaga. Todos los hinchas querían escuchar La Polémica para oír los encendidos «agarrones» entre El Campeón y Óscar Rentería o el salsomano caleño Jaime Ortiz Alvear, su gran amigo fuera de los micrófonos, quien fustigaba al aire a Perea con la calidad de su restaurante Los Charrúas, ubicado en Barranquilla.
Famoso por su programa en las tardes barranquilleras «Comentando Los Deportes», que se caracterizaba por música de la película estadounidense ‘El bueno, El malo y El feo’, con Clint Eastwood y Lee Van Cleef, el cual duró 46 años al aire, siempre en los primeros lugares de rating.
Fue la sensación cuando aterrizó saltando desde un helicóptero, vestido de blanco, al recién inaugurado Estadio Metropolitano de Barranquilla, cuidad de la cual Perea era una verdadera insignia. Generaciones crecieron con su grito de goool en los domingos de playa.
Diomedes Díaz y Colacho Mendoza lo inmortalizaron, junto con el Junior, los Carnavales y Esthercita Forero, la reina de la guacherna, en su pegajosa canción Regalo a Barranquilla debido a su fama de locutor importante. Éxito con el la cual los artistas vallenatos ganaron un congo de oro en el Festival de Orquestas del Caranaval, en donde los disfraces del grone abundaban.
Oígala aquí:
Luego pasó de la radio a la pantalla chica, pues se volvió presentador de deportes en televisión durante años, de la mano de Daniel Coronell, en Noticias Uno. Se destacó por sus grandes joyas y vistosos atuendos. Por eso fue elegido, para ardor de los puristas de la moda, por el también polémico gurú internacional Richard Blackwell, como uno de los hombres mejores vestidos de Colombia. Recibió muchos premios y galardones, pero el mejor fue el cariño de su gente. Se dio el lujo de ser una de las figuras del fútbol sin jugar el deporte más popular de nuestro país.
Fue Senador de la República, pero su pasión por la narración le hicieron una mala jugada y perdió la investidura injustamente por comentar un partido de fútbol, el cual nunca cobró. Se caracterizó por ser un gran amigo y un alegre compañero.
El emblemático y único Perea
Sus irrepetibles narraciones, llenas de emotividad, lo hicieron el mejor de Colombia durante décadas. Aquí hay una muestra.
Nacional Campeón de la Libertadores:
Édgar Rentería campeón de la serie mundial de béisbol:
Colombia campeón de la Copa América de 2001:
Junior campeón de 1993
Colombia clasificó al Mundial de 1990:
Su estilo le trajo odios y amores, pero al final era un hombre alegre que le llevó diversión al pueblo colombiano. Ícono, leyenda de la narración deportiva nacional. Perea es parte de la historia del Junior y una de sus más grandes estrellas… «Sigan siendo felices, Édgar les dice».
Homenaje por Sixto Alfredo Pinto