Una jugada de sus opositores políticos, pero en su mayoría, la presión de miles de ciudadanos en Twitter por su supuesta violencia contra las mujeres y las agresiones a su ex novia, fue lo evitó que el periodista realizara el programa Café Colado en el Canal del Congreso.
Antonio Morales Riveira es un veterano, antropólogo, periodista y escritor de más de sesenta años, conocido por su irreverencia y su desparpajo en los programas televisivos en los que ha participado. Ha ganado varios premios de periodismo y es un controvertido y frentero militante de la izquierda en Colombia. Su ideología es la que lo ha impulsado en su vida profesional.
Pero en sus últimos años ha estado marcado por un problema judicial que no ha resuelto y lo lleva a donde va. Es señalado de abuso sexual, tema en el cual no se ha demostrado su culpabilidad o inocencia. Sin embargo, ese karma lo persigue.
Su acusadora es Ana María González Olaya, una abogada caleña de 26 años, que tuvo una relación sentimental con Morales, quien denuncia que este, al parecer, bajo los efectos del licor y otra sustancias, supuestamente, en forma violenta, abusó sexualmente en ella.
Morales y González Olaya se conocieron por las redes sociales y, según esta, eso sucedió porque el comunicador la buscó cuando ella vivía en Cali y la convenció de que se encontraran personalmente y luego tuvieron un noviazgo.
«En octubre de 2013 formalizamos la relación y en enero (de 2014) me radiqué en Bogotá. Él vivía pendiente de mí, me ayudó con todo cuando me fui de Cali, pero luego me di cuenta de que buscar mujeres por redes sociales es su modus operandi. Lo hizo hasta cuando estaba conmigo», le dijo la mujer a El Espectador.
Supuestamente en la madrugada del 17 de mayo de 2014, Morales, en estado de embriaguez, la llamó y le pidió que fuera a su apartamento, en donde la habría violado. Así lo denunció la joven ante Medicina Legal y en un informe de ese organismo, que reposa en el expediente del caso (No.0448) sobre violencia sexual y agresiones personales en la Fiscalía General, se dice que un médico legista la revisó y encontró una equimosis (moretón) «de 2 x 1 cm” en la parte inferior interna del glúteo derecho y otros dos «de 1 x 1 cm” en las palmas de ambas manos por la zona del dedo pulgar. Se concluyó que el mecanismo traumático de lesión era “contundente”…
González Olaya acepta que fue pareja de Morales, entre 2013 y 2014, pero lo sindica de maltrato psicológico durante casi toda la relación que sostuvieron y también afirma que el reconocido periodista quiere convertir su denuncia en un asunto político, dejando de lado el posible delito.
Esto dice públicamente la dama: «Me han llegado mensajes de que hago esto por razones políticas, que se trata de un complot de desprestigio contra él, contra el canal (Capital), contra la izquierda. Esas personas que me señalan siento que lo hacen por idolatría, no quieren separar los ideales de hechos concretos. Hasta Antonio me ha dicho que soy una loca despechada pero no me aterran esos comentarios, solía hacérmelos cuando amenazaba con ir a la Policía o a la Fiscalía».
La presunción de inocencia de Morales
«Me declaro absolutamente inocente (…) Jamás he cometido ni cometería actos de los cuales se me imputa. Sólo respondo ante la justicia en la que creo y defiendo», afirma en su cuenta de Twitter tímidamente Morales, quien siempre está acostumbrado a levantar la voz y a poner el dedo en la llaga en los temas periodísticos que toca.
El experimentado comunicador nunca se refiere al espinoso caso con profundidad y sólo enfatiza: «Reclamo derecho a la presunción de inocencia y a no ser estigmatizado sin que la justicia se haya pronunciado». Paradójicamente, a Morales le reclaman sus contradictores que nunca guarda la presunción de inocencia cuando se refiere a temas sobre personas contrarias a su ideología política.
Morales dirigió el programa El Primer Café, en el Canal Capital, cuando sus amigos personales Hollman Morris, era el gerente de ese medio, y Gustavo Petro Urrego, el Alcalde de Bogotá. Pero hasta allá llegó González Olaya con su caso por presunta violación sexual. La mujer le hizo saber a Morris su acusación penal contra Morales.
A Morris también le llegó la denuncia
González Olaya le dijo en un correo a Morris, que en ese entonces era el jefe de Morales: “La conducta no solo ha sido reiterativa, sino que comprometió en esta última ocasión mi integridad física…Varios han sido los escenarios de agresión, muchos de ellos derivados del abuso de sustancias psicoactivas…Espero que se rechace categóricamente comportamientos de este tipo y no se tolere la violencia contra la mujer».
Morris, respondió tajantemente: “Yo sólo le hago y le haré caso a la justicia. El señor Morales tiene derecho al beneficio de la duda y a la legítima defensa, y mientras no se le compruebe nada no es culpable. Sobra decir que el señor Antonio Morales merece todo mi respeto”.
