Estas son las acciones que propone Fedegán para enfrentar la pospandemia

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Formalización de la cadena láctea, privilegiar la oferta nacional de leche, suspender temporalmente la importación de productos lácteos, incluir la leche en los paquetes de ayuda a los sectores más vulnerables; lograr la admisibilidad sanitaria con enfoque regional, más mercados para la carne de res, mantener el estatus sanitario y lograr una trazabilidad integral, son las acciones prioritarias que plantea Fedegán para enfrentar la pospandemia.

Por: Fausto Mauricio Manrique Horta, Fedegán-FNG.

La Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), le presentó al Gobierno Nacional una hoja de ruta a desarrollar durante esta época de crisis sanitaria por COVID-19 y las acciones requeridas en el sector ganadero –de cara a los nuevos retos sociales y económicos que ha provocado este virus–, para afrontar de mejor forma la pospandemia.

El documento, que es una carta enviada a los ministros de Comercio, José Restrepo, y Agricultura, Rodolfo Zea, contiene una radiografía de los sectores de carne y leche en el país, y un análisis de lo que puede suceder a futuro para tomar decisiones con mayor grado de certeza.

Cadena láctea en y después de la pandemia

La crisis sanitaria evidenció la gravedad y profundidad de algunas características de nuestra economía, como la informalidad y la inocuidad.

En palabras de José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán, “en lo que será ‘el mundo después de la pandemia’, la inocuidad de los alimentos saltará al primer lugar de las exigencias de los consumidores”.

José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán.

Esos dos conceptos -inocuidad e informalidad van de la mano-. En el campo laboral, más del 48 % del empleo en el país, es informal. En el sector lácteo las cosas no son diferentes respecto a la comercialización del producto, amén del tema de la pobreza.

En Colombia se comercializan a través de canales informales y sin ningún tipo de procesamiento que garantice su inocuidad al consumidor, la mitad de los más de 7 000 millones de litros que producen anualmente los ganaderos.

Es por esta razón que la formalización deberá ocupar el primer lugar en la lista de preocupaciones de las autoridades de salud.

De ahí que sea necesario retomar el tantas veces aplazado proceso de formalización de la cadena láctea –señala Lafaurie–, con etapas progresivas que empiecen por desmontar la comercialización de leche cruda en ciudades de más de 500 000 habitantes.

Esta sola acción –mayor acopio formal–, jalonará el crecimiento de la industria de procesamiento, le garantizará al consumidor la inocuidad que demanda, y le mejora las condiciones para los ganaderos.

Frente a la actual coyuntura, Fedegán precisa que es importante mantener –según los médicos– los niveles nutricionales que hoy requiere la población para estar en mejor condición de salud para encarar el virus, por lo que se debe facilitar el acopio diario de la leche y su distribución, tanto en los canales formales como en los informales, especialmente en las regiones.

Por este tema de la pandemia, productores lecheros en muchos países se han visto obligados a botar el producto por la imposibilidad de hacerlo llegar al consumidor con el consecuente descalabro financiero.

Aquí no se ha llegado a ese extremo ahora pero no podemos olvidar que la oferta de leche crecerá durante la época invernal, y que más de 300 000 productores, en su mayoría pequeños ganaderos de subsistencia que hacen parte de la pobreza rural, dependen de esta actividad. No es difícil prever la dureza de su futuro.

Frente a esta situación, Lafaurie Rivera indica que la suspensión temporal de las importaciones de productos lácteos “es una medida necesaria”, y puede realizarse con base en el decreto de emergencia económica y social.

También califica de necesaria la inclusión de la leche en los paquetes de ayuda a los sectores más vulnerables.

¿Qué pasará con el mercado de la carne?

De acuerdo con Fedegán, la oferta nacional de carne bovina está ligada -como todos los bienes-, al dinamismo de la demanda que, en este caso, se caracteriza por ser muy elástica al precio, es decir que un aumento del precio repercute en forma importante en la cantidad adquirida.

Esta característica en momentos como el actual –de disminución de ingresos en grandes sectores de la población–, representa una enorme desventaja, a lo cual se suma la presencia en el mercado de una mayor variedad de productos sustitutos (cerdo, pollo, ovinos, pescado, etc.).

La época invernal que se inicia se suma a esta situación, proporcionando mayor disponibilidad de pastos –comida–, menor tiempo de engorde y una mayor oferta de animales para sacrificio, que será mucho más evidente en el segundo semestre.

El efecto combinado de menor ingreso de la población y mayor oferta de bovinos, empuja hacia abajo los precios de la carne.

Esto se ha evidenciado durante las últimas dos semanas, en donde se ha registrado una reducción de entre el 30 % y 40 % de animales sacrificados para consumo interno.

Para el dirigente gremial, “la combinación una mayor oferta efectiva por cuenta del invierno, una caída efectiva de la demanda a causa de la penuria en amplios sectores de la población, y el consecuente desplome del precio al productor, es un escenario de crisis aún peor que el sufrido por la ganadería en 2009, cuando no hubo caída de la demanda pero se registró el cierre abrupto del mercado venezolano que, con exportaciones que alcanzaron los 500 millones de dólares al año, generó una excesiva sobreoferta que desplomó el precio y afectó los ingresos del ganadero en no menos del 35 %”.

