Jorge Oñate se merece este homenaje y reconocimiento por todo lo que ha hecho y ha representado a nuestro folklor.
Al inicio de la historia de la música vallenata, se impuso primero el acordeonero o acordeonista, hablando de la década de los 20, 30 y 40. De ahí en adelante comenzaron a surgir voces, las cuales se iniciaron en la guitarra, pero fue finalizando la década de los 60, cuando surgió la voz más impactante y que comenzó a revolucionar la música de “Francisco El Hombre” personaje mítico de La Guajira, a quien se le debe la patria potestad de esta música inmarcesible. Esta voz que se ha convertido a través del tiempo en el precursor de nuestra música, es la de Jorge Oñate González.
Y gracias a todo el reconocimiento que merece el “Ruiseñor del Cesar” o “ Jilguero de América” es que la academia latina de la grabación, que otorga el grammy, le entregó en las Vegas en noviembre del año 2010, siendo su acordeonero el finalista en la emisión Rey de Reyes, Cristian Camilo Peña. El premio a la “Excelencia Musical”, distinción que le entregó el presidente de la Academia, el mexicano Gabriel Abaroa y que Jorge Oñate recibió con la mayor alegría, y le dio las gracias a Dios por este premio que enorgullece a la música vallenata, a la Paz su pueblo, a su familia, a sus seguidores y en fin a la gente del Cesar y de La Guajira. Este premio que lo recibió por segunda vez un colombiano – el primero lo había recibido el Maestro Rafael Escalona – el consejo directivo de la academia, selecciona cada año a 6 personas reconocidas por haber abierto brecha en el camino de la música vallenata.
La historia de Jorge Oñate se inicia un 3 de octubre de 1967 en el paradero el Páramo, allá en la Paz, había una parranda vallenata (estaban entre otros el negro Morón, Alcides Daza y el doctor Cherna Oñate) y un pelao de escasos 15 años (nacido el 31 de marzo de 1949) pidió permiso para cantar: Cuál no sería la sorpresa de los presentes por la voz extraordinaria de este muchacho: era Jorge Oñate González. El hijo del Teniente González y Delfina Oñate Mejía. Cursaba el segundo año en el colegio Sagrado Corazón de Jesús de Valledupar. Allí en esa parranda comenzó a trinar el Jilguero de América, heredero musical de su abuelo Juan Oñate (quien tocó acordeón y música de viento). En esa parranda Jorge demostró públicamente sus dotes para el canto vallenato.
La noticia corrió en la provincia como pólvora, era un muchacho de gran especialidad en el manejo de la voz, un cantante fuera de serie. El rumor llegó a los oídos de los amantes del folclor y de los artistas de esa época. Y comenzaron a surgir propuestas entre los conjuntos del momento. Fue así como en 1968 grabó su primera larga duración titulada “Festival Vallenato” con Emilio Oviedo, en el que grabó composiciones de Alonso Fernández Oñate como “María Eugenia” y otros temas musicales que en el momento le dieron realce al folclor.
En 1969 se cristaliza una de las uniones que más dieron alegría en el mundo de la farándula. Jorge Oñate y Miguel López, unión que se dio gracias a uno de los iconos de la caja, “El gran Pablo López”, ellos hicieron una prueba CBS (hoy SONY) en el apartamento de Pablo y fue así como grabaron su primer larga duración «Lo último en Vallenato». Allí se destacaron Poncho Zuleta en la guacharaca y Pablo López en la caja, e incluyeron famosas canciones como Bertha Caldera, La Paz, Diciembre Alegre, Mis Viejos, El Gallo Viejo, Dinastía de los López, bajo el siempre recordado título de «Jorge Oñate y los Hermanos López», Vinieron después grandes éxitos como: Diosa Divina, Jardincito, Reyes vallenatos, Las Bodas de Plata, El Cantor de Fonseca, Duelo Vallenato, Rosa Jardinera, Fuera de Concurso, Canto a mi tierra y lo mejor de los hermanos López. En estos siete años imborrables se destacaron temas que hicieron historia como Cerro Murillo, Tiempos de la Cometa, La Vieja Gabriela, el Historiador, Mi gran amigo. No voy a Patillal, Palabras al viento, Dos rosas. Es de anotar que después de Oviedo, Oñate parrandeaba con otro de los López “El Debe” ya fallecido.
En mayo de 1975, graba con Emilianito Zuleta Díaz, un LP para el recuerdo donde se destacaron temas como Mujer conforme, La Gira y la Parranda y la Mujer. En diciembre del mismo año se unió a uno grande, Colacho Mendoza «Rey de Reyes», haciendo paradigma en el primer LP de ellos: «Los dos amigos». Unión ésta que se mantuvo hasta 1978. En este lapso llevaron al acetato un sin número de canciones contenidas en las obras musicales denominadas: Únicos, Campesino parrandero, En la Cumbre y Silencio. De esta unión quedaron para la inmortalidad temas como: Los Tocaimeros, Los dos amigos. Yo soy tu negro, Campesino parrandero, Rosa Angelina, Silencio.
En el segundo semestre de 1978 se une a otro rey vallenato: Raúl «El Chiche» Martínez Con quien grabó 3 largas duración: el cambio de mi Vida, siempre unidos y noche de estrellas.
En 1981 se junta a Juancho Roís (q.e.p.d.), unión que se prolonga hasta el año de 1985 y quedaron allí temas grabados para la posteridad, entre los que se pueden mencionar: El cantante, Ruiseñor de Mí Valle, Paisaje de sol, 13 Aniversario, Canto y Tradición, y el Cariño de mi pueblo.
En su desarrollo histórico Jorge Oñate se ha destacado por grabar con los valores más insignes de nuestro folclor y es así como el inicio del año de 1986, lo hace Con el hijo de Miguel López, Alvarito, con quien mantuvo una sólida unión hasta el año de 1995. Grabaron 8 extraordinarios discos que le merecieron los mejores aplausos del público y el reconocimiento de discos de oro y platino por sus ventas millonarias. Estos trabajos han sido titulados: Ahora con Álvaro López, El Jilguero, El folclor se viste de gala, Homenaje 20 años de vida artística, El más fuerte, Mi mejor momento, Bailando así, el Vallenato de siempre y Nací para cantar.
De nuevo con Alvarito López, quien al quedar libre por la muerte del Inmortal Diomedes Díaz, el destino los vuelve a unir y en el año 2016 realizan el mejor trabajo musical “Patrimonio Cultural” el CD más escuchado en toda Colombia, por su cadencia musical en la voz de Jorge Oñate y la melodía de Alvarito López. Alvarito en los 50 años del Festival Vallenato se alza con la Corona Rey de Reyes. Premio más que merecido a un artista con clase y dinastía en la ejecución del acordeón.
A partir del año 1996 Jorge Oñate consagra su melodía al Rey de Reyes, Gonzalo Arturo «El Cocha Molina». Después grava otra larga duración para la historia con el rey vallenato Julián Rojas, que se convirtió en todo un éxito a nivel Nacional. Y luego viene la consagración total con el joven y rey vallenato Cristian Camilo Peña, con quien ha producido tres trabajos inolvidables y que han hecho del cantante más importante en el vallenato en uno de los grandes juglares de nuestro folclor. Desde esa fecha para acá el Ruiseñor del Cesar se vuelve como el vino viejo, que entre más añejo vale más su contenido. Con el trabajo discográfico con el rey Cristian Camilo Peña, quien es un fenómeno en el acordeón, batió todos los récords en sintonía, en ventas millonarias, en aplausos y su fanaticada volvió orgullosa de tener a su ídolo otra vez en la cima de la farándula vallenata. Después con Julián Rojas también hizo de las suyas y hoy con Javier Matta continua en la cima con sus éxitos de ayer y de hoy. Son más de 46 años conservando la misma voz, la del «Jilguero de América», bautizado así por el vallenatólogo Jaime Pérez Parodi, nombre que surgió de las giras por el continente americano.
La voz de Jorge Oñate es clara, nítida, llena de las mejores notas musicales. Su cadencia en la interpretación de los diferentes ritmos musicales es bien sostenida. Su voz va acorde con los fuelles del acordeón: sube y baja, baja y sube en unos tonos vocales que lo hacen líder en el canto de la música de Francisco El Hombre, de Escalona, del maestro Emiliano, eso que con mucho honor se llama vallenato. En Jorge se conjugan las notas musicales del Do mayor, de Re, del Si Bemol bien sostenido para hacer de él el cantante más completo en la música. Vernácula. Quien diga lo contrario es un necio en cuestiones de voces musicales.
Cantantes como Jorge Oñate que le han dado lo más grande de su producción musical al folclor vallenato lo hacen merecedor de todos los elogios, de todos los reconocimientos y de todos los honores. Ya la academia de la música de los grammys le hizo el reconocimiento “premio a la excelencia”. Juepaje que viva Jorge Oñate en su máxima expresión (QEPD).