Desde que el general de la Policía Jorge Luis Ramírez Aragón llegó a la Dirección del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), comenzaron a aparecer personas en esa entidad estatal con el mismo apellido del alto oficial: Ramírez.
Por eso, en los corrillos del Inpec se habla coloquialmente que el Director «se trajo a trabajar a la institución a toda su familia». El único detalle es que estas personas, quienes tiene contratos para laborar en diferentes áreas del Instituto, nunca han hablado de su parentezco con el citado General. De ser cierto, sería un claro hecho de corrupción.
Las directivas de la entidad pretenden hacer pasar desapercibido, o sin ruido el tema, pero denunciantes les hicieron llegar a La Otra Cara los contratos de los Ramírez en el Inpec, lo cual enredaría a su Director, quien fue puesto en el cargo por el expresidente colombiano Juan Manuel Santos y es un hombre de confianza, de las entrañas, del exgeneral Óscar naranjo Trujillo, del cual se dice sigue manejando el poder dentro de la Policía.
Los contratos de los Ramírez
El caso es curioso y le da pie a la Procuraduría General de la Nación para que investigue posibles irregularidades por parte del Director del Inpec, con el fin de que determine si este habría incurrido en un supuesto nepotismo, lo cual le daría una inhabilidad para seguir ocupando el cargo.
Aclaremos que el nepotismo es una de las prácticas más detestables de la politiquería tradicional colombiana, la cual se da cuando un servidor público coloca o impone a parientes suyos en cargos públicos o los favorece con contratos o prebendas. Sin embargo, también hay que reconocer que estos casos se producen con frecuencia porque es díficil de comprobar por parte de las autoridades, ya que están relacionadas con aspectos personales o familires de las personas involucradas, intimidad que es protegida por la legislación colombiana.
El supuesto primo Javier Ramírez
El general Ramírez ya fue denunciado públicamente por el Canal VIP debido a una posible inhabilidad porque supuestamente contrató a un supuesto primo suyo, llamado Javier Ramírez Carvajal, en la Oficina de Sistemas de la entidad, desde donde se habrían realizado movimientos sospechosos para favorecer el traslado de algunos reclusos.
Existen versiones en el sentido de que Javier Ramírez habría participado en unas supuestas modificaciones en las órdenes de traslados de presos en la Oficina de Sistema, donde se habrían adulterado las claves de la plataforma digital operativa del Inpec para tal fin. La Fiscalía General le tiene la lupa puesta al caso y ya está detenido un dragoneante del Instituto, quien al parecer trabajaba con el citado contratista Ramírez.
Otros funcionarios de la entidad también están en la mira del Ente Acusador, que abrió un amplio proceso penal por esta millonaria actividad ilegal conocida como «el Cartel de los Traslados de Reclusos».
El traslado de presos es una de las prácticas delictivas que más genera corrupción en el Inpec, puesto que los reclusos, o las personas relacionadas con ellos, pagan grandes sumas de dinero para ser enviados a cárceles donde tengan mejor calidad de vida, manejo de negocios o facilidad para ver a sus familiares.
Para evitar suspicacias, el Director del Inpec debería públicamente aclarar este incómodo tema de los Ramírez ante el país, que espera sus versiones al respecto. Nuestro portal también tiene las puertas abiertas para sus explicaciones.