El otrora gerente del Canal Capital, un denunciador nato y proclamado defensor de los Derechos Humanos, no procedió contra su compartidario en «el progresismo», ni llevó por su cuenta el caso ante las autoridades competentes como lo hubiera hecho si se tratara de cualquier otro ciudadano, pero a partir de ese momento, las cosas no fueron iguales, pues cuando la opinión pública conoció la denuncia en contra de Morales por medio de El Espectador, el presentador estrella del Primer Café comenzó a tener en sus espaldas un manto de dudas y cada vez que los televidentes lo veían hablando de la defensa de las mujeres, cambiaban el canal o se hacían muchas preguntas sobre la moral de Morales… Ese karma lo persigue.
Por caso González Olaya, salió del Congreso
Hace unos días fue nombrado o contratado en el Congreso de la República para hacer el programa Café Colado, en el Canal televisivo de ese organismo legislativo. El proyecto ya estaba aprobado, con un gran presupuesto y todo para hacer muchos capítulos, por el mismo presidente del Parlamento colombiano, Luis Fernando Velasco, quien avaló a Morales en ese negocio, pero recibió una fuerte oposición por parte de la bancada del partido uribista Centro Democrático, encabezada por la representante de Bogotá, María Fernanda Cabal. Lo cual lo llevó a cancelar el asunto.
Morales se defendió y dijo en una carta que lo sacaron del Congreso por su ideología política, ya que iba a tocar casos sensibles los cuales no le gustaban a los integrantes del Centro Democrático, que presionó su retiro. Esta es la misiva pública de Morales en las2Orillas.
Al parecer, ese asunto político sí fue una de las razones de su salida de ese canal público, no obstante la mayor resistencia en su contra tiene que ver con su caso del presunto abuso sexual contra González Olaya. El karma lo persigue.
A Velasco también le llegó la denuncia de González Olaya, quien le recordó por su Twitter @OlayaAmg que Morales supuestamente la había violado. Velasco, un político al que no le gustan los escándalos, intentó mantener a su amigo en el cargo que le había dado para que aquel se recuperara económicamente, según el negocio que ambos habían planeado. Así lo dio a entender en su cuenta de la red social… Al final cedió ante las críticas de algunos colombianos en Twitter, para no afectar su imagen de dirigente respetable.
Este es el cruce de Twitter entre González Olaya y Velasco:
Estos son pantallazos de las miles de críticas de la ciudadanía a Velasco en la cuenta de Ana González Olaya, @OlayaAmg:
Reconocidas líderes feministas que se han hecho célebres defendiendo los derechos de las mujeres o dando a conocer sus vivencias sobre la violencia de género, también le expresaron a González Olaya su respaldo en el Twitter.
Otras, por solidaridad, porque comparten la misma ideología de Morales han guardado silencio o han salido a defenderlo:
Amigos de Morales hablan de supuesta censura
Algunos seguidores de Morales, como Carlos Lozano, propietario del Periódico Voz, y el propio Gustavo Petro, lanzaron la tesis de que la salida del comunicador del Canal de Congreso era una clara censura contra este y la prensa, pero la verdad es que el tema del abuso sexual pesó mucho para mantenerlo en ese distinguido medio de comunicación, hasta que no sea resuelto por la justicia.
Aunque se diga que el tema es una censura para el periodista, La Otra Cara consultó con varios expertos en el tema y la conclusión es que el Congreso no estaba obligado a darle el cargo a Morales, no hay ninguna norma que lo establezca y menos si es una persona cuestionada por sus actos. Si así fuera, ese órgano público tendrían que darle puesto a todos los comunicadores que están desempleados en Colombia para mantener la equidad.
Los tuits de Lozano y Petro:
La lentitud de la Fiscalía
A propósito: ¿qué ha pasado con el proceso penal contra Morales en la Fiscalía? El Ente Acusador no se pronuncia sobre el tema de González Olaya, registrado con el número 0448, desde enero de 2015, cuando medios como El Tiempo publicaron que la Fiscalía le iba a imputar cargos al controvertido periodista. La revista Semana también informó sobre esa decisión judicial, pero Morales no se presentó a la audiencia de imputación de cargos en el complejo judicial de Paloquemao, en el sur de Bogotá, argumentado una incapacidad médica.
La abogada caleña reiteró al respecto: “Es una denuncia por violencia sexual, no por política… No me extrañaría que la incapacidad sea para que tenga tiempo para contactar gente, no sé si sea para obstaculizar, manipular, ocultar información”.
El caso de la presunta violación sexual de Morales a su ex novia ha sido poco movido en la prensa y se ha trasladado a Twitter, donde los seguidores del periodista socialista lo defienden a capa y espada, pero sus detractores y colombianos espontáneos que apoyan a las mujeres y rechazan la agresiones sexuales lo han combatido por miles hasta lograr ser tendencia en esa red social con el Hastags «Antonio Morales»… Ese karma lo persigue.
Por Sixto Alfredo Pinto
Lo más grave es que el senador Velasco uno de los pilares del partido liberal se preste a ayudar a este reconocido enemigo de la democracia…mamerto por excelencia en negocios dudosos…