Una situación de quiebra generalizada de la ganadería tendría un impacto social de enormes proporciones y gran afectación sobre la vida rural del país”, puntualizó Lafaaurie, pues la ganadería no es solo la actividad agropecuaria con mayor presencia en el territorio nacional, sino que se caracteriza por un gran porcentaje de pequeños y medianos productores que dependen de ella para su subsistencia.

Carne de res colombiana para el mundo

Para darle salida a una oferta excedentaria de carne por la combinación de factores mencionados, y para prepararnos para morigerar los efectos adversos de la “pospandemia”, se debe propender por una reactivación productiva y un mayor peso de la carne en la canasta exportadora.

Para el caso de la carne, sin menoscabo de que también requiere un proceso de formalización, sus condiciones de competitividad potencial internacional, sugieren profundizar en la orientación al mercado externo. Así lo señalan todos los programas de diversificación de exportaciones realizados en los últimos años.

Hasta ahora no se han derribado las barreras de admisibilidad sanitaria hacia los mercados más exigentes y de mejores precios, como Estados Unidos y la Unión Europea, y a otros países que registran buenos precios y atractivos volúmenes, como el de China.

Por ello es importante retomar la admisibilidad sanitaria con fuerza, con el compromiso mancomunado del gobierno y del gremio.

La vía es clara. Se trata de asumirlo con un enfoque de regionalización, sobre todo en los componentes de la fiebre aftosa y la trazabilidad.

La admisibilidad sanitaria -explica José Félix Lafaurie Rivera-, descansa en un trípode del cual el estatus de libre de aftosa es solo la primera de sus patas; la segunda es un Sistema de Inspección, Vigilancia y Control (SIVC) homologable por los países compradores, y la tercera, un sistema confiable de trazabilidad.

La posición de Fedegán frente al proceso que se adelanta actualmente apunta a señalar con claridad que, después del costoso reversazo con el SINIGÁN y de las limitaciones del IDENTIFICA, lo que no le puede pasar a la ganadería es un nuevo comienzo “desde ceros”.

No es una apreciación gratuita, sino que, por el contrario, surge de la experiencia de Fedegán en la implementación de una plataforma -el SINIGÁN-, que se entregó funcionando y había alcanzado altas coberturas en la ZAV, dijo el presidente ejecutivo de Fedegán.

El éxito del programa depende, adicional a una plataforma tecnológica robusta, de una adecuada priorización y metas progresivas regionales, iniciando con la ZAV y Las zonas exportadoras certificables.

Pero, además, los Sistemas de Inspección, Vigilancia y Control a la producción, el procesamiento, la distribución, la comercialización y el expendio de carne y leche, más allá de ser requisito de admisibilidad, son una obligación del Estado para garantizar, a nivel nacional, la inocuidad de dos productos tan sensibles en la dieta de los colombianos.

Es una responsabilidad de salud pública que toma relevancia en el “el mundo después de la pandemia”, aseveró

La regionalización, una herramienta para la pospandemia

El escollo de la no exportación de carne de res colombiana a EE. UU. o Europa ha sido superado por otros países con solicitudes de admisibilidad para “regiones exportadoras” claramente delimitadas, lo cual minimiza el recelo frente a la certificación de la OIE y a riesgos específicos, como la vecindad con Venezuela en el caso colombiano.

“Este tipo de solicitudes, que ya han sido resueltas favorablemente, demanda un gran esfuerzo de ‘diplomacia sanitaria’

De ahí que Fedegán solicite al Gobierno darle continuidad a esta tarea, aún a pesar de la revisión de prioridades por la pandemia, “convencidos como estamos de la importancia estratégica de la ganadería para la seguridad alimentaria en condiciones normales y, aún más, en épocas de crisis”.

La eventual solicitud de admisibilidad sanitaria para regiones exportadoras de carne implica, de hecho, una importantísima decisión de reordenamiento productivo en “clústeres exportadores”, cercanos a los puertos de exportación, con sistemas silvopastoriles establecidos y adecuada infraestructura de sacrificio, ente otros aspectos.

Estas zonas deberán contar con un estricto control de movilización de animales y, sobre todo, con ‘trazabilidad integral’ al 100 %, entendida como un sistema articulado con la información de vacunación, de movilización de animales y de sacrificio de ganado; algo que también debe existir en la Zona de Alta Vigilancia (ZAV) en la frontera con Venezuela.

El necesario apoyo del Gobierno Nacional

Finalmente, el presidente del gremio ganadero reitera su compromiso con la seguridad alimentaria del país y su acatamiento a las disposiciones gubernamentales para conjurarla, al tiempo que solicita el apoyo del Gobierno Nacional para fortalecer los procesos de diplomacia sanitaria con miras a la obtención de admisibilidad regionalizada, y para avanzar en un proceso coherente y progresivo de trazabilidad, al tiempo que pone a disposición del Gobierno nacional su experiencia y capacidad logística.

Concluye señalando que en Colombia ya se ha iniciado una caída de la demanda interna que se agudizará en el segundo semestre, que, sumada a los factores climáticos, consolida un escenario de sobreoferta que debe ser colocada en los mercados externos, so pena de una crisis extendida de la ganadería y una situación de quiebra para muchos pequeños y medianos ganaderos.

Tomado de Contexto Ganadero.com